La mayor feria de arquitectura, diseño y paisajismo del Perú se llevó a cabo del 23 de mayo al 2 de julio en Surco. Con una propuesta renovada, los aportes de jóvenes talentos y de profesionales consolidados del rubro se encontraron en la magnífica casa concebida por Miguel Cruchaga, abriendo campo a ideas innovadoras, osadas y extraordinariamente atractivas.
Fotos Jaime Gianella y Renzo Rebagliati
Necesaria Reconexión: Mari Cooper
Luego de sobrevivir a una pandemia, aprendimos a revalorar nuestro espacio vital y a reivindicar nuestros lugares de paz. La interiorista Mari Cooper sintió el impulso de plasmar esa idea, y fue así que empezó a concebir “Aires del desierto”, trabajo premiado como Mejor Proyecto en Casacor 2023. “Quise transmitir un entorno bucólico a donde escapar del bullicio”, explica la diseñadora.
Para lograr una atmósfera serena, optó por trabajar con una paleta monocromática, juegos de volúmenes y mucha limpieza en el espacio. A esto se sumó el toque mágico: “Hace muchos años estuve en un restaurante en Grecia donde había unas telas que corrían con el viento. El movimiento de estas me recordó a la forma de las dunas en el desierto”.
Ese mismo efecto fue reproducido en las telas del techo, que forman ondas delicadas. Por su parte, los muebles italianos y las alfombras de Ámbito, de líneas minimalistas, alternan entre el blanco y el beige, poniendo el acento en el punto de meditación que “une con el mundo”: el impresionante sillón de rayas rojas de B&B Italia. El objetivo, reconoce Cooper, se cumplió: este es un espacio para encontrarse con uno mismo.
Bambú majestuoso: Tania Cerrón
El punto de partida de la arquitecta Tania Cerrón fue el bambú: su fuerza, su versatilidad y su atractivo, así como sus propiedades sustentables. Tania lleva buen tiempo investigando y trabajando con este material, y CASACOR 2023 se convirtió en el escenario perfecto para mostrar su riqueza. El concepto estético consistió en enlazar un elemento natural con una propuesta de diseño contemporánea.
“Ese es el potencial que tiene el bambú, ya que permite integrar espacio y estructura, fondo y forma, al mismo tiempo”, comenta. El resultado es un bungalow funcional de treinta metros cuadrados dividido en tres espacios. Una pequeña área social, que se puede reemplazar por una kitchenette; una zona privada, compuesta por la cama y el espacio de meditación; y el área del baño (que incluye sanitarios Celima), que remata con la zona expuesta del jacuzzi.
La ubicación del bungalow, en una especie de mezanine, también fue fundamental para crear el diseño. Su posición en esquina elevada e inclinada permitió a la arquitecta trabajar los cuatros frentes y lograr que la volumetría se viera impactante. El Ecohábitat es un refugio natural que incita a la paz y el relajo, y también invita a repensar la importancia de incorporar cada vez más propuestas y materiales sustentables en nuestros hogares.
Loft del curador de arte peruano: Gisella Buendía
En palabras de Gisella Buendía, creadora del ambiente premiado como el Proyecto con Mejor Iluminación, este es “un espacio elegante y minimalista, es la morada de un hombre sofisticado cuya pasión es coleccionar objetos de arte. Los detalles de diseño son sutiles y están cuidadosamente elegidos, la iluminación es discreta y los elementos de arte, entre ellos artesanía, le dan un toque personalizado y artístico a todo el conjunto”.
Consciente del poder transformador de los colores y de su indiscutible impacto en el estado de ánimo y el pensamiento mismo, Buendía ha trabajado con una paleta monocromática que evoca lujo, elegancia, calidez y atemporalidad. “El uso de un solo color como protagonista es un desafío en el mundo del diseño interior, pero que combina la sofisticación con la creatividad y la originalidad en cada detalle, lo que contribuye a crear un ambiente único”, destaca la diseñadora. La estructura original de este espacio se ha mantenido sin modificar paredes ni pisos, prefiriéndose enmarcar el conjunto con una alfombra de gran formato Sara Nathan en el mismo tono borgoña que inunda todo el entorno. Así, el arte no compite, sino que resalta y se luce para el disfrute del visitante.
Manifiesto artístico: Jordi Puig
“Apología de un parque” es, sobre todo, una instalación artística con un mensaje reflexivo. La idea con la que el arquitecto Jordi Puig concibió este espacio fue motivada por un trágico suceso: el derrame de once mil barriles de petróleo en el mar de Ventanilla en enero de 2022. “Utilicé este acontecimiento para ejecutar la propuesta y, a partir de una piscina, un patio y una pérgola –tres espacios que colindaban– usé la metáfora del derrame para articularlos”, cuenta. También apeló a conceptos relacionados con un parque.
Así, la piscina se convirtió en un baño y, para recrear el efecto del petróleo, empleó mayólicas de color negro de Celima Trebol en el piso y cubrió la superficie con agua. Los sanitarios están flanqueados por dos esculturas de aves empetroladas hechas en acrílico, a cargo de la artista Andrea Tregear. Un imponente reflector con una tela tensionada de Ámbito corona esta zona.
La zona del patio necesitaba un buen paisajista, por lo que convocó a Raúl Arróspide. Él le propuso hacer un jardín rojo de crotos que evocaran la sensación de sangre y tierra. Para redondear el efecto, la pérgola –que fue trabajada con pinturas American Colors– se transformó en un tiovivo donde se exponen productos.
Estudio del fotógrafo: Daniela Lira y Gonzalo Castillo
Para Daniela Lira y Gonzalo Castillo, crear el “Estudio del fotógrafo” fue todo un reto. “Nos pusimos la tarea de resolver todo un departamento que contuviera comedor, sala, estudio, habitación y baño en tan solo veintiocho metros cuadrados, además de una pequeña terraza”, comenta Lira. “Partimos desde encarnar el espacio según la pasión y vocación de su usuario, el fotógrafo.
Queríamos que él utilizara su casa como un set, que cada rincón fuera tan único y atrevido que pudiera ser un fondo para sus fotos”, añade Castillo. En definitiva, los interioristas buscaron evocar la esencia de un espíritu creativo llenando de color y originalidad espacios cotidianos. El departamento está lleno de detalles; es rico en contrastes y texturas que conforman rincones lúdicos. Daniela Lira y Gonzalo Castillo destacan, especialmente, la conexión con el exterior a partir de vanos en el techo, así como la simplicidad y versatilidad de materiales como el cerámico de cocina que se convierte en salpicadero, tablero, luego lavadero, después en mesa y, por último, en respaldar de comedor.
Luego están “los juegos de luces y sombras, como su particular número de ‘depa’, o el recorrido del librero o, como nos gusta llamarlo, ‘mueble vivo’, que se transforma y muestra diferentes caras si lo miras desde un lado o el otro. En fin, mucho detalle ingenioso para una persona que busca ser diferente”, concluyen los socios.
Armando el refugio: Cinthya Arana
La arquitecta y diseñadora de interiores Cinthya Arana recibió la habitación más pequeña de toda la exposición. En solo seis metros cuadrados, debía concebir un proyecto infantil, su especialidad desde hace varios años. Decidió diseñar la habitación para un bebé que está en camino, de ahí su nombre: “El nido”. “La butaca de lactancia, la cuna y el cambiador son los elementos utilitarios que destacan en el diseño y sobre los que estructuramos el planteamiento”, explica. Con la intención de incrementar la funcionalidad, añadió un bench debajo de la ventana para que las visitas tuvieran dónde sentarse y, al mismo tiempo, ganar espacio de almacenamiento. En cuanto a la propuesta estética, como el concepto gira en torno a anidar, Cinthya incorporó diversos elementos naturales en la decoración: madera, textiles y algunos elementos del interiorismo de Giralínea otorgan ese aspecto rústico que hacía falta, además de armonizar con la paleta de tonos neutrales y calmos. El mural, que encantó a muchos, estuvo a cargo de la artista Cristina Cillóniz, quien utilizó pinturas American Colors para dibujar el árbol y los pájaros, personajes recurrentes en la metáfora de la construcción del refugio para el nuevo integrante.
La felicidad: María Teresa Paredes
“Un lugar que me trae paz, tranquilidad y lindos recuerdos lo traduzco en felicidad, por eso el nombre de mi espacio”, afirma María Teresa Paredes. En su ambiente, la naturaleza, expresada en la presencia de animales y vegetación, es una invitación a la calma. “Mi espacio también refleja mi evolución desde mi infancia y mi trayectoria de vida en el mundo de la moda, lo que plasmo en las butacas Knoll tapizadas con tela de Paul Smith, el sofá de pied de poule y las sillas, que son esculturas de Foghini. Todas ellas son piezas maravillosas que nos alegran el día a día”, detalla la diseñadora.
A través de su particular visión de la naturaleza, expresa, asimismo, su interés por la protección del medio ambiente; a la vez que integra –y, con ello, reivindica– el trabajo artesanal de la mujer de las comunidades andinas, mediante el uso de alfombras confeccionadas a mano que son, en palabras de Paredes, “un festín de colores”. La conclusión, para María Teresa Paredes, es categórica: “Felicidad es aquel espacio donde se combinan los recuerdos de toda una vida, el amor por la naturaleza y mi pasión por la moda y el arte”.
Sutileza y simplicidad: Marilú Salcedo
La arquitecta de interiores Marilú Salcedo es una gran apasionada de la repostería. Motivada por esa predilección, decidió diseñar “El estudio de la pastelera”, que tiene como corazón del espacio a la cocina. El resto de las áreas que conforman su exhibición son la sala, el comedor y el baño. La visión creativa de Salcedo para desarrollar su propuesta fue volver a lo esencial. “Hice un mix de estilos entre lo clásico y lo moderno, pero sin perder ese eje de simpleza, de la mano de una paleta de colores natural que se mueve entre el hueso y el ocre”, explica.
Pero hay color y el acento está presente, por ejemplo, en la vitrina de postres, uno de los detalles más atractivos de la apuesta visual de Marilú, que reutilizaron del espacio y pintaron con productos American Colors. Tanto en la cocina como en el baño, las griferías en oro mate de Kohler by Rivelsa también aportan ese toque cromático que la experta buscaba. Siguiendo la filosofía de simplicidad, los elementos del interiorismo emplean materiales naturales, como las butacas del comedor con madera y mimbre de Giralínea, las cortinas de listones de Hunter Douglas y las alfombras de Ámbito. En “El estudio de la pastelera” provoca estar y cocinar desde el amor.
La casa del alma: Marcia Lenz y Margarita Bracamonte
“La casa del alma” es un diseño en armonía con la naturaleza. El punto de partida es la idea de una casa sin paredes, integrada en un entorno natural. Para desarrollarla, eso sí, se utilizó tecnología de última generación con materiales sostenibles. “Nuestra idea era lograr un hogar cómodo, sanador, integrado con la naturaleza como escenario. Un espacio que se integra perfectamente a su entorno por no tener paredes permite aprovechar al máximo la luz natural y la ventilación”, comenta la arquitecta y paisajista Marcia Lenz. La conexión con la naturaleza pone acento en la sensación de libertad. “Es un lugar perfecto para relajarse, desconectar y disfrutar de la tranquilidad”, detalla.
Las creadoras de este peculiar ambiente lo definen como un espacio de diseño que combina tecnología, estética, sostenibilidad y naturaleza en un sitio abierto. Es un lugar donde es posible experimentar la belleza de la naturaleza sin sacrificar las comodidades ni el aspecto de una vivienda moderna. “Lo que más disfruté fue el montaje de toda la parte de las plantas”, precisa la paisajista. “Eso me fascina. Es como ir pintando un cuadro”. Plantear y replantear con creatividad, adaptándose al capricho de la naturaleza, “pues la planta no viene con las medidas, como un sofá”, es un verdadero placer para la especialista.
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