Entrelazando conceptos aparentemente opuestos, como la utopía y la cotidianidad, la historia y la modernidad, o el colectivismo y la individualidad, Liu desarrolla una arquitectura que celebra la vida de los ciudadanos comunes
Por: Redacción CASAS
“La arquitectura debe revelar algo: debe abstraer, destilar y visibilizar las cualidades inherentes de la gente local. Tiene el poder de moldear el comportamiento humano y crear atmósferas, ofreciendo una sensación de serenidad y poesía, evocando compasión y misericordia, y cultivando un sentido de comunidad compartida”, expresa el arquitecto chino Liu Jiakun, quien acaba de recibir el que es considerado el galardón más importante del mundo de la arquitectura.
En su obra, el arquitecto chino armoniza las dimensiones culturales, históricas, emocionales y sociales. Así, utiliza el entorno construido para forjar comunidad, inspirar compasión y elevar el espíritu.
En palabras del jurado del Premio Pritzker: “A través de una obra excepcional de profunda coherencia y calidad constante, Liu Jiakun imagina y construye nuevos mundos, libres de cualquier restricción estética o estilística. En lugar de un estilo, ha desarrollado una estrategia que no se basa en un método recurrente, sino en evaluar las características y requisitos específicos de cada proyecto de forma diferente. Es decir, Liu Jiakun toma las realidades presentes y las gestiona hasta el punto de ofrecer, en ocasiones, un escenario completamente nuevo para la vida cotidiana”.

Liu es el quincuagésimo galardonado con el Premio Pritzker de Arquitectura y fundador de Jiakun Architecture, fundada en 1999. Nacido en Chengdu, China, reside y trabaja en su ciudad natal.
Liu crea espacios públicos en ciudades pobladas donde el espacio es prácticamente un lujo, forjando una relación positiva entre la densidad y el espacio abierto. Alejandro Aravena, presidente del jurado y ganador del Premio Pritzker 2016, comenta: “En un mundo que tiende a crear interminables periferias aburridas, [Liu Jiakun] ha encontrado la manera de construir lugares que son edificio, infraestructura, paisaje y espacio público a la vez”.
Asimismo, su trabajo demuestra reverencia por la cultura, la historia y la naturaleza, generando familiaridad a través de interpretaciones modernas de la arquitectura clásica china. Además, la flora local y silvestre está presente en todas sus obras. Su arquitectura presenta con honestidad materiales y procesos texturales, mostrando imperfecciones que perduran, en lugar de degradarse, con el tiempo. Rechaza los productos manufacturados, prefiriendo la artesanía tradicional y, a menudo, utilizando materias primas locales que sustentan la economía y el medio ambiente, construidas para y por la comunidad.
“Liu Jiakun eleva a través del proceso y el propósito de la arquitectura, fomentando conexiones emocionales que unen a las comunidades”, comenta Tom Pritzker, presidente de la Fundación Hyatt, patrocinadora del premio. “Hay una sabiduría en su arquitectura que mira filosóficamente más allá de la superficie para revelar que la historia, los materiales y la naturaleza son simbióticos”.
La carrera de Liu abarca más de cuatro décadas, con más de treinta proyectos que van desde instituciones académicas y culturales hasta espacios cívicos, edificios comerciales y planificación urbana en toda China. Entre sus obras más significativas se incluyen el Museo de los Relojes, Conjunto de Museos de Jianchuan (2007); el Departamento de Diseño en el nuevo campus del Instituto de Bellas Artes de Sichuan (2006); el Centro de Alojamiento de la Exposición Internacional de Práctica de Arquitectura de China (2012); el Centro de Comunicaciones del Parque de Software Tianfu de la Zona de Alta Tecnología de Chengdu (2010); y el Barrio Cultural de Songyang (2020).
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