El estudio dirigido por los arquitectos Seyhan Özdemir y Sefer Çağlar ha logrado materializar un resort cinco estrellas con espacios diseñados para producir bienestar absoluto: Joali Being, una promesa de transformación interior ubicada en la isla Bodufushi, Las Maldivas.
Por Giacomo Roncagliolo Fotos Kerem Şanlıman
Orientado a ofrecer una experiencia inmersiva en su espectacular entorno natural, Joali Being es un resort wellness que ocupa por completo la isla Bodufushi, ubicada en el atolón Raa de Las Maldivas. Sus 68 villas –residencias para huéspedes de hasta cuatro habitaciones– se reparten en 34 villas de playa y 34 villas de océano, todas diseñadas por Autoban (@autoban212), estudio multidisciplinario fundado en Estambul por Seyhan Özdemir y Sefer Çağlar, quienes también estuvieron a cargo de la arquitectura y el interiorismo de todas las áreas de este singular complejo vacacional. Detrás de cada una, rigió la filosofía de la ingravidez: conseguir que, a través de un diseño linear, fluido y ligero, los elementos dieran la sensación de integrarse con el ecosistema y al mismo tiempo flotar sobre él, libres de peso.
Integración absoluta
Para cristalizar este ambicioso proyecto, Autoban aplicó los principios del diseño biofílico, que en la industria inmobiliaria y turística hace referencia a las estrategias que se usan para incrementar la conexión de los habitantes o huéspedes con el medio ambiente, una dirección capaz de cultivar diversos beneficios para la salud física y emocional. En ese sentido, en todas las áreas de Joali Being el estudio implementó formas, patrones y texturas que imitaran las configuraciones naturales de esta locación, evocando el espíritu suntuoso y delicado de esta exclusiva isla. Al ubicar la naturaleza como centro, Autoban desarrolló por capas un proyecto que enfatiza los detalles y la materialidad, con el propósito de propiciar interacciones multisensoriales en cada espacio del resort.
Si hablamos específicamente de las villas, en ellas los espacios son maximizados con divisiones transparentes o movibles que además difuminan las barreras entre el interior y el maravilloso paisaje de la isla Bodufushi. Asimismo, techos suavemente curvos dan la impresión de haber sido apenas colocados sobre las paredes y las columnas hechas de ratán, agudizando la permeabilidad visual de cada espacio.
Desde la propia paleta atentamente elegida, la resonancia con los elementos inherentes a Las Maldivas es avivada. Los trazos de la marea en la orilla, por ejemplo, encuentran un símil en los patrones y la textura del estuco color arena y los mosaicos que cubren las paredes. Los tonos de las estructuras corales y de las aguas cristalinas, por su parte, se reflejan en las piezas de mobiliario que Autoban eligió a medida, muchas de ellas de la marca Kettal, como el sillón Cala, de Doshi Levien; el sofá modular Molo, de Rodolfo Dordoni, o la colección de muebles de exterior Mesh, diseñado por la española Patricia Urquiola.
Un circuito 360º
La experiencia en Joali Being va mucho más allá de ser únicamente residencial. A través de su incomparable aproximación al entorno natural, así como de su abundante oferta de lujos, la estadía en este resort pretende ser completamente purificadora, orientada a desechar todos los excesos innecesarios que trae consigo la vida mundana. Para ese propósito, al lado de las villas, múltiples áreas se encuentran dedicadas a amplificar el bienestar del visitante.
El centro wellness Areka, por ejemplo, está compuesto por diversas salas de tratamiento donde recibir masajes de tejido profundo, sesiones de aromaterapia, envolturas corporales, entre otros. Lo acompaña Aktar, un centro herbario en el que los huéspedes pueden aprender y experimentar los beneficios de cremas, aceites, tés y cosméticos preparados con hierbas y plantas endémicas. Por otro lado, en el espacio para cenar bautizado como Flow, se ofrecen tres tipos de aproximaciones culinarias: Plantae (vegetariana), Su (pesquetariana) y B’Well, el menú estrella de Joali Being, muy conectado con los productos que se cultivan en la tierra.
En cada una, el diseño evoca tanto la ausencia de gravedad como la sensación de ser abrazado por elementos vegetales y acuáticos. Techos en forma de dosel y un paisajismo omnipresente dan a cada espacio un espíritu liviano y escultórico, donde destacan las formas hexagonales y triangulares, símbolos sacros de balance, armonía y eternidad. De esta forma, no queda rincón en Joali Being que no haya sido gestado para producir una vivencia transformativa, que conecte a los huéspedes con el origen natural de la humanidad y los libere de todo peso no deseado, sea mental, emocional o espiritual. Una prueba más del poder que la arquitectura y el interiorismo son capaces de proyectar en los espacios que habitamos.
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