“Conviviendo con el arte” es un refugio sereno donde el arte peruano coexiste con la arquitectura, un homenaje contemporáneo a la costa, sierra y selva.

Por Redacción COSAS

En su propuesta para CASACOR 2025, el arquitecto Augusto de Cossio presenta “Conviviendo con el arte”, un ambiente que imagina el refugio de un coleccionista apasionado por las obras contemporáneas que dialogan con la cultura y la artesanía peruana. Más que un espacio para habitar, esta es una galería íntima y contemplativa donde el arte se integra a la vida cotidiana sin jerarquías ni distancias.

Desde su arquitectura, el espacio rinde homenaje a las tres regiones naturales del Perú: costa, sierra y selva. En la base, un zócalo en porcelanato texturado recrea las líneas sinuosas del desierto costeño, con formas suaves que remiten a la geografía árida y cambiante de la franja litoral. En contraste, el techo azul profundo representa a los cielos de la sierra, envolviendo el ambiente con una sensación de amplitud y serenidad.

La propuesta “Conviviendo con el arte” imagina el refugio íntimo de un coleccionista donde las obras dialogan con la vida cotidiana.

Y desde la selva llegan el color, la vitalidad y el gesto artesanal: un tapiz bordado por Olinda Silvano y una instalación de colibríes y mariposas de Harry Chávez incorporan la cosmovisión amazónica con sensibilidad y poesía.

La iluminación sutil y el mobiliario moderno, de líneas limpias y tonos claros, acompañan sin distraer. Todo está pensado para que el arte cobre protagonismo. Las pinturas vibrantes de Rubén Saavedra capturan al espectador desde el primer vistazo. El rostro femenino de David Rejas habla de mestizaje e identidad, mientras la madre patria de Flavia Meléndez conecta con nuestra historia colectiva.

Inspirado en las tres regiones del Perú, el espacio integra elementos simbólicos de la costa, la sierra y la selva.

Una fotografía del Teatro Municipal de Lima firmada por Javier Falcón cohabita con los balcones limeños pintados sobre cartón de Alexander Tongombol y con los platos de cerámica de colección de Tater Vera.

En las mesas centrales, detalles escultóricos completan la narrativa: un toro de Ricardo Inga y mariposas de cerámica creadas por Cecilia Maximiliano, que suman un gesto lúdico y simbólico. “Conviviendo con el arte” es, en esencia, un espacio para detenerse. Con un lenguaje contemporáneo y alma clásica, celebra el arte peruano como parte viva del presente, integrando paisaje, memoria y emoción.

La propuesta reúne lenguajes y materiales diversos, como la fotografía de Javier Falcón, cerámica de Tater Vera y balcones limeños pintados sobre cartón.

Detalles escultóricos como el toro de Ricardo Inga y mariposas de cerámica de Cecilia Maximiliano también aportan al espacio.

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