Las flores de El Patio Floral y la curaduría de Gerardo Chávez Maza convergen en esta propuesta que combina los arreglos con el arte. Una manera distinta de ver la naturaleza y las creaciones del hombre, embarcadas en un diálogo inédito.
Por José Miguel Osorio / Fotos de Elsa A. Ramírez / Dirección creativa: Giacomo Celi y José Miguel Osorio
La naturaleza es la fuente de inspiración para crear expresiones artísticas de cualquier magnitud. En lo cotidiano, encontramos el diálogo de distintas técnicas y medios de expresión, todos convergentes, por más desiguales que parezcan. El arte es espontáneo, emerge de una emoción y se vuelve tangible cuando el artista lo convierte en un objeto, cuando la obra finaliza. Una flor brilla y destaca en su fase final, cuando sus pétalos están cercanos a caer y sus semillas prontas a volar, para esparcirse en los campos y volver a nacer.
Colgantes de flores
La propuesta se ha desarrollado a partir de un concepto multidimensional, mediante arreglos florales colgantes, que se perciben desafiantes a la ley de la gravedad y se alejan de la idea de un solo frente. La intención ha sido generar una interacción por medio del reflejo y la proyección del arreglo floral con la pieza “Saturno” (2015), del artista peruano Daniel Torres Calderón.
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Agrupación y contraste
La agrupación y contraposición del color pueden potenciar la composición más simple, tanto en la creación de la pieza floral como en la obra “Mujer y flores” (1989), del pintor peruano Ángel Chávez López. El objetivo de la intervención fue destacar, por medio del contraste, aún más el color rojo.
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Deconstrucción
Al igual que un objeto cotidiano puede ser intervenido por el artista para generar en su obra algo completamente nuevo, algunos de los elementos que conforman una flor han sido separados para juntarse de una forma diferente en la búsqueda del diálogo con la obra “Camisa” (Roma, 1962), de Jorge Eduardo Eielson.
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Naturalismo
El naturalismo busca representar las flores antes de ser cortadas y modificadas por la mano del hombre. En algunos casos, cuando se trata de composiciones florales de distintas variedades, estas se hacen inspiradas en la naturaleza. Y, en otros, cuando se trabaja con una sola especie, se puede optar por una propuesta más osada, con una intervención mínima que logre una calculada sencillez. Este es el caso de las flores presentes en la obra “Day 1 / 365 Days” (2012), de la artista peruana María María Acha-Kutscher.
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Artículo publicado en la revista CASAS #251