A 12 años de recibir el premio a Mejor Actriz por «Silver Linings Playbook», la estadounidense se ha ganado a la crítica junto a Robert Pattinson en el Festival de Cannes.

Por Alejandro Saldaña

En el corazón del Festival de Cannes, una renovada Jennifer Lawrence ha vuelto a brillar. Doce años después de su triunfo como Mejor Actriz en los Oscar por «Silver Linings Playbook» (2013), la intérprete de 34 años ha encendido las alarmas de la carrera de premios gracias a su reciente encarnación de Grace en «Die, My Love», de la directora Lynne Ramsay. La película, adaptación de la novela de Ariana Harwicz, se estrenó en la competencia oficial, y desde entonces los pronósticos no cesan: Lawrence podría sumar una nueva estatuilla de la Academia a su vitrina.

El filme sigue a Grace, una madre que, tras mudarse con su esposo Jackson (Robert Pattinson) a una apartada granja en Montana, cae en una espiral de depresión posparto y psicosis. La cámara de Seamus McGarvey, director de fotografía, es la encargada de capturar los paisajes interiores de una mujer al borde del abismo emocional, alternando imágenes oníricas que reflejan la violencia de su propio desmoronamiento.

La película recibió una ovación de nueve minutos en el Festival de Cannes, destacando la intensidad emocional de las actuaciones de Lawrence y Pattinson, así como la dirección de Ramsay.

Desde el primer pase en Cannes, la crítica se rindió a los pies de la que alguna vez fue el rostro principal de la adaptación cinematográfica de «Los juegos del hambre». Así, mientras Radhika Seth, de British Vogue, la señaló como “la actriz a seguir de cara a los Oscar”, Richard Lawson, de Vanity Fair, destacó que “lo que mantiene nuestra atención en el tramo más denso del filme es el prodigio de la actuación de Lawrence”.

Por su lado, David Canfield, también en Vanity Fair, afirmó que Jennifer “ofrece una interpretación que exige atención inmediata de la Academia”, mientras que Deadline la incluyó en su primer conteo de aspirantes a la nominación gracias a un regreso a roles dramáticos de gran calado, su más significativo desde la criticada «Mother!» (2017), de Darren Aronofsky. A estos comentarios también se suma IndieWire, que describió la interpretación de Lawrence como “libre y desatada”.

Jennifer Lawrence ganó su primer Oscar a los 22 años por su papel en Silver Linings Playbook, convirtiéndose en la segunda actriz más joven en obtener este galardón.

La maternidad de Jennifer Lawrence como motor creativo

En una rueda de prensa celebrada en Cannes, Lawrence confesó que, tras el nacimiento de su primer hijo en 2022 y de su segundo bebé a principios de 2025, la maternidad le abrió puertas emocionales insospechadas. Describió la experiencia posparto como “desgarradora” y “extremadamente aislante”, algo que se vio reflejado en la misma desolación que padece su personaje en la película.

Asimismo, la estrella reconoció que el proceso de ser madre ha profundizado su inagotable abanico de matices interpretativos, recomendando a otros actores “tener hijos si quieren explorar todas las capas de la emoción humana”. Lawrence admitió que rodó «Die, My Love» mientras estaba embarazada de cinco meses, un desafío que potenció su conexión con Grace y su fragilidad psicológica. “No hay nada como el posparto; te conviertes en una especie de extraterrestre en tu propia vida”, explicó.

Jennifer Lawrence y Cooke Maroney se casaron en octubre de 2019 en una ceremonia íntima en Rhode Island, con la presencia de amigos cercanos y familiares.

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