En esta edición de «Arte», te presentamos la primera exposición individual de Debrah Montoro, el nuevo proyecto de Belinda Tami y Claudia Caffarena, las pinturas de Tito Monzón, y más.
Detrás de la risa
Las clases sociales, los parámetros de belleza, las relaciones informales e incluso la escena artística limeña dejan en evidencia, aquí, la relación entre el humor y la vulnerabilidad. “Humor fino” –primera exposición individual de Debrah Montoro– ofrece un paneo por la representación e interpretación del humor en el arte gráfico, con una serie que incluye litografías, grabados y fotografías. Se puede visitar hasta el 26 de mayo, en la Galería de la Alianza Francesa de La Molina.
Siguiendo la Luna
Belinda Tami y Claudia Caffarena presentan un nuevo proyecto, inspirado en Las Shicras, el sitio arqueológico de Huaral que hace miles de años sirvió como observatorio de la alineación entre el Sol y la Luna. “Renovación del tiempo”, como se llama esta bipersonal, está formada por siete pinturas de mediano y gran formato en técnicas mixtas y una serie de instalaciones que conjugan materiales tan diversos como la porcelana, el acero y el nylon. Se exhibe en el Museo Amano, hasta el 30 de abril.
Ese hombre
Las pinturas de Tito Monzón son como un relato clásico de misterio. Hay atmósferas que envuelven al espectador, personajes que generan empatía y, por supuesto, el encanto de las sugerencias. Pero también una reiterada toma de distancia con la pintura tradicional: en la inclusión de aplicaciones florales o altorrelieves y, a veces, con veladuras de gasa integradas a la superficie de sus cuadros. Su nueva serie, centrada en un personaje de inspiración renacentista, no es la excepción. Se presenta en la Galería Fórum, hasta el 14 de abril.
No tan distintos
Las piezas del artista argentino Pablo Smidt se alimentan de la cultura pop modernista. Las de la peruana Silvana Pestana, en cambio, hacen referencia a la explotación sexual y la minería ilegal. Uno construye obras minimalistas con papel y fibra de vidrio; la otra recubre sus esculturas de negro o cobre, como una metáfora de las miserias. Sus propuestas parecen irreconciliables. Sin embargo, en “Underworld”, presentan una selección que comparte la esencia: eso que ocurre detrás de la historia oficial. Se exhibe hasta el 20 de abril, en Ginsberg Galería.
Adriana Bustos y su primera exposición en Lima
Las imágenes –a primera vista– pueden resultar inconexas. Como si alguien las hubiera agrupado siguiendo algún capricho absurdo. Sin embargo, allí se esconden las pistas para encontrar una narrativa paralela del mundo.
“Imago Mundi”, primera exposición de Adriana Bustos en nuestro país, surgió a partir de un hallazgo personal: el de los tratados de cosmografía de Pierre d’Ailly, una serie de veinticuatro libros que orientaron a Cristóbal Colón en sus primeros viajes marítimos. A partir de ellos, la artista argentina ha creado, desde 2012, una cartografía ficticia que propone nuevas asociaciones y lecturas de lo que nos rodea.
“Imago Mundi XIII. Turist Map”.
“Para Bustos –explica la curadora Alexia Tala–, la imagen no es unívoca. Más bien, integra las múltiples conexiones que se ramifican de cada una: las imágenes como ‘la sombra del mundo’. Cada una no es solo lo que deja ver, sino también lo que está ausente”. Así, el proyecto está integrado por óleos –“Positivismo Mágico”, con sus alusiones al método científico, la tecnología, el espiritismo y la metafísica, es quizás el más importante–, dibujos, pinturas en objetos tridimensionales, esculturas y una serie curiosa –“Mundo Molecular”–, que requiere la proyección sobre un espejo para ver un conjunto de elementos ocultos. Se exhibe en la Galería 80M2 Livia Benavides, hasta el 15 de abril.
