Los abusos del Sodalicio llegan a las tablas del Teatro La Plaza con el guion y la dirección de Alejandro Clavier y Claudia Tangoa. Tres años después de la publicación del libro Mitad monjes, mitad soldados (2015), investigación periodística que recoge la magnitud del caso, las víctimas aún exigen justicia. San Bartolo busca situar el tema en el ojo público y reflexionar en la relación que existe entre la fe y el poder.

Por María Alejandra López / Fotos cortesía del Teatro La Plaza

Juan Carlos Pastor, Nicolás Valdés, Gabriel González, Stefano Tosso, Ítalo Maldonado, Claret Quea, Sergio Gjurinovic y Diego Carlos Seyfarth son los protagonistas de la obra.

Con la intención de cambiar el mundo y encauzar sus vidas a través de la religión, los integrantes del Sodalicio de Vida Cristiana estuvieron dispuestos a dejar a su familia y amigos para ser adoctrinados en centros de la asociación católica. Uno de ellos, el Centro de Formación Nuestra Señora de Guadalupe, situado en el Balneario de San Bartolo, da origen al nombre de la última obra del Teatro La Plaza. 

Lo que a puertas cerradas era un espacio de conexión espiritual entre jóvenes sodálites y sus superiores, detrás del muro era una comunidad que escondía un turbio secreto. En la playa San Bartolo, varios jóvenes sufrieron abusos sexuales, físicos y psicológicos que, hasta el día de hoy, solo han quedado en denuncias. Sus verdugos: los directores espirituales del Sodalicio con el fundador, Luis Fernando Figari, en la cabeza. 

Con la intención de «hablar de lo que no se habla»San Bartolo recoge las investigaciones del caso y los testimonios de varios involucrados. Los actores Juan Carlos Pastor, Nicolás Valdés, Gabriel González, Stefano Tosso, Ítalo Maldonado, Claret Quea, Sergio Gjurinovic y Diego Carlos Seyfarth son los encargados de dar voz a las víctimas del Sodalicio.

Conversamos con Claudia Tangoa, una de las directoras y escritoras del guión, para conocer más sobre la obra. 

La obra está generando bastante expectativa antes de su estreno. ¿Cómo nace este proyecto?

Alejandro Clavier recibe una invitación para dirigir una obra por los 15 años del Teatro La Plaza con la premisa de «hablar de lo que no se habla» en la sociedad. A partir de eso, surge la idea de indagar en la relación que existe entre la fe y el poder a partir del caso Sodalicio. Por mi experiencia en teatro documental y testimonial, Alejandro me invita a dirigir y escribir la obra junto a él.

¿En qué parte del caso está basada la obra?

La obra está basada en las investigaciones periodísticas realizadas en torno al caso. La primera parte presenta testimonios de ex sodálites que pasaron por las casas de formación que el Sodalicio tenía en San Bartolo; la segunda parte se enfoca en el testimonio de Alvaro Urbina, la única víctima del caso que ha dado su nombre de manera pública hasta la fecha; y también presenta extractos de textos, canciones sodálites y algunos documentos periodísticos.

¿Tuvieron las investigaciones de Pedro Salinas y Paola Ugaz como punto de partida?

Sí, nuestro primer acercamiento fue a través de “Mitad monjes, mitad Soldados”. Paola nos asesoró en la investigación, nos sugirió fuentes y nos contactó con personas relacionadas al caso; y Pedro nos ha guió desde su experiencia como periodista y ex sodálite. Hemos tenido muy de cerca las actualizaciones del caso publicadas por ambos, y otras fuentes como el blog “Las líneas torcidas” del ex sodálite Martin Scheuch. 

A través de 30 testimonios y de una rigurosa investigación, «Mitad monjes, mitad soldados» señala los hitos históricos de la institución.

En realidad, hemos estado atentos a toda la información que surgía sobre el caso, tanto en la prensa nacional como internacional, y también hemos buscado información sobre experiencias similares en otros países, como el caso Karadima en Chile y Los legionarios de Cristo en México. Eso nos ha ayudado a tener una perspectiva más amplia sobre el tema y a entender que no se trata de eventos aislados.

¿Cuánto duró todo el proceso de investigación para escribir San Bartolo?

El proceso empezó en junio del año pasado con la revisión del material periodístico y continuó con las entrevistas que le hicimos a periodistas, personas que participaron en el Movimiento de Vida Cristiana, y a ex sodálites y sus familiares. 

En una entrevista a Stefano Tosso, leí que la obra también es una “creación colectiva”. ¿De qué forma los actores han colaborado en el guion?

La dinámica de trabajo consistía en probar la estructura y el desarrollo de las escenas que escribíamos con los actores. Llegábamos al ensayo con los textos, los trabajábamos con ellos, y recibíamos sus comentarios. Su aporte ha sido muy valioso para el desarrollo del texto y el montaje. Ellos también han realizado un trabajo de investigación sobre el caso y han podido conversar varias veces con Álvaro Urbina, quien es representado por todo el elenco durante la obra.

Ocho actores alternarán sus personajes, convirtiéndose en jóvenes sodálites y también en agresores.

La obra se estrena este jueves. ¿Sienten que sintetiza todo lo que han querido contar?

El caso Sodalicio es muy amplio y complejo. En este momento, es difícil tener la certeza de que hemos dicho todo lo que queríamos decir. Teníamos mucho material, producto de las investigaciones a las que hemos tenido alcance, y ha sido difícil decidir qué iba y qué no. Sin embargo, hemos hecho un ejercicio difícil y necesario de síntesis. De hecho, llegamos a resumir en una escena un contenido que antes abarcaba todo un acto.

Dada la dinámica que hemos tenido al escribir durante los ensayos, pensamos que las funciones nos ayudarán a profundizar más la obra. Probablemente, algún material regrese y otro se vaya. Estamos abiertos a cualquier posibilidad y contamos con un equipo de actores dispuestos a seguir enriqueciendo el trabajo. Esperamos que San Bartolo conecte al público con el caso Sodalicio, cuyo proceso judicial aún no está resuelto. Pienso que, como ciudadanos, no podemos ser ajenos a esta situación: podemos tener diferentes opiniones, pero no ser indiferentes.

¿Dónde? Teatro La Plaza, Larcomar. ¿Cuándo? Hasta el 20 de agosto. Entradas a la venta en Teleticket de Wong y Metro.