1. Lazos fundamentales
El nuevo trabajo de Martín Verges no se limita a una declaración de principios: en su primera exposición en Lima, el artista uruguayo representa a distintas especies de árboles con su propio carbón vegetal, para analizar –y revalorizar– el papel que han desempañado como soportes, puentes y pigmentos en la historia del arte. La exposición “El bosque ensimismado” está curada por María Eugenia Grau y se presenta en la Galería del Paseo, hasta el 27 de mayo.
2. Los Andes en clave onírica
Joan Alfaro ha creado un universo de criaturas con reminiscencias al de Margaret Keane. Sus ancianos, sus niñas y sus mujeres están marcados por la identidad andina y colores explosivos, pero –sobre todo– por una mirada que no deja lugar a la indiferencia. “El mundo onírico de Joan Alfaro” reúne la producción más reciente del artista cajamarquino en Residencia Coworking (Av. Reducto 1518, Miraflores), hasta el 30 de junio.
3. La conquista simbólica
“Colonización del espacio” apela a la intervención geométrica en diversos paisajes, como metáfora de los procesos de conquista frente a la naturaleza. La nueva exposición individual de Lorena Noblecilla está compuesta por una serie de fotografías y una instalación; y se presenta hasta el 21 de mayo, en la Galería Fórum.
4. La épica en el tiempo
¿Qué diferencias hay entre un héroe de 1879 y uno de nuestros días? A partir de esa interrogante, Joan Alfaro ha ideado una historia de amor entre su tatarabuelo –Enrique Palacios, honrado como héroe de guerra del Perú– y una mujer de Nueva Orleans. “Heroína en construcción” está conformada por tres fotografías de gran formato donde la amante ficticia es retratada envuelta en una tela impresa con las noticias de la muerte del oficial de Marina peruano y en sábanas de lino de la época, junto a imágenes de sus tatuajes, correspondencia ficcional e informes periodísticos, como reflejo de su dolor. La exposición se presenta en la Galería CEDE hasta el 21 de mayo.
5. Un evangelio de la irreverencia: nueva retrospectiva de Jaime Higa
La obra de Jaime Higa siempre ha sido como un cuchillazo. Un elogio de la transgresión que ya estaba presente en sus primeras pinturas y collages –intervenidos con fotografías de prensa sobre el conflicto armado interno–, y se consolidaría con su parodia de los modelos masculinos dominantes, la incorporación de expresiones de los márgenes culturales y personajes televisivos como nexo afectivo, en una sociedad marcada por el rechazo a quien se sale de la norma.
“Su trabajo no ha dejado de reinventar maneras de introducir el antagonismo”, explica el curador Miguel López. Y es que su exploración artística es también un registro –en clave irónica– de las transformaciones políticas, sociales y culturales que ha experimentado el Perú en los últimos treinta años.
“El dedo en la llaga: Jaime Higa (1982-2016)” reúne más de ochenta pinturas, serigrafías, collages, fotografías, cómics, registros de performances y diseños para revistas y casetes, para hacer un repaso de la producción del artista peruano que ha sabido hacer del desdén un emblema de la rebeldía. Su retrospectiva se presenta en la Galería Germán Krüger Espantoso, del Icpna de Miraflores, hasta el 29 de mayo.
Por Gloria Ziegler
