Una de las novelas claves de la literatura peruana comenzó su camino hacia la gran pantalla. Un mundo para Julius, la obra maestra de Alfredo Bryce Echenique, será adaptada al cine y nosotros nos juntamos con Rossana Díaz Costa, la directora responsable de convertir este clásico de la narrativa nacional en una película. ¿Qué retos ha superado y cuáles quedan por delante? ¿Qué actores participarán en el filme? Conoce esta y más respuestas en la siguiente conversación.

¿Cómo y cuándo nacen las ganas de hacer una adaptación de Un mundo para Julius?
Esto empezó antes Viaje a Tomboctú. Yo tuve que hacer un trabajo antes, en la Escuela de Cine de Madrid, donde estaba estudiando para especializarme como guionista. Tenía que adaptar una novela y llegar a escaleta. Y a mí se me ocurrió que podía trabajar Un mundo para Julius. Trabajé durante todo ese año escolar en esa adaptación y llegué a lo que podía ser una pre primera versión de guión. Porque es una novela gigantesca y se hizo un proceso larguísimo y complicado. A pesar que eso fue lo primero que yo escribí pensando en un largometraje me di cuenta que era una cosa demasiado grande y demasiado ambiciosa, y simplemente lo guardé tal cual hasta donde había llegado.

¿Y cuándo se dio finalmente el momento de sacar el proyecto de los cajones?
En verano de 2015. Me senté durante todo el mes de enero, que estaba de vacaciones y no tenía clases, a escribir una primera versión de guión. Y con eso ya hubo un primer proceso de selección. Le presenté la adaptación a la agencia literaria que tiene los derechos del libro, porque no los tiene Bryce.

Pero igual te comunicaste con él…
Sí, y él ya me conocía de antes. Porque antes de estar metida en el mundo del cine yo publiqué un libro de cuentos, y en uno de los cuentos él era el personaje. Él entonces había leído parte de lo que había escrito en literatura y había visto Viaje a Tomboctú. Fue buenísimo porque le escribió a la agencia literaria como recomendándome.

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Ayudó entonces hablarle de todos modos.
Claro, él ayudó para que esto saliera. Después de meses llegamos a un acuerdo con la agencia literaria y con Bryce. Fue ahí cuando lancé el proyecto en Facebook y empezó a aparecer todo el mundo: el co productor peruano, el co productor argentino, el distribuidor. Todo el mundo comenzó a interesarse en el proyecto. Y fue gracias a ese interés que yo he podido comprar los derechos de la novela, y ahora puedo escribir con más calma. Este verano hice una segunda versión de guión y decidí que a partir de ahí ya sólo seríamos yo y mi texto, porque no puedo seguir con la novela, que tiene como 600 páginas y es difícil ver qué se queda, qué se va.

Cuando llevaste el curso en Madrid, ¿por qué decidiste adaptar Un mundo para Julius?
Porque es una novela que me marcó mucho siendo chica y estando en España quería hacer una novela peruana. Además, no sólo me marcó mucho, sino que la he leído muchísimas veces y cada vez le daba otra vuelta. Me parece una novela absolutamente necesaria, pero el problema es que la gente no lee. Ahora estamos en un momento en el que el público de repente puede llegar al discurso de la novela a través de una película, puede ser que la película haga que se compren la novela. Porque lo que se cuenta en el libro es una desigualdad terrible que hay en Perú, al igual que el racismo y el machismo. Creo que son las tres grandes taras del Perú. Y no es que solamente estuvieron en los años cuarenta o cincuenta, que se narran ahí, sino que son problemas del Perú de ahora.

Muchos piensan que es riesgoso adaptar libros, ¿cómo hiciste para convencerte de tomar ese riesgo?
Es riesgoso, claro, porque un millón de personas lee una novela y entonces hay un millón de puntos de vista de ella. Es imposible hacer una película con la que todo el mundo esté feliz. Porque todos van a decir que esperaban una u otra cosa o que imaginaban a Julius diferente. Yo tengo que pasar por encima de todo eso y pensar “es mi adaptación, es mi punto de vista, es lo que yo imaginé cuando leí el libro”. Lo que debo hacer es que la película funcione como película, independientemente de las comparaciones que pueda haber con la novela, que las va a haber, obviamente.

En Viaje a Tomboctú empiezas narrando la infancia de los personajes, tienes una billetera de El Principito, y ahora vas a contar la historia de un niño como Julius. ¿Cuánto ha importado tu infancia y tus lecturas de niña en todo lo que has hecho después? Porque parece ser la etapa a la que vuelves.
Yo creo que ha sido fundamental. Yo he leído mucho desde muy chica. Es fundamental porque las grandes historias del mundo siempre regresan a la infancia, o al menos los grandes autores que a mí me han marcado. Mi primera película habla de una pérdida de inocencia, y esta también habla de la pérdida de la inocencia de Julius. Entonces, el tema me persigue y yo recién me estoy dando cuenta a la hora que me preguntas.