Durante la cuarentena, dos ladrones intentaron robar piedras medievales de la catedral de Notre Dame para venderlas en el mercado negro.
Por Redacción COSAS
París, como el resto de Francia, está en cuarentena debido a la pandemia de coronavirus. Sus calles y atracciones turísticas hoy lucen desiertas. Sin embargo, policía logró atrapar a dos avispados ladrones que intentaban saquear la catedral de Notre Dame la semana pasada. La dupla fue arrestada por tratar de robar unas famosas piedras medievales que pretendían vender en el mercado negro.
Por supuesto, este monumental hito histórico del siglo XII continúa siendo restaurado, tras del triste incendió del que fue víctima en abril del año pasado. Aunque por estos días las obras se han detenido momentáneamente por la cuarentena. A pesar de este contratiempo, el recinto permanece bajo vigilancia las 24 horas del día.
El ambicioso plan del presidente Emmanuel Macron es hacer que la catedral de Notre Dame vuelva a estar abierta al público en solo cinco años. Algo que parece particularmente improbable teniendo en cuenta los últimos acontecimientos. Basta decir que el pasado 23 de marzo, los trabajadores debían comenzar a retirar el andamio que sostiene la estructura del edificio, aún en peligro de desplomarse.
Larga restauración
No es la primera vez que se detiene el avance de la obra. A principios de año, se descubrió que los escombros dentro de la catedral emitían niveles tóxicos de contaminación por exceso de plomo. Esto exigió un replanteamiento del proceso de trabajo.
Notre Dame se incendió aproximadamente a las 6:30 p.m. del 15 de abril de 2019. Las llamas se extendieron rápidamente al techo de la edificación, causando que el interior de madera de la iglesia se destruya. No obstante, sus famosas torres se salvaron, y el incendio se apagó por completo a las 10 a.m. del día siguiente. Los equipos de emergencia pudieron rescatar algunas de las obras de arte más valiosas del interior. Entre ellas destaca una túnica usada por el rey Luis IX y la supuesta corona de espinas de Jesucristo antes de su crucifixión.
El multimillonario propietario del conglomerado de lujo LVMH, Bernard Arnault, se comprometió a donar 200 millones de euros para su restauración. Mientras que su rival en los negocios, François Henri Pinault, del Grupo Kering, también donó 100 millones de euros.