Discos, videos y nuevos singles de una breve pero variada selección de jóvenes músicos peruanos.
Por Vania Dale
1. “Millennial”, de Clara Yolks y André Urban
“Millennial” fue compuesta y producida a distancia –como dictan los tiempos–. Se estrenó el 17 de abril, y su video –enmarcado como si se tratara de una Instagram Story pero horizontal– inmediatamente remite a su título. “Pantallas otra vez (…) Todo lo que no puedo lo puedo pretender”. Sí, la canción es una crítica a esta generación, pero solo durante la primera mitad; después –gracias a un astuto giro en la letra– se convierte en una especie de himno que alaba el potencial y la capacidad de reinvención de los millennials en tiempos de crisis como los que vivimos.
Si bien los infaltables recursos rítmicos del trap –tanto como su estructura– se hacen presente en las estrofas, estos se combinan con bombos que más bien recuerdan a los ritmos de la saya. En el tema abundan arreglos inspirados en otros ritmos folclóricos del Perú, como el huayno –un territorio que ya había explorado Clara Yolks con su canción Lunera–, y sonidos que remiten a versiones más sintéticas de arpas y charangos, haciendo de “Millennial” una canción de electropop que suena a Latinoamérica.
2. “Gestalt”, de Alonso del Carpio
A comienzos de marzo, el tecladista de la banda El hombre Misterioso presentó “Gestalt”, su primer disco como compositor instrumental. Lo integran seis temas para piano y sinfónica, que se presentan como viajes íntimos de reconciliación entre su formación clásica y la improvisación. Como no podría ser de otra forma, se trata de un
álbum conceptual con todas sus letras, lleno de imágenes y de acción, y que bien podría ser el soundtrack de alguna película de tintes épicos. En definitiva, una rara avis en el ecosistema musical local.
El disco, cuya portada fue diseñada por José Antonio Mesones, ‘Goster’, está disponible en Spotify, iTunes, SoundCloud y YouTube.
3. “Otro café”, de Fernanda Perochena
Para su primer single de este año, “Otro café”, la cantautora Fernanda Perochena optó por el formato videodiario, que tan bien se ajusta a la esencia etérea de la canción y de los tiempos actuales. Su sonido, por supuesto, permite intuir sus inf luencias musicales, pero también algunas de las imágenes que conforman su video, en las que se alcanza a ver que Frank Ocean es uno de los artistas que ha estado escuchando recientemente en Spotify. Por otro lado, su voz, llena de texturas, recuerda por momentos a referentes femeninos actuales del llamado neo soul, como Sabrina Claudio, Kali Uchis, Jorja Smith o hasta la consagradísima Erykah Badu. “Otro café”, producido por Daniel Ruiz-González, es un tema minimalista, que juega entre lo delicado y lo sensual, y en el que la voz es la
protagonista.
4. “Bilingüe”, de Malucci
La nueva canción de la peruana bien podría convertirse en el próximo tema de moda. La cantante pisa fuerte en el territorio del urban con “Bilingüe”, una canción que hace gala de los recursos habituales del reguetón, y en la que, además, combina una letra bastante sugerente y lúdica –que realiza un paralelismo entre la habilidad de hablar dos lenguas y cierta predisposición de índole sexual– con un estribillo altamente pegajozo. La receta del éxito.
Este sencillo –producido por Hiro Angeles– e convierte en el segundo que la cantante lanza este año. El primero fue “No es tuyo”, un tema más cercano al trap, con un video que parodia uno de los talkshows peruanos más
populares y que cuenta con más de un millón y medio de reproducciones en YouTube.
5. “La zorra zapata”, de La Zorra Zapata
Una de las cosas que más llama la atención del proyecto musical de Nuria Zapata es el aura de autenticidad que lo rodea. En este primer disco de apenas ocho canciones, la artista nos comparte el resultado de su reciente inmersión en el mundo de la música, en el que nunca se había zambullido por completo. Los temas no ostentan, son minimalistas, de pocos acordes, supersencillos –y también superhonestos– y de una carga emocional inmensa.
Los ritmos, que por lo general se mantienen constantes durante cada una de las canciones, generan un resultado a veces hipnótico, y se apoyan inteligentemente en los diferentes juegos de voces y de atmósferas para no caer en la monotonía. Mención especial a Alonso Bentín, el productor a cargo del álbum, por un trabajo que –se nota– se ha centrado en explotar las potencialidades de la artista procurando respetar al máximo su esencia.