Andrés Álvarez Calderón, presidente del Museo Larco, nos abre una ventana al lo que fue un largo proceso de reapertura. Tras meses de incertidumbre, proyectos innovadores, inversiones y refacciones estructurales; Museo Larco vuelve a abrir sus puertas hoy, 18 de mayo, en el marco del Día Internacional de los Museos.
Por Benjamín Palma Fotos Cortesía del Museo Larco
Este 18 de mayo, Museo Larco abre con muchísimo entusiasmo, llenos de nuevos productos inmensamente interesantes. Además, rindiendo homenaje a su fundador, Rafael Larco Hoyle, reabre sus puertas en su natalicio.
Abriendo sus puertas por primera vez en 1926, estas se mantuvieron así de manera ininterrumpida por 94 años. Forzados a cerrar en el contexto de la pandemia, el 12 de marzo del 2020, ahora renace después del momento más duro de su historia.
Se trata de un regreso inmensamente fortalecido y lleno de entusiasmo. Un entusiasmo de poder brindar al país la satisfacción de tener un museo de talla mundial. Con nuevos espacios y una de las museografías más hermosas del mundo, Museo Larco ofrece una experiencia que ningún peruano o turista puede dejar pasar.
Como sabemos, el Museo Larco reabre sus puertas este 18 de mayo. Este tiempo cerrado fue aprovechado para renovar su infraestructura. Ahora, con la apertura cada vez más cerca, ¿podrías llevarnos al inicio y comentarnos cómo recibieron la noticia del cierre debido al coronavirus?
Las noticias cambiaban minuto a minuto y ya para el día 12 de marzo (del 2020), llegamos a la conclusión interna, institucionalmente, por que nosotros recibimos muchos turistas extranjeros y vimos la posibilidad de que nuestro personal sufra un contagio, fue la razón por la cual ese mismo doce de marzo se tomó la decisión de cerrar el museo. Anticipandonos 3 días al cierre total.
Te diría que somos la primera institución de acceso al público que cerró sus puertas. En su momento fue gracioso porque pusimos en la puerta un cartel que decía: “cerramos por 15 días”.
Esa era la esperanza de todo el mundo en ese momento. Se pensaba: “15 días y salimos”…
Así es, dijimos: “Está bien, cerramos, en 15 días ya todo está arreglado y regresamos”. Entonces a los 15 días no tengo que contarte lo que pasó, a los 30 tampoco. Todo esto cerraba y volvía a cerrar. Fue muy duro el proceso porque al principio pensábamos que podíamos resistir económicamente bajo el mismo formato pre-pandemia, pero luego se tuvo que tener reflejos y tuvimos que comenzar a hacer reducciones y recortes de sueldos. Tuvimos que prescindir de colaboradores que trabajaban de manera eventual con nosotros.
Luego vino esa incertidumbre de si todo abre o no abre en el mes de junio (de 2020). Si bien es cierto que el Gobierno quería abrir la economía, la situación de la pandemia estaba todavía incendiada. Así, en el directorio que maneja la institución, decidimos que era mejor no hacer ningún esfuerzo de apertura que iba a llevarnos a tener que nuevamente cerrar.
Algo que efectivamente sucedió y afectó a miles de negocios…
Así es. Con lo cual se optó por no abrir y más bien, decidimos aprovechar el tiempo cerrados para poder hacer aquellas cosas que jamás hubiéramos podido hacer mientras estábamos abiertos.
A pesar de la pandemia y las vicisitudes, ustedes aprovecharon el tiempo para renovaciones y lanzar nuevos proyectos. Estuvieron trabajando miniseries en redes y la renovación del museo. ¿Puedes contarnos un poco sobre las miniseries?
Por supuesto. En la primera etapa, durísima para toda nuestra comunidad, encerrados en casa, había muy poco producto cultural preparado. Y, nosotros hace muchísimo tiempo tenías en mente que el mayor valor que tiene el Museo Larco, una de sus características que más gustaban al público, era la narrativa. El storytelling, ese cuento que contamos en términos de la curaduría del museo.
Pre-pandemia siempre decíamos: “tenemos que hacer llegar la narrativa del museo a más público. Tenemos que hacer minivideos”. La realidad es que era muy difícil, uno estaba muy muy enfocado en que el museo siga operativo y que la calidad del servicio sea óptima. Así pasaron meses, años y no lo hacíamos. Cuando se la da a pandemia vimos que si el público no puede llegar a nosotros, pues nosotros llegaremos al público.
Así fue como comenzamos la primera serie de “Descubre el Antiguo Perú”, hicimos 20 capítulos. Luego decidimos hacer una miniserie de 12 capítulos sobre la ceremonia del sacrificio. Además de otra serie sobre diversas culturas del Antiguo Perú, de 10 capítulos. Por último, un proyecto que siempre teníamos en espera era la miniserie del héroe mitológico Mochica, Ai Apaec, que se hizo en 7 capítulos.
Fue un gran éxito porque saltó de nuestras redes: generó el interés de la televisión. Hicimos un convenio con RPP y ellos lo estuvieron transmitiendo permanentemente en su señal de cable. Así comenzamos a llegar al público con una aceptación inmensa en nuestras redes y en las de RPP.
Cuando las cosas se hacen bien, con cariño, esfuerzo y dedicación; terminan gustando mucho a canales como el 7, pasó a la plataforma de aprendo Perú para llegar a todos los escolares del país. También fue del agrado de Frecuencia Latina, que la ha venido transmitiendo los días sábados. Entonces, hemos estado en dos canales de señal abierta.
El museo fue poco a poco posicionándose en la recordación de los peruanos a través de este mensaje y la curatoría que te acerca tanto al antiguo Perú.
En base a este éxito, sobre todo de un proyecto que siempre habían querido desarrollar, y ahora que el museo vuelve a abrir sus puertas, ¿aún podemos esperar la producción de este tipo de miniseries?
A ver. Creo que lo que se puede esperar es que estas miniseries se conviertan más en largometrajes, en eso estamos. Ahora vamos a volcarnos en convertir esto en documentales más armados. De alguna manera estamos más concentrados en eso.
Respecto al tema de miniseries, te tengo que decir que los temas son infinitos. Por supuesto que vamos a retomar ese tema, pero como puedes imaginar, las prioridades cambian.
Entre esas nuevas prioridades, la renovación del museo…
Exacto.
¿Cómo llegaron a esa decisión en el contexto de la pandemia?
Las miniseries las trabajamos desde marzo hasta septiembre, una experiencia alucinante porque todo se hizo virtualmente. Trabajamos con 3 diferentes productores y hasta la fecha no he tenido la oportunidad de estrecharles la mano. Espero prontamente poderlos conocer personalmente. Es muy loco.
Pero, ya en paralelo, en los tiempos libres ya veníamos planificando que había cosas que teníamos que hacer en el museo.
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Todo ocurre en el mes de septiembre/octubre cuando vemos que el tema de la pandemia… La verdad de las cosas, creo que nos tomó 5 meses darnos cuenta que esto iba a alargarse.
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Recién cuando llegamos a esa conclusión dijimos: “tenemos que trabajar dentro del museo”.
Fue ahí cuando se comentó a los miembros del directorio del museo una serie de propuestas. Afortunadamente, a pesar de la difícil situación económica, el directorio dio la luz verde para que se realicen inversiones tomando incluso hasta deudas; pero eran obras que se tenían que realizar. Una serie de refacciones, remodelaciones estructurales para asegurar el edificio y para generar nuevos espacios.
¿Cuales son estos nuevos espacios que el público puede esperar con la reapertura del museo?
En la reapertura van a encontrar que, lo que era la sala de cerámica erótica, ha cuadruplicado su tamaño. Por supuesto, con este incremento del espacio, se ha podido lograr una museografía… Las dos salas eróticas del museo tenían un poquito una sensación de depósito, las piezas estaban muy apiñadas y necesitábamos espacios. Se han generado los espacios para desarrollar una curaduría ad hoc con la narrativa del museo.
Entonces, se ha hecho una museografía que, te puedo decir, la hemos cerrado el día de hoy (14 de mayo). Yo viajo muchas veces a exposiciones de piezas del Perú en diferentes partes del mundo. En los mejores museos del mundo se exhiben exposiciones del Perú con piezas del Museo Larco y de otros museos peruanos. Ahí podemos ver como se lucen los mejores museógrafos del mundo. Lo que te quiero decir es que, la museografía que van a ver aquí es probablemente una de las más lindas que haya visto en el planeta.
No tiene nada que envidiarle a las internacionales…
No solamente no tiene nada que envidiarles, yo creo que está en lo más alto que uno puede esperar de museografía de talla mundial. Es una belleza la nueva sala erótica. Se ha convertido, estoy seguro, en una experiencia fascinante para entender la cosmovisión andina a través de las escenas eróticas.
¿Cuál es el otro espacio?
Hay un espacio nuevo, parte del restaurante del museo, pero que sigue siendo parte de la experiencia integral que este local ofrece.
En medio de la pandemia tuvimos contacto con la Asociación del Consejo Regulador de la denominación de origen Pisco. Este es el que determina que un producto, porque tu sabes que en el Perú muchos preparan artesanalmente su propio pisco, pero si quieres tener la denominación “origen pisco”, te lo pone este consejo regulador.
Ellos tenían almacenada una colección de mil doscientas botellas de pisco que querían darle un espacio de exhibición. Entonces, en el restaurante del museo se ha hecho un espacio para la exhibición de las botellas dentro de la barra del museo. Es necesario aclarar que no se trata de un bar. Como tu sabes, el museo tenía un restaurante y de 100 personas que venían, solo 10 consumían. La idea era que, ahora al hacer esta barra, el visitante pueda encontrar una empanada, un kekito, un café, juego de naranja…
Entonces, en este espacio que se ha hecho, se encuentra la exhibición de las 1200 botellas de más de 200 marcas de pisco, que ha quedado como un espacio precioso y mágico. Para qué hablar de más cuando las fotografías hablan por sí solas. Además que la gente lo puede visitar desde el 18.
¿Algún otro espacio del que deberíamos saber?
Aparte de toda esta refacción, se ha hecho toda una nueva cocina de lo que era el restaurante del museo, pero eso es una parte no visitable que el visitante no va a percibir; salvo en la calidad del servicio. Y, arriba de todos estos espacios que hemos ido mencionando, ha quedado una terraza en un techo de 1200 m2. Va a ser una terraza que se va a utilizar para múltiples propósitos: eventos, cocteles, seminarios, etc.
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Es un muy lindo espacio integrado, abierto al aire libre con una vista frontal a la casona principal del museo. Entonces, el gran mérito es que toda esta museografía y curaduría de la sala erótica se ha hecho virtualmente. Trabajando con arquitectos, curadores, proveedores y todo de manera virtual. Nuevamente, fue una experiencia muy extraña, pero también muy novedosa.
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