El sábado 4 de junio a las 11 de la mañana, se llevó a cabo la XXVII Subasta de Arte y Diseño en el Centro Empresarial del distrito de San Isidro. Se trató de  una mirada a distintas regiones del Perú, para encontrar nuevas formas de convivencia entre las técnicas ancestrales y la vida contemporánea.

Por Rodrigo Schang

El presidente del Comité de Subastas del MALI, Gonzalo Li, comentó que se sometió a prueba un concepto muy innovador, a pesar de tener 24 años en el mercado con las subastas del MALI.

“Siempre buscamos adaptarnos a la realidad de cada momento y dada la coyuntura del país, nosotros ideamos contar con un 70% de lote con precios base por debajo de 3 mil dólares para enfatizar el carácter benéfico de la subasta”, declaró. A su vez, se logró dejar un espacio para que la gente que puje por ellas pueda contribuir al museo y “llevarse algo que no tiene precedentes”.

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“Objetos sobre una mesa en un cuarto forrado en piel de cocodrilo”, Valentina Maggiolo, 2022.

El MALI subastó piezas únicas

Gonzalo Li también comentó que se comisionaron piezas únicas para este catálogo (más o menos el 40%). No existen otras referencias en el mercado puesto que fueron hechas específicamente para esta edición.

En ese sentido aclaró: “Estas piezas únicas contemplan muchísimas colaboraciones que hemos buscado darles visibilidad a los distintos agentes que participan en cada una de ellas. Por ejemplo, los artistas de tradición regional como los tejedores, los carpinteros, los ebanistas, de la mano con los arquitectos, los diseñadores y los artistas”.

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Gonzalo Li, presidente del Comité de Subastas del MALI.

Un excelente ejemplo de esto fue la Mesa Kené, que comenzó en 1800 dólares y terminó en una puja por los 8 mil.

Entre tanto, Armando Andrade, quien es miembro del Comité de Subasta, remarcó que sin lugar a dudas “la disciplina del diseño ha contribuido de manera sustantiva a la mejora de la calidad de vida de toda la humanidad”. Esto, en el sentido que se evidencia el crecimiento exponencial del diseño en lo que respecta a la idea del modernismo y “nuestra realidad contemporánea”.

El Perú como inspiración

Asimismo, en su discurso inaugural, aseveró que desde tiempos prehispánicos, el Perú sirvió como fuente de inspiración para diseñadores y artistas de clase mundial. 

“Los artistas y diseñadores más importantes del mundo han mirado y admirado nuestros diseños textiles, nuestra orfebrería y nuestra cerámica (…) técnicas y conocimiento ancestral que nos toca rescatar y revitalizar”, agregó.

Natalia Delgado, quien tuvo como rol la organización general de la subasta, como también el planning, estrategia, producción de catálogo, comunicación y evento, lideró la coordinación entre todas las áreas.

“Es una posibilidad que ya dejamos abierta. Por ejemplo, entre un artista que nunca había tenido la ocasión de trabajar con uno amazónico”. De igual manera, precisó que se ha generado “todo un mundo de posibilidades entre ellos”.

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Máscaras de la danza, diabólicos de Túcume, Martín Granados. A la derecha, Armando Andrade.

“Estuve muy cerca del proceso de elaboración de la pieza y fue muy rico para todos. Para ellos como artistas, y para nosotros como equipo.

Finalmente, Gonzalo Li mostró su agradecimiento a todos los artistas que donaron sus obras para la subasta.

Agradecimiento especial a los artistas que nos donaron obra para esta subasta y mención especial a los arquitectos que participaron del espacio del MALI en CASACOR: Pascual Celis, Cairel Gubbins, Mariana Leguía, Roxana Paniagua, Lorena Piana, quienes donaron su tiempo e invirtieron en la implementación del espacio

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