Hay quienes la han comparado con películas como High Fidelity, Four Weddings and a Funneral y (500) Days of Summer o con series como How I Met Your Mother o Love. Pero no son las similitudes sino sus propios méritos los que hacen a Lovesick una de las mejores comedias que cualquiera puede ver en Netflix en estos momentos. O siendo más imperativos: una de las mejores comedias que cualquiera TIENE que ver en Netflix en estos momentos. En verdad.
Para no perder la costumbre de otros análisis, nosotros la vamos a comparar con otra serie que también fue subida a Netflix hace poco: Freaks & Geeks. Pero no la comparamos por temas estéticos ni temáticos (aunque ambos son productos muy bien hechos), sino por sus problemas de recepción: así como el programa producido por Judd Apatow, esta comedia británica tuvo problemas de audiencia cuando fue transmitida por televisión (por lo que fue cancelada tras sólo seis episodios). En el caso de la primera esto se debió por sus constantes cambios de horario. El gran problema de Lovesick fue su nombre original: antes de que Netflix comprara sus derechos y la rebautizara, se llamaba Scrotal Recall. El nombre, como era de esperarse, no capturó a demasiado público. Aunque aludía, eso sí, a la trama principal de la historia.
Lovesick, rodada en Glasgow, tiene como protagonista a Dylan, un joven británico que, en su búsqueda por el amor, encontró una ETS. Tras ser diagnosticado, la doctora de turno le recomienda hablar con sus parejas sexuales para informarles acerca de su condición. Esto, que pudo ser un trámite práctico y protocolar, se convierte en la excusa perfecta con la que él comienza a hacer un repaso de lo que fue su vida amorosa.
En esta travesía, que se alimenta de sucesos actuales y flashbacks, lo acompañarán sus dos mejores amigos. Por un lado está Luke, un despreciable mujeriego que, a diferencia de otros personajes con un estereotipo similar, es consciente de su personalidad y cada cierto tiempo la sufre, y su sufrimiento ocasiona algunos de los momentos más emotivos de la historia. Pero, si hay que hablar de emociones, tenemos que detenernos en el tercer miembro del grupo: Evie, una fotógrafa y diseñadora que personifica las dos caras del amor platónico y lo fatal y triste que puede ser la falta de timing… Sí, esta es una comedia que puede olvidarse de las risas cada cierto tiempo para conmover (bastante) a su espectador.
Pero el encanto de la serie no se queda en el carisma de sus personajes ni en la trama, sino que también se basa en su montaje. El juego entre el presente y el pasado, la musicalización (donde resaltan grupos como alt-J y The Horrors), y el hecho de que cada capítulo lleva el nombre de una mujer del historial amoroso del protagonista, terminan por dotarla de una personalidad propia, sólida y redonda.
Como dijimos al inicio, por problemas de audiencia, sólo se llegaron a transmitir seis episodios de veintitrés minutos (lo que la convierte en una serie perfecta para verla en una sola tarde) antes de su cancelación. Sin embargo su reciente aparición en Netflix llega con buenas noticias para aquellos que se hayan convertido en sus seguidores: la cadena de streaming, tras adquirir sus derechos, anunció que producirá una segunda temporada con el elenco original. El lanzamiento está programado para el jueves 17 de noviembre. Y, al menos nosotros, no podemos hacer otra cosa que desear que esa fecha llegue lo más pronto posible.
Por Omar Mejía Yóplac
