Tras los ataques a obras de arte en diferentes museos de Europa por activistas del cambio climático, estos han tenido que aumentar considerablemente sus medidas de seguridad.
Por Redacción COSAS
En los últimos meses, noticias de ataques a obras de arte por activistas del cambio climático han remecido las redes sociales. Uno de los más virales fue el video que muestra a dos personas lanzando sopa de tomate a la obra “Los girasoles», de Vincent Van Gogh, ubicada en la National Gallery de Londres.
Esta acción tenía como objetivo una gran petición: solicitar que se deje de utilizar petróleo como recurso básico por su gran efecto contaminante. De la misma manera, días antes y para llamar la atención sobre el cambio climático, activistas pegaron sus manos al cuadro “Masacre en Corea”, de Pablo Picasso, que se encontraba expuesto de manera temporal en la Galería Nacional de Victoria, en Australia.
Las acciones de los museos para proteger sus obras
Cada vez más activistas han visto en el ataque a las obras de arte un vehículo para dar a conocer sus mensajes, lo que ha causado que los museos tomen diferentes acciones para evitar que las piezas sufran daños irreparables.
A pesar de que en un principio, varios centros de Europa han debido aumentar sus medidas de seguridad, los directores de museos no quieren terminar construyendo un centro de vigilancia por lo molesto que podría ser para turistas que buscan pasar un momento libre, conociendo la cultura a través de las obras de arte. Por ello, se han tomado medidas menos críticas.
En el Museo Leopold, ubicado en Viena, Austria, ya no se puede entrar con abrigos, ni carteras. Sin embargo, a pesar de los cuidados, sufrieron un ataque a la obra “Muerte y vida”, de Klimt, que fue manchada con un líquido negro que una persona camufló entre su ropa.
Por ello, han considerado registrar a los visitantes, pero nuevamente es un tema que genera debate, debido a que los más afectados serían los turistas de todo el mundo que sólo acuden en búsqueda de un poco de arte.
“Un museo es un lugar que siempre debería estar abierto al público”, dijo el director del museo tras calificar un posible registro como “invasivo”
También, varios museos han optado por proteger las obras con cristales. A pesar de que parece una idea bastante lógica, también requiere de mucho presupuesto, lo que haría que los costos de las entradas aumenten y eso dificulte el acceso al arte y la cultura.
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