Comento en esta ocasión dos novelas, un libro de cuentos, un libro de educación, dos poemarios y un libro para niños.
Por Paolo de Lima
El lugar de la memoria (Banco Central de Reserva del Perú, 2022)
El lugar de la memoria (Banco Central de Reserva del Perú, 2022).
Es la segunda novela de Luis Eduardo García (Chulucanas, 1963), ganadora del XXV Premio de Novela Corta “Julio Ramón Ribeyro”, narrada por Amado, un padre (intelectual, docente universitario) al borde del Alzheimer (tiene sesenta y tantos años) quien redacta la obra para luchar contra el olvido inminente y poder legar algo de memoria a su hija Cayetana (pediatra, 25 años). Una bella historia de amor filial, rescatada dentro del dolor del deterioro mental, narrada con sensibilidad y oficio en dos partes y veintitrés capítulos enmarcados por monólogos a modo de “un juego de espejos en torno a la memoria y el olvido” como señala el jurado que le otorgó el premio.
El límite del alba (Lluvia, 2022)
El límite del alba (Lluvia, 2022).
Es la primera novela de María Teresa Grillo (Lima, 1965), catedrática en Canadá. Escrita hace más de dos décadas, retomada en los últimos años, durante el confinamiento pandémico, la novela trasluce una inquietud por nuestro país en su transcurrir por el mar Mediterráneo, Iquique, Lima, Piura y la zona andina. Narrada con fluidez a través de cuarenta y cinco capítulos, tres generaciones se suceden desde la perspectiva amorosa y el desencuentro en sus visiones sobre la realidad. En esta veta la novela busca ofrecer luces sobre la azarosa y compleja sociedad peruana que aún pugna por encontrar su mejor definición. Recordemos que Grillo publicó el 2016 el ensayo Discursos de la nación pendiente.
El largo aliento de las historias apócrifas (Artífice, 2022)
El largo aliento de las historias apócrifas (Artífice, 2022).
Es el tercer libro de cuentos de José Vadillo Vila (Lima, 1977) conformado por seis historias narradas “desde diversos registros que van desde lo fantástico hasta lo realista”, como señala Alejandro Neyra en la contracarátula. Se trata de un libro escrito con oficio y amplio dominio de sus recursos expresivos (ambientación, descripciones, punto de vista narrativo) que permiten perfilar con solvencia una serie de personajes nítidos y con espesor como la calculadora y fría Julieta en “El señor Moravia” o los incidentes en torno a la figura del ficticio escritor de novelas policiacas posmodernas Heráclito Guzmán Huamán en “Espectro ilustre”.
Educación mediática. Emergencia y urgencia de un aprendizaje pendiente (Fondo Editorial Universidad de Lima, 2022)
Educación mediática. Emergencia y urgencia de un aprendizaje pendiente (Fondo Editorial Universidad de Lima, 2022).
De Julio-César Mateus es un libro que permite, como señala María Teresa Quiroz en el prólogo, “una comprensión de los cambios que se viven en el entorno educativo, dentro y fuera de las aulas, y que suponen nuevas estrategias fundadas en las diferencias, en las culturas y en los sentires de quienes están comprometidos con y en la escuela”. El libro está conformado por diez capítulos que estudian aspectos como la alfabetización y competencia mediática, el mito de la tecno-escuela, las trayectorias de la educación mediática o la educación como problema político.
Quince minutos de receso (clases de poesía) (Personaje Secundario, 2022)
Quince minutos de receso (clases de poesía) (Personaje Secundario, 2022).
Es el segundo poemario de Cayre Alfaro Fonseca (Lima, 1997), de factura madura y grato de leer en su humor inteligente respecto a la escritura poética en los tiempos de la sociedad de rendimiento. Así, los poemas van brotando en función de lo que su propio título anuncia: “Poema epistolar” (o novelado, lírico, sicario, conceptual, porno, largo, entre otros). El poemario se divide en dos partes, a modo de un disco (“Lado A: Libro de poemas” y “Lado B: ¿Libro de poemas?”) más un Bonus truck. Leamos el breve “Poema publicitario”: “Este poema es un sueño. / Estás dormido. / Por favor, despierta”.
Hilda (Gambirazio, 2022)
Hilda (Gambirazio, 2022).
Es el primer poemario de Sandra Lucía Avenzú (Callao, 1988), con un total de 28 poemas y “versos trabajados con rigor” de los que extrae “una belleza del dolor” a propósito del “sufrimiento de la pérdida de la abuela”, como señala Marco Martos en el prólogo. De hecho, Hilda es producto de las sesiones del taller de poesía de Martos, uno de nuestros poetas mayores de imparablemente constante actividad en la escena poética de nuestra ciudad. Unos versos: “El silente escucha atento la situación / y se detiene con la lentitud de los pasos tirados en la tierra. / Ensangrentado, putrefacto y casi muerto”.
Poesía animal (Ambar, 2022)
Poesía animal (Ambar, 2022).
De Ana Vera (Lima, 1981) es un poemario para niños, ilustrado por Víctor Ynami, cuyos poemas de ocho versos toman la voz de un ani-mal no explicitado en el texto pero insinuado en las imágenes que lo acompañan. Así, podemos encontrar, entre mascotas o silvestres, al perro, caracol, loro, tigre, tortuga, puercoes-pín, gato, mono, rinoceronte, delfín, lagarto, elefante, caballo, cóndor u oso panda. Adivinen, por ejemplo, a qué animal corresponde el poema “Un corazón valiente”: “No soy valiente por ser feroz, / o porque otros me teman / y envidien mi cabellera. / Tengo una tarea difícil: / defender a mi familia. / Ruuuujoooo para conservar mi hogar, / y juego en la pradera, / para que mis hijos nunca me olviden”.
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