En el norte también hay selva. Un ejemplo de ello son los Cerros de Amotape, en las alturas de Tumbes. Pero es una selva extraña, seca y tropical. Hay árboles bellísimos y plantas únicas, así como cocodrilos, felinos, monos y muchas aves, algunas en peligro de extinción. Se han registrado ataques a guardaparques por parte de madereros ilegales. Urge más apoyo estatal y privado para que esta maravilla del norte no desaparezca.

Por Gabriel Gargurevich Pazos

El paisaje es extraño, inusual, una selva distinta, en parte tropical, en parte seca, como si estuviera en tránsito a otra dimensión, pero está aquí, la selva, en el norte del Perú, majestuosa, indómita, montañosa. El Parque Nacional Cerros de Amotape se ubica en las provincias de Zarumilla, Tumbes y Contralmirante Villar, en el departamento de Tumbes, y en la provincia de Sullana, en el departamento de Piura.

Es una selva que parece embrujada, que se fuera a encender en llamas o a convertir en cenizas. El 22 de julio de 1975, el Parque Nacional Cerros de Amotape se oficializó mediante el Decreto Supremo N.° 0800-75-AG, sobre una superficie de 91.300 hectáreas. Años después, exactamente el 7 de julio de 2006, mediante otro Decreto Supremo (N° 046-2006-AG), se precisó la superficie real: 151.561,27 hectáreas. También se precisaron los objetivos que el Estado debía cumplir para su conservación: proteger la flora y fauna del Bosque Tropical del Pacífico y el Bosque Seco Ecuatorial, que conforman la zona núcleo de la Región de Endemismo Tumbesina.

Amotape

Mariposas (Lepidoptera).

Cabe mencionar que hablar de endemismo es hablar de la exclusividad geográfica que recae sobre la flora y fauna de determinado grupo de clasificación científica. Es decir, algunos de los animales, las plantas, los árboles que hay en el Parque Nacional Cerros de Amotape, se limitan a un ámbito geográfico menor que un continente y no se encuentran de forma natural en ninguna otra parte del mundo.

Desde lo alto de alguna de sus montañas encantadas, podemos ver el río Tumbes, río navegable que sirve para delimitar la frontera con Ecuador, y también para darse un baño, claro está, si uno es valiente y atento: entre los reptiles que se encuentran en el parque, destaca el cocodrilo de Tumbes (Crocodylus acutus), que está en peligro de extinción. Como el mono coto de Tumbes (Alouatta palliata), la nutria del noroeste (Lontra longicaudis), el jaguar (Panthera onca) y el tigrillo (Leopardus pardalis).

Rana wanna, que habita principalmente en quebradas con aguas cristalinas.

Y las aves. En el Parque Nacional Cerros de Amotape se encuentran cerca de cuatrocientas aves, de las cuales diecisiete están amenazadas y cincuenta son especies endémicas. Entonces, habría que mencionar al gavilán dorsigris (Leucopternis occidentalis), el perico macareño (Brotogeris pyrrhopterus), el coliespina cabecinegra (Synallaxis tithys) y el cabezón pizarroso (Pachyramphus spodiurus).

Dentro de la flora destacan: la especie endémica de ceibo (Ceiba trichistandra), el algarrobo (Prosopis pallida), el angolo (Pithecellobium multiflorum), el guayacán (Tabebuia sp.) y el palo santo (Bursera graveolens); los dos últimos son muy preciados por su valor comercial. Todo este universo mágico, misterioso, vivo, fundamental para el equilibrio ecosistémico ya no solo nacional, sino mundial, está en peligro.

Alouatta palliata, primate elemento de conservación del PNCAM y la RNTUM. Se alimenta de los frutos o semillas de las especies forestales.

Guardaparques bajo ataque

Los encapuchados lo emboscaron cuando estaba dentro de la camioneta oficial del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp). Wilfredo Mogollón del Rosario fue atacado con piedras y palos por seis sujetos con el rostro cubierto. Eso fue lo que denunció el guardaparques del Parque Nacional Cerros de Amotape. Felizmente, Wilfredo consiguió escapar de los delincuentes y salir ileso.

Pero treinta hermosos árboles de la especie guayacán, de aproximadamente dos metros y treinta centímetros de diámetro, fueron talados previamente. Esto sucedió en marzo de 2021, y es un ejemplo de los ataques que los taladores ilegales cometen recurrentemente en el parque. Esto sucedió en la zona donde se conservan bosques secos ecuatoriales, en el centro poblado de Teniente Astete, distrito de San Jacinto (región Tumbes), según informó la Policía Nacional.

Especie forestal del ceibo Ceiba trischitandra, de la familia BOMBACACEAE, que habita especialmente en la parte baja del bosque seco PNCAM y la RNTUM.

En un comunicado, el Sernanp instó a las autoridades “a que se realicen las investigaciones necesarias que permitan sancionar a los responsables de este lamentable hecho que puso en riesgo la vida e integridad física del personal guardaparque de nuestra institución”. Cabe mencionar que el Parque Nacional Cerros de Amotape es considerado el mejor ejemplo de conservación de bosques secos ecuatoriales en toda la región del Pacífico. Pero no está exento de estos nefastos sucesos.

Juan La Rosa Boggio es el jefe del Parque Nacional Cerros de Amotape y encargado de la Reserva Nacional de Tumbes del Sernanp. Desde hace quince años, trabaja en temas ambientales y áreas naturales protegidas. Dice que el Estado durante muchos años ha hecho denodados esfuerzos por conservar el parque, área natural protegida que actualmente cuenta con catorce guardaparques oficiales y guardaparques voluntarios.

Odocoyleus virginianus, venado de cola blanca de hábitos solitarios que habita generalmente en el bosque seco ecuatorial del PNCAM y la RNTUM.

“Estos guardaparques están provistos de equipamiento y herramientas especializadas, con capacidad operativa para atender diferentes emergencias, como incendios forestales y otro tipo de amenazas que enfrenta el área natural protegida. Aun así, hemos sido víctimas de algunos episodios de violencia contra nuestros vehículos y personal durante el desarrollo de nuestras actividades de control y vigilancia. La prioridad, claro está, tiene que ver con la integridad de nuestro equipo humano”, precisa Juan La Rosa.

La importancia de los ecosistemas

Juan trabaja en un programa de conservación del Parque Nacional Cerros de Amotape junto con la ONG Aider. ¿El principal objetivo? Mantener el estado de conservación de los ecosistemas que alberga esta área natural protegida. Dice: “Hay que tener en cuenta que estamos ante el único Bosque Tropical (BT) del Pacífico peruano y la mejor muestra del Bosque Seco Ecuatorial. ¿Para qué sirve conservar estos dos ecosistemas? Uno de los beneficios de los servicios ecosistémicos tiene que ver con la venta de bonos de carbono”.

Juan La Rosa, jefe del Parque Nacional Cerros de Amotape.

Juan La Rosa dice que nuestro parque misterioso, incluido en la Reserva de Biósfera del Noroeste, una jungla seca, de donde sobresalen algunas palmeras, recordatorios de un clima trópico, es hábitat de especies amenazadas en todo el mundo. El mono machín de Tumbes, por ejemplo, es una de ellas, “por eso hay que darle prioridad, tenemos que mejorar su estado de conservación. Los últimos cinco años hemos enfrentado incidencias y actividades ilegales, gracias a acciones articuladas entre el sector público y privado. Actualmente, el Sernanp se encuentra implementando un contrato de administración en esta área natural protegida, para fortalecer la protección de los ecosistemas”.

Pero ¿por qué es tan urgente su conservación? ¿Qué pasaría, en el país, en la región, en el mundo, si desaparece? Juan La Rosa, jefe del parque, dice que ya que pertenece a la Región de Endemismo Tumbesina –uno de los lugares de mayor importancia a nivel mundial en cuanto a endemismo en aves– tiene una ubicación estratégica, donde confluyen el Bosque Tropical y el Bosque Seco Ecuatorial. “El parque está ubicado en la parte alta de Tumbes, y los servicios ambientales que brinda al país y al planeta tienen que ver con la captación de carbono, con la protección de cuencas; provee de oxígeno, alberga un banco de germoplasma, hace labores de regulación hídrica y del clima. De no contar con esta reserva, se alterarían condiciones importantes para la vida, perdiendo ecosistemas únicos y especies endémicas”, precisa.

Río Puyango Tumbes en temporada seca. Foto: Daniel Ampuero.

Estas áreas no son espacios aislados de la vida productiva del país, advierte La Rosa; producen bienes y servicios ambientales esenciales para nuestros sistemas de producción y adecuada calidad de vida. “La ganadería, por ejemplo, preexiste mediante acuerdos de conservación; se promueve la asociatividad para brindar servicios turísticos, los bosques aseguran la provisión de múltiples servicios ambientales, como la regulación hídrica”, añade.

El Bosque que aúlla

Atardece, y navegando en el río Tumbes, con el sol ocultándose, uno ya no sabe si está en la jungla o en un bosque de manglares. Las ramas de los árboles, a cada lado del río, se enredan y crujen, sosteniendo a una familia de monos Coto Aullador de Tumbes, que te miran atentamente, en silencio, muy atentos. Luego, el más grande, el padre de familia, de pelaje rebelde y tamaño imponente, emite un sonido cavernoso, moviendo las ramas donde ahora se encuentra, y pareciera que fuese el mismo bosque que se expresa, desde sus entrañas, consistente, perdurablemente.

Mosquero real amazónico. Habita mayormente en el bosque tropical del Pacífico. Foto Daniel Ampuero.

Esta especie de aullador, dice La Rosa, “habita en la mayor parte de América Central y el noroeste de América del Sur. Se le encuentra en el sur de México, centro de Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, al norte y occidente de Colombia, en el occidente de Ecuador y la Región de Tumbes en Perú. En el Parque Nacional Cerros de Amotape actualmente se ven más grupos familiares; generalmente, no son cazados y no son agresivos”.

También podría decirse que el Parque Nacional Cerros de Amotape está ubicado en la cordillera de los Amotapes, prolongación de la cordillera de Los Andes en la costa peruana. Y que otras de sus especies emblema son el Guayacán, Oreja de León y Madero Negro, en el ámbito de la flora.

¿Se deberían hacer campañas mediáticas para alentar la conservación? ¿Cómo hacer para que el Perú empatice con el Parque Nacional Cerros de Amotape? Juan La Rosa Boggio, jefe del parque y encargado de la Reserva Nacional de Tumbes del Sernanp, concluye: “Se debe seguir avanzando el trabajo con las comunidades en Tumbes, alentándolas a que ofrezcan servicios turísticos; se debe aprovechar los recursos naturales, en el marco de las normas del área natural protegida y su zona de amortiguamiento, por supuesto; debemos conectar con la sociedad, con la niñez, a través de estrategias de educación y sensibilización ambiental”.

“Estamos ante el único Bosque Tropical (BT) del Pacífico peruano y la mejor muestra del Bosque Seco Ecuatorial”.

Al interior y en las proximidades del parque existen algunos poblados pequeños, anteriores a su creación, que sobrevivían en el pasado de la extracción de recursos, en especial madereros, y que hoy se dedican principalmente a la ganadería, lo cual constituye un reto para el manejo y la conservación en un área de protección estricta como lo es Amotape. Una tierra privilegiada para la observación de aves, las caminatas, el canotaje y la respetuosa contemplación de un paisaje único en el país, que espera presentar mejoras en la infraestructura turística en el futuro próximo.

Suscríbase ahora para obtener 12 ediciones de Cosas y Casas por solo 185 soles. Además de envío a domicilio gratuito y acceso instantáneo gratuito a las ediciones digitales.