El último trabajo del arquitecto suizo Stefan Camenzind –el autor de las oficinas de Google– es una antigua capilla que, enmarcada en la espina dorsal que forman los montes Peninos en el norte de Inglaterra, ha sufrido una transformación interior radical.
Por Laura Alzubide / Fotos de Chris Humphreys
Stefan Camenzind, director ejecutivo de Evolution Design, exploraba el valle de Teesdale junto Rob Broomby, su cuñado, a la búsqueda del lugar ideal para pasar unas vacaciones. Entonces, en la cima de una colina, se encontró con una antigua capilla metodista que había dejado de ser utilizada allá por los años setenta. “El paisaje era tan impresionante y memorable que fue obvio por qué la capilla había sido construida en esa ubicación: como homenaje a las personas que solían venir aquí para la contemplación y la celebración”, cuenta el arquitecto.
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“Y este espíritu y este sentimiento tan especiales eran justo lo que queríamos conservar”.
Había sido construida en 1880, y su diseño era similar al de otras propiedades de la zona. Pero estaba completamente abandonada. Las ventanas estaban tapiadas. El techo necesitaba reemplazarse.
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La lluvia y el viento habían degradado los interiores. Camenzind se propuso rescatar esta hermosa muestra de arquitectura local, bendecida con un entorno privilegiado. Había que traer de nuevo a la vida su estructura única, sin alterar la grandeza del hall de la capilla y las ventanas góticas del siglo XIX, que derramarían la luz diurna en el interior.
“Al comienzo, cuando hacíamos los planos, tuvimos claro que no había suficiente espacio en la planta baja para todas las habitaciones que deseábamos”, explica Camenzind. “Por lo tanto, decidimos añadir otro piso en mezzanine.
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Añadir otro piso sin obstruir las ventanas góticas significaba diseñar el piso en mezzanine encima de la línea de las ventanas, lo cual nos dio el reto de una altura ilimitada en el primer piso. Para garantizar que las habitaciones escaleras arriba funcionaran bien, construimos una réplica a tamaño natural en nuestra oficina”.
Soluciones sostenibles
Hubo que esperar al año 2012 para conseguir los permisos para la obra. Y la construcción se prolongó a lo largo de dos años. En la planta baja, se sitúan las áreas sociales, más un dormitorio con un baño completo. En el piso de la mezzanine, sobre el área que ocupa la sala, tres dormitorios adicionales, dos de ellos con baño propio. El proyecto apuesta por unos interiores que imprimen modernidad sin que esta desentone con el lenguaje de la capilla. En este sentido, el mobiliario rústico, con ciertos toques de color, es fundamental.
“La elección de materiales y acabados estuvo basada en el carácter del edificio existente, su historia y el paisaje”, dice Camenzind. “En la cocina y el comedor, las vigas descubiertas tiene un acabado natural. El mobiliario de la cocina fue diseñado para conseguir un sencillo ambiente rural. Los azulejos tradicionales que cubren totalmente el muro trasero se complementan con la altura generosa y la amplitud”.
Antes de la renovación, la capilla no contaba con servicio de desagüe. Así que, con el fin de hacer una reforma sostenible, se instaló un sistema de biodiscos para el tratamiento de aguas residuales a trescientos metros del edificio. También se reciclaron la mayoría de las tejas y se puso énfasis en el aislamiento térmico para asegurar la retención del calor. Además, tras descubrir la presencia de murciélagos que habían hecho su hogar en el tejado, se agregaron cuatro respiraderos para que siguieran habitando allí. Incluso para ellos, la casa tuvo una nueva vida.
Fotos: cortesía de Evolution Design