Retiro de cables aéreos en desuso, antenas de telecomunicación, construcciones no autorizadas en azoteas y elementos antirreglamentarios. Estas son algunas de las acciones coordinadas que dirige ProLima para proteger, recuperar y preservar el patrimonio arquitectónico del Centro Histórico de Lima.
Por Jaro Adrianzén y Gudelia Vargas
La revitalización del Centro Histórico de Lima (CHL) no es un proceso que se limite a la puesta en valor de iglesias, espacios públicos, monumentos o jardines. Además de todo ese trabajo, tiene un factor inherente que sustenta su principio de recuperación integral: una fiscalización que vela por la correcta aplicación de las licencias de funcionamiento, construcción, avisos y vías en esta área de la ciudad, declarada Patrimonio Mundial por la Unesco. En otras palabras: un monitoreo constante para proteger y preservar nuestro paisaje urbano-histórico.
Esa es la premisa con la que trabaja el área de Fiscalización Posterior de ProLima, que se rige por lo establecido en el Reglamento Único de Administración del CHL, aprobado junto al Plan Maestro para su recuperación. Entre sus principales logros tiene el haber dirigido el retiro de más de 16 toneladas de cables aéreos en desuso del CHL, en coordinación con las empresas de telefonía y energía eléctrica. Una labor que, a la par de mejorar el aspecto del espacio intervenido, reduce los riesgos de corto circuito y potenciales incendios. Tan solo durante el 2023 se intervinieron 137 cuadras, incluyendo espacios emblemáticos del Rímac como el Jirón Trujillo -uno de los principales accesos al distrito- y las calles colindantes con la Alameda de los Descalzos.
El rasgo distintivo de esta función radica en la comunicación constante que se sostiene con los vecinos en caso se detecte alguna irregularidad, a fin de evitar una posible sanción. En ese sentido, se les ofrece una asesoría técnica gratuita y, en caso se requiera, apoyo logístico con personal operativo especializado. Por ejemplo, durante el 2023 se retiraron más de 1950 elementos antirreglamentarios de inmuebles en el CHL, como toldos, carteles, elementos de publicidad y banderas. Todo previo diálogo y acuerdo de ambas partes. Esta comunicación también se materializa en la asesoría que se le brindó a más de 500 ciudadanos durante el año para absolver sus dudas sobre sus inmuebles y las áreas colindantes.
Por otro lado, en el marco de sus funciones, el equipo de Fiscalización Posterior sostuvo un monitoreo constante de las obras en vías públicas del CHL a cargo de empresas prestadoras de servicio, con el fin de verificar la adecuada reparación del área intervenida, garantizando la buena preservación del paisaje urbano-histórico de la ciudad.
Siguiendo con las acciones de monitoreo permanente, un registro fotográfico en 158 manzanas del CHL permitió que, solo este año, se detectaran 129 antenas de telecomunicación, de las cuales 8 ya fueron retiradas. A eso se le suman las 384 construcciones antirreglamentarias identificadas en una serie de azoteas de inmuebles, de las cuales 37 ya fueron intervenidas y desmontadas, tanto porque contraviene al reglamento como por la seguridad de ocupantes y transeúntes. En ambos casos, ProLima ha emitido la documentación correspondiente a todos los propietarios y ocupantes de los inmuebles, con miras a que durante el 2024 el personal operativo continúe con el retiro de forma paulatina.
De esta manera, a través de una labor planificada y ejecutada con la participación de una serie de actores, se trabaja en una serie de puntos álgidos que contribuyen con la sostenibilidad de la recuperación del Centro Histórico de Lima.
*Gudelia Vargas es coordinadora del Área de Fiscalización Posterior de ProLima.
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