La Municipalidad de Lima entregó completamente restaurado el conjunto escultórico de este emblemático espacio público en el Rímac, desde donde se debe garantizar su buena conservación. Detrás de la tarea estuvo Prolima, con 25 profesionales en restauración, S/ 1 millón y medio de inversión y más de un año de trabajo.

 Por Jaro Adrianzén  Fotos Municipalidad de Lima

Fue hacia 1859, durante el segundo gobierno de Ramón Castilla, cuando se terminaron de instalar las 12 esculturas interiores de la Alameda de los Descalzos. Diseñada para embellecer el camino hacia el antiguo convento de los Descalzos, el paso del tiempo y su valor cultural la han consolidado como uno de los espacios públicos más importantes y significativos del Centro Histórico de Lima.

Prolima

La recuperación requirió de 18 meses de trabajo.

Más de un siglo y medio después, y con algunas intervenciones previas de por medio, todo su conjunto escultórico, que también abarca 50 bancas, 100 jarrones, la escultura de El Niño y el Pez -de la pileta ornamental- y las seis deidades griegas en mármol que dominan desde el pórtico, ha sido restaurado de manera integral y con especial cuidado en los detalles.

A tal nivel llegó la intervención que los escultores de Prolima, el órgano técnico de la Municipalidad de Lima a cargo de los trabajos, elaboraron más de 300 piezas faltantes en las esculturas, con miras a su restitución: desde manos, dedos y orejas hasta una serie de elementos ornamentales de las 12 figuras zodiacales en mármol de Carrara que caracterizan este paseo en el Rímac.

Prolima

En la escultura de Cáncer se restituyó la mano derecha.

Restaurarlas también implicó una limpieza química que revirtiera años de descuido y maltrato, el retiro de materiales incompatibles -como resina, yeso y cemento- y una reintegración cromática. En conjunto, una serie de pasos que se ejecutaron siguiendo la evidencia histórica y gráfica de la Alameda, recopilada y analizada previamente.

Escultura de Colón restituida, en la antigua casa de la Perricholi.

Bajo el mismo principio, Prolima restituyó las esculturas de Cristóbal Colón y Poseidón que antiguamente se ubicaban frente al ingreso de la Alameda -hacia lo que hoy es el jirón Chiclayo. Las réplicas en fibra de vidrio se hicieron en base a las piezas originales, a partir de las cuales se elaboraron los moldes. La escultura original de Colón está en el Callao, y la de Poseidón en Barranco.

Hoy por hoy, los trabajos ejecutados le han devuelto a la Alameda de los Descalzos uno de sus principales valores diferenciales: el brío de sus esculturas. A eso se le suma la puesta en valor de otros de sus elementos, la mejora de sus áreas verdes y la instalación de una serie de paneles con información de interés para los visitantes: fechas de elaboración de las esculturas, autores, significado de cada representación zodiacal y las fases del proceso de recuperación.

Prolima

La recuperación beneficia a la Alameda como espacio público de la ciudad.

La tarea de hoy en adelante se concentra en garantizar su buena conservación, una labor que recae tanto en las autoridades municipales como en la sociedad civil del Rímac.

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