Lima. Miraflores. Nueve de la noche. Uno a uno o en parejas, los músicos de El Hombre Misterioso (EHM) llegan a la sala de ensayo. Es un lugar minúsculo, el calor ablanda la voluntad. Pero para esta banda, con 15 años de carrera y en su mejor momento, esas son cosas menores.
Su más reciente álbum, de nombre homónimo, fue elegido como el mejor del 2016 (no solo aquí en cosas.local.prueba:8890., sino en varias plataformas y webs de música).
EHM presenta esta nueva producción hoy. Será en un concierto junto a las bandas Kinder, Procrastinación 1 Yo 0 y Pipi of Monky. “Dejamos la piel en la cancha”, promete Santiago Pillado-Matheu, voz y batería del grupo. Diez de la noche. Centro de Lima. La invitación está hecha.
El sonido de EHM
Cada integrante toma su instrumento y empieza a probar el sonido. ¿A qué suena El Hombre Misterioso ahora? “Si te fijas, cada disco tiene una característica”, indica Pillado-Matheu. “Este disco plantea una reinvención más grande. Nos planteamos hacer un disco más expansivo, más trippero”, añade.
El Hombre Misterioso contiene siete canciones. 49 minutos de música. Piezas fundamentales: Sabia virtud, Control y Bleed me, baby. Pero, valgan verdades, los siete temas son notables. Tienen poesía, tienen fuerza. “Vemos cada disco como algo conceptual”, acota Pillado-Matheu. La música, la literatura y lo visual se retroalimentan en esta placa sonora.
Y es que el diseño del álbum (en físico) es algo que la banda también considera como un elemento importante para transmitir. “Tiene que ver, además, con un romanticismo nuestro. Nos gusta el disco como objeto”, indica el baterista. El grupo trabaja desde hace varias producciones con Goster, el artista encargado de la parte visual (que además está nominado a los Grammy latinos por sus trabajos en los empaques de Umbral, de Melnik, e Impredecible, de Bareto).