El ex embajador de Perú en Washington, Carlos Pareja nos explica algunas de las particularidades del sistema electoral de Estados Unidos. «La mayoría de votos en elecciones presidenciales necesariamente no da el triunfo». 

Por Carlos Pareja ex Embajador del Perú en EEUU

El 3 de noviembre próximo se efectuará en Estados Unidos la elección presidencial y se renovará parcialmente el Senado y la Cámara. El intricado proceso electoral vela por la mejor participación de los ciudadanos.

Carlos Pareja

En tal sentido, el voto NO es obligatorio. El procedimiento señala que los votantes estén registrados como tales. Asimismo, se deben realizar elecciones primarias, así como las asambleas de partidos o “caucus” a nivel de cada uno de los cincuenta Estados Federales, con el objetivo de que los ciudadanos participen de manera activa en la selección de los candidatos para la elección presidencial. El candidato elegido por cada Partido acepta la nominación en los eventos  denominados  “Convenciones”, que este año debido a la pandemia no fueron  masivos ni vistosos; más bien fueron ilustrativos del enfoque que Trump y Biden  han dado a sus respectivas campañas.

El sistema bipartidista de Estados Unidos

El sistema norteamericano es fundamentalmente bipartidista. Si bien no existe impedimento para que otros Partidos o candidatos puedan presentarse, no es usual que esto se de, pues las candidaturas de los Partidos Demócrata y Republicano son fruto de coaliciones que aglutinan la diversidad existente en cada uno de ellos.

El voto ciudadano en ánfora este 3 de noviembre no elegirá directamente a la fórmula presidencial. Es el denominado “Colegio Electoral” el que tiene esa función, pues cada Estado tiene tantos electores como miembros lo representan en el Congreso. Este está compuesto por 100 Senadores y 435 Representantes (Diputados) mas 3 electores por el Distrito de Columbia. El candidato elegido debe obtener un mínimo de 270 votos del total de 538 que conforman el Colegio Electoral.

Opción de voto no presencial

Asimismo, el elector puede solicitar que se le envíe la cartilla para efectuar su voto por correo, proceso que ya se ha iniciado y que ha generado polémica, pues Trump sostiene que los Demócratas realizaran fraude en las circunscripciones bajo autoridades de ese Partido… Obviamente, Trump busca que los simpatizantes Republicanos y especialmente los “trumpistas” salgan masivamente a votar en las urnas el 3 de noviembre.

Llegado el día de las elecciones, el sistema estadounidense prevé que el candidato que obtiene la mayoría de votos populares en un Estado consigue todos los votos del Colegio Electoral de ese Estado. De allí que las campañas  de cada candidato se centren en los Estados comúnmente llamados “Swing States” (Estados pendulares), en los que los votantes se inclinan indistintamente por uno u otro candidato en cada elección.

El perfil político tradicional de los Estados

En la presente campaña los Estados pendulares son Arizona, Florida, Georgia, Michigan, Minnesota, North Carolina, Pennsylvania y Wisconsin. Debemos tener presente que la mayoría de Estados ya tienen tradicionalmente su voto comprometido a favor del Partido Republicano o del Partido Demócrata. Tal es el caso de New York o California que son tradicionalmente Demócratas, donde Trump ni se aventura a hacer campana.  Tenemos el caso de Utah o Kentucky que son consustancialmente Republicanos y Biden no los incluye en sus viajes de campana electoral.

Asimismo, es el tamaño del Estado y el conjunto de sus habitantes el que determina el número de electores que tiene en el Colegio Electoral; de allí la mayor importancia que tienen algunos Estados respecto de otros para que el candidato pueda conseguir la ansiada suma de 270 votos electorales, por ejemplo, California tiene 55 miembros en el Colegio Electoral, Texas 34, Florida 27, New-York 29 o Pennsylvania 20.

Texas es fundamentalmente Republicano, pero en esta elección es aún incierta la victoria de Trump; de allí que ambos candidatos focalicen su campaña en ese Estado crucial o también en Pennsylvania, plazas fundamentales para ganar las elecciones. En 2016 Trump obtuvo el triunfo en Michigan, Pennsylvania y Wisconsin a pesar que las encuestas no lo favorecían.

Al igual que en Perú, el electorado de los Swing States define su voto en los últimos dos meses previos al 3 de noviembre. De allí la importancia de los tres debates entre los candidatos a partir del 29 del presente mes. En agosto de 2016 Hillary Clinton llevaba una holgada mayoría en las encuestas. Sin embargo, los debates y el implacable discurso de Trump contra su rival, así como su mensaje de esperanza dirigido a la clase media rural del interior del país, lo catapultaron como el triunfador. Por el contrario, la Sra. Clinton obtuvo casi tres millones de votos más que Trump, pero sus votantes estaban concentrados en las grandes urbes costeras que no le sumaron más votos en los Colegios Electorales, según el procedimiento que hemos reseñado.

Las estrategias de Trump y Biden

Siguiendo el mismo esquema, Trump ha enfocado su campaña de 2020 en procurar movilizar a los votantes enardeciéndolos al subrayar los “peligros del progresismo” del Partido opositor que amenazaría los valores tradicionales estadounidenses de libertad, orden y respeto a la ley.

Por su lado, Biden efectivamente ha optado por conformar una coalición inclusiva de las corrientes manifiestamente más progresistas del Partido Demócrata, lo que se expresa en haber escogido a Kamala Harris como compañera en la fórmula presidencial. Biden ofrece una opción de gobierno de centro con apoyo a políticas sociales de mayor amplitud. Y, en el campo internacional ofrece un esperado reordenamiento de la actual dispersión. Se prevé renovar una mayor coordinación con los países tradicionalmente aliados de Estados Unidos y las organizaciones multilaterales.

El Perú y Estados Unidos

El Perú y Estados Unidos mantienen una relación de socios estratégicos, con múltiples intereses políticos, económicos y comerciales convergentes. Tanto con gobiernos Demócratas o Republicanos hemos tenido provechosas relaciones que han permitido profundizar la rica relación bilateral. El Tratado de Libre Comercio –TLC- que ha traído grandes beneficios al Perú, se negoció y suscribió en 2006 durante la Administración del Republicano Bush. Asimismo, el Presidente Demócrata Obama (2008-2016) tuvo muchos gestos positivos hacia la Región. El Gobierno de Trump está implementando la iniciativa “América Crece” a la que sin duda debemos vincularnos por sus beneficios económicos. Sin embargo, los países de nuestra región se han sentido proclives a tener mayor afinidad con el espíritu dialogante y progresista representado por los gobiernos Demócratas.