Canadá y el norte de Estados Unidos vienen registrando las tempertaturas más altas en su historia. Ante ello surge la pregunta, ¿cuánto tiene que ver el calentamiento global en la situación de los paises norteamericanos?
Por Arianna Gonzáles
Temperaturas elevadas, actividades cotidianas suspendidas y más de un centenar de muertos. Así, amanecieron las portadas de los diarios en Canadá.
Según el registro histórico, antes del domingo, las temperaturas en el país norteamericano nunca habían pasado de los 45°C.
Sin embargo, la mañana del martes 29 de junio, el pueblo de Lytton, ubicado en la provincia de Columbia Británica, registró 49,5°C por tercer día consecutivo.
La ola de calor sin precedentes ha tenido consecuencias nefastas y, contrario a lo que se creía, se ha expandido hasta el norooeste de Estados Unidos, en donde también se han registrado picos de calor históricos y un conjunto de víctimas mortales.
Domo de calor
La causa del fenómeno, responde al nombre de «domo de calor» de aire caliente estático a alta presión. Según los expertos, este actúa como la tapa de una olla y se extiende desde California hasta los territorios árticos.
De acuerdo con la información recopilada por la BBC, la subida de las temperaturas ha causado solo en Vancouver la muerte de 65 personas desde el viernes.
En ese sentido, el jefe de gobierno de Columbia Británica, John Horgan, considera bastante probable que el número de muertes aumente, pues algunas áreas aún no han recopilado las cifras, pero aseguran haber recibido pacientes con muertes súbitas por el inmenso calor.
La puerta del horno en Canadá
Si bien el gobierno canadiense ha brindado a todos sus ciudadanos facilidades para aliviarse del calor, como la instalación de fuentes de agua temporales y centros de enfriamiento en Vancouver, las temperaturas que experimentan ahora en el país del norte, son solamente el inicio.
«Cuanto más dure este patrón de alta presión, más larga será la ola de calor y las temperaturas pueden aumentar día a día», indica el pronosticador de la BBC, Nick Miller.
Los desalentadores pronósticos llevan a más de uno a vincular lo que sucede hoy en Canadá con las consecuencias del calentamiento global.
Aunque está claro que el cambio climático marcará una tendencia al aumento de la frecuencia de estos eventos, según Roger Harrabin, analista de temas ambientales, aún «no se puede afirmar con certeza que esta brutal tormenta de calor haya sido causada por las emisiones de la sociedad industrial».
Sin embargo, sí es probable que cada vez las temperaturas se hagan más intensas debido a las actividades contaminantes realizadas por el hombre.
Por ejemplo, en la ola de calor que golpeó Europa en 2019, los investigadores apuntaron a que esta se hizo 100 veces más probable debido al CO2 emitido en el Viejo Contiente.
El futuro no tan lejano
Los pronósticos del pronto aumento de temperaturas alrededor del mundo no son ajenos a la realidad actual. El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático estima que solo hacen falta algunos años para que varios países del mundo experimenten la situación que vive Canadá en los últimos días.
Sin embargo, hasta la fecha, el cambio climático sigue siendo tratado como algo de lo que aún habrá que preocuparse en el futuro lejano, ignorando que más temprano que tarde las consecuencias de lo que hacemos con el planeta nos estallarán en la cara.
En China e India se continúan construyendo nuevas centrales eléctricas de carbón, mientras que los países que constituyen el G7, no terminan los acuerdos para ofrecer una fecha para eliminarlas.
Reino Unido y otros países colindantes inciden en la perforación de pozos para obtener más petróleo aduciendo que serán necesarios hasta el 2050.
Para Harrabin, el mundo parece estar en una emergencia climática, aunque ninguno de los países con mayor emisión de dioxido de carbono se haya dado cuenta o quiera hacer algo al respecto.
Con situaciones como las arriba mencionadas, quizás quedan pocas que hacer como ciudadanos. Sin embargo, no vale olvidar que el gran cambio en el mundo empieza con cada uno y que cada pequeña acción suma para tratar, aunque sea en parte, de reducir los intensos efectos del calentamiento global.
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