El mayor promotor cultural del arte amazónico, Christian Bendayán, conversó con COSAS para explicar las razones detrás del “boom” del amazónico en el mundo.
Por: Hugo Castignani
Christian Bendayán es artista y comisario. Fue Premio Nacional de Cultura en 2012 y ganador del concurso curatorial para el pabellón peruano de la Bienal de Arte de Venecia. Actualmente comisaría la muestra Amazonía Contemporánea en el Museo Lázaro Galdiano y presenta una de sus obras en la gran exposición Amazonias. El futuro ancestral, en el CCCB de Barcelona.
Dado este creciente interés en el arte amazónico dentro del panorama artístico español, ¿cómo interpreta este fenómeno? ¿Cree que responde a una tendencia europea o global más amplia? ¿Qué impacto podría tener en la visibilidad y valorización del arte de la región?
Este fenómeno es el resultado de varias décadas de trabajo por parte de artistas, investigadores y gestores para visibilizar el arte de la Amazonía. Durante siglos, la región fue vista principalmente como un territorio de extracción, lo que llevó a la exclusión de las voces de sus habitantes en el ámbito occidental, incluyendo sus expresiones artísticas.

Nacido en Iquitos en 1973, Christian Bendayan también ha desempeñado roles como curador, diseñador y editor de revistas y libros.
Hoy, en un contexto de creciente preocupación por el modo en que habitamos el mundo, buscamos formas de vida más sustentables y en mayor armonía con la naturaleza. En este sentido, el arte amazónico se fundamenta en una perspectiva ecocosmológica, donde la relación con la naturaleza se basa en el respeto, el merecimiento y un diálogo horizontal.
La creciente valoración del arte amazónico está estrechamente ligada a estas nuevas formas de percibir y habitar el mundo. Desde su estética particular, emergen nuevos temas y lenguajes expresivos que amplían y enriquecen la escena artística, fortaleciendo su reconocimiento y legitimando las voces y la autorrepresentación de sus creadores.
¿A qué se debe este interés del público español por el arte amazónico? ¿Le choca o le sorprende esta mirada distinta de la realidad? ¿Se puede hablar de seducción o de fascinación del público europeo?
Existe una cuestión cíclica en Occidente, un patrón en el cual se mira hacia los orígenes cada cierto tiempo como impulso para volver a empezar, tal como ocurrió cuando, en el modernismo, se miró hacia el arte primitivo con énfasis en el arte africano. Quizá lo que está sucediendo actualmente es que se busca en la Amazonía y en el arte hecho por sus habitantes esas conexiones primarias, esas relaciones profundas entre los humanos y su territorio.
No es un encuentro con el pasado como sentido de origen, sino con prácticas actuales vinculadas a nuestras relaciones originarias con la naturaleza desde un vínculo intrínseco y espiritual, como sucede con el arte de los pueblos amazónicos.

Christian Bendayan fue el responsable de concebir el pabellón
peruano en la Bienal de Venecia de 2019.
¿Qué distinguiría al arte amazónico en el contexto global del arte contemporáneo? ¿Y qué puede ofrecer al mundo?
Considero que el arte amazónico tiene un fuerte vínculo con su territorio, los espíritus que lo habitan y la memoria de sus ancestros. Esto hace que sus artistas tengan una producción única, ya que perciben la naturaleza como su hogar, una fuente de vida a la que le deben todo, incluidos los insumos para su creación artística. Por lo tanto, buscan defenderla a través de su arte.
En este grupo de artistas que actualmente exponen en Amazonía Contemporánea se encuentra Olinda Silvano, quien por muchos años ha liderado la comunidad shipibo-konibo de Cantagallo. También está Darwin Rodríguez, actual presidente de su comunidad bora de Brillo Nuevo.
¿Cómo viven los artistas englobados en esta etiqueta el reconocimiento y el interés que están experimentando? ¿Se reconocen en ella? ¿Se sienten representados por ella?
A esta pregunta corresponderían respuestas de los propios artistas, desde sus perspectivas y experiencias personales.

Bendayán forma parte de la exposición «Amazonias. El futuro ancestral», del CCCB en Barcelona, que reivindica las voces autóctonas de las comunidades amazónicas.
¿Y cómo viven los aumentos vertiginosos en la valuación de sus obras debido a este súbito interés?
Esto ha sucedido con artistas de diversos orígenes y corrientes en las últimas décadas. En el caso de los artistas amazónicos, se puede observar que este fenómeno los ha motivado a producir más, experimentando con nuevos formatos y materiales y potenciando sus discursos visuales.
Parece que la otredad que representa la Amazonía no lo es solo para el mundo europeo u occidental, sino también para el propio Perú, que hasta ahora no habría sentido como propia a esta parte tan importante de su nación. ¿Lo siente así? ¿Piensa que este reconocimiento en el extranjero pueda suponer un cambio en este sentido? ¿Cuál sería el primer paso? ¿Qué es lo más urgente, lo que más se necesita que cambie?
Sin duda alguna, el arte amazónico ha cumplido un rol fundamental para amazonizar el Perú, es decir, para construir un sentido de identidad y autoidentificación como un país amazónico.
Es importante que el reconocimiento y promoción del arte amazónico no provengan solo de un interés internacional o de una iniciativa particular, como es el caso de la colección Hochschild Correa, sino que se conviertan en políticas culturales impulsadas desde el Estado. No olvidemos que el arte de la Amazonía es una vía para conocer y profundizar en esta región.

El artista iquiteño ha colaborado estrechamente con la Colección Hochschild Correa en la promoción del arte amazónico peruano.
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