Más que un evento estrictamente artístico o musical, el Festival de Coachella, en Indio, California, se ha convertido en una gigantesca pasarela para influencers, it girls, estrellas de Hollywood y demás personajes mediáticos. Este año la gran triunfadora fue Beyoncé, quien en 2017 había cancelado su presentación debido a su embarazo.
Aunque en teoría los conciertos son el principal atractivo de Coachella, uno de los festivales más importantes en el mundo, este gran evento además convierte el desierto californiano en una auténtica pasarela de moda y en un patio de recreo incomparable para famosos y estrellas.
Celebrado en Indio, ciudad situada a unos 200 kilómetros al este de Los Ángeles, Coachella cerró su primer fin de semana en la madrugada del lunes 16 (del 20 al 22 de abril se repetirá exactamente la misma programación), con actuaciones como las de Beyoncé, Eminem, David Byrne, Haim o Cardi B.
Pero, más allá de lo que sucediera sobre los escenarios, el festival volvió a ser un fabuloso escaparate de tendencias y estilo, tan influyente en cuanto a la moda que hasta se habla del “look Coachella”. Y la moda no solo triunfó entre el público, sino también entre los artistas.
Beyoncé ofreció un concierto que pasará a la historia como uno de los mejores que se hayan apreciado en el festival, pero además resultó la gran vencedora del Coachella por sus elecciones de vestuario, que –con la ayuda de la firma Balmain– incluyeron una capa en negro y dorado inspirada en la cultura egipcia o un jersey amarillo de estilo colegial con el que inició su recital.
Y con Beyoncé como estrella en el cartel, nadie dudaba de que el Empire Polo Club de Indio atraería a numerosos famosos, influencers y blogueros de moda. Cindy Crawford, Leonardo DiCaprio, Hailey Baldwin, Bella Hadid, Paris Hilton, Demi Lovato, Timothée Chalamet, Nicki Minaj, Shania Twain y Jamie Foxx se dejaron ver por Coachella, mientras que Rihanna aprovechó su visita para promocionar su colección Fenty, de Puma.
Aunque la experiencia festivalera más ajetreada de este año en Coachella la tuvo, al parecer, el canadiense Justin Bieber: en internet circuló un video en el que aparecía bailando la cumbia de los mexicanos Los Ángeles Azules, mientras que el portal TMZ aseguró que el cantante propinó un puñetazo a un hombre que, presuntamente, estaba acosando a una mujer.
El huracán Beyoncé
Tras cancelar a última hora su actuación en 2017 por estar embarazada, la sombra de la cantante planeaba en los días previos por Indio con una gigantesca expectativa; pero los nervios de los fans fueron recompensados con una noche para el recuerdo en la que Beyoncé contó con su marido Jay-Z como invitado, y además se reunió con sus excompañeras de Destiny’s Child.
Pasadas las once de la noche, y con la explanada del escenario principal de Coachella luciendo un lleno de bandera, apareció Beyoncé vestida de diosa egipcia y desfilando ante sus bailarines y un nutrido grupo de vientos y percusión, al estilo de las bandas universitarias de Estados Unidos.
En una nota completamente opuesta, David Byrne brindó uno de los conciertos más indescriptibles y sobresalientes de Coachella al presentarse de forma “hamletiana”: se sentó frente a una mesa, lo único que había en el escenario, y se puso a filosofar con un cerebro en la mano. Pero todo era una treta, ya que para la segunda canción apareció una decena de músicos, de los cuales la mitad eran percusionistas que llevaban sus instrumentos sujetados a sus cuellos y hombros.
Un día después, el domingo 15, el rap de Cardi B, figura emergente de origen dominicano, y el del veterano Eminem, acompañado por las leyendas 50 Cent y Dr. Dre, cerraron por todo lo alto una edición del festival al que todos recordarán, solo por esta vez, con un nombre distinto: “Beychella”.
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