Nuestro crítico gastronómico Javier Masías comparte algunos consejos para resaltar las cualidades de los vinos espumosos —tan popular en estas fechas— a través de los alimentos.
La sucesión de cenas a puertas del nuevo año nos invitan a destapar una botella y convertir cualquier momento en una ocasión especial. En cualquiera de sus variedades —champagne, crémant, prosecco, cava o sekt— el deleite al paladar está asegurado si se ingiere con la delicadeza y cuidado que requiere.
Para ayudarte a hacerlo con éxito conversamos con nuestro crítico gastronómico Javier Masías. Él nos brindó algunas pautas básicas para destacar las características de esta tradicional bebida y crear una experiencia gastronómica de lujo en estas fiestas. ¡Salud!
1. En su justa medida. Los vinos espumosos, en general, son muy frescos. Pueden tomarse solos, a modo de brindis, o acompañar perfectamente comidas ligeras. Quizá no una cena completa pero sí algunos aperitivos.
2. Maridaje perfecto. Combina excelente con las frutas, los pescados crudos y mariscos cocidos.
Por otro lado, las burbujas van muy bien con los alimentos crocantes y los quesos. En Francia, por ejemplo, se suele servir copas de champagne y tablas con distintas variedades de queso a modo de postre.
3. Enemigos de los espumosos. Existen ciertos alimentos que alteran negativamente el disfrute de esta bebida, como los picantes y el azúcar.
El vinagre y la menta también son enemigos de cualquier espumante, evita estos insumos en tus comidas.
Fotos: @louisroederer_, @domperignonofficial, @champagne_bollinger, @taittingerusa, @krugchampagne, @krugchampagne