La experta Marisa Guiulfo nos da los mejores consejos para hacer de la boda y la celebración una experiencia especial.
Por Redacción COSAS
¿Qué es lo primero que debo considerar a la hora de organizar mi matrimonio?
El lugar y la hora de la ceremonia. Para mí, ese es el punto de partida. De eso depende qué tipo de fiesta hacer. El segundo paso es definir dónde se realizará. Esto te permitirá separar el espacio a tiempo y, al igual que la hora, tendrá un rol importante para elegir la decoración y el tipo de comida que se ofrecerá.
¿Cuándo debo empezar a planear la fiesta?
Mi recomendación es que sea, por lo menos, de seis a ocho meses antes.
¿Los preparativos son muy diferentes para una boda en la ciudad frente a una en el campo o en la playa?
Son completamente distintos. En la ciudad, las celebraciones deben ser más formales. Pero eso no quiere decir que, necesariamente, requieran más preparación. En el campo o en la playa, hay que considerar otros aspectos: adecuar el espacio, la vista, evaluar el clima y la hora. Cada evento tiene una naturaleza distinta, y la clave está en leer todas las variables para que todo se complemente.
¿Es aconsejable seguir las tendencias en cuanto al catering?
Yo soy más clásica. Siempre trato de plantear lo más apropiado para el lugar, la hora, el tipo de invitados y su edad. Para mí, más que seguir tendencias, se trata de crearlas y adaptarlas al cliente.
¿Qué cuidados especiales hay que tener si la boda se realiza un fin de semana con una serie de comidas, brunches y eventos?
Lo más importante es elegir a un buen proveedor. Si se trata de un contratista serio, en verdad no hay de qué preocuparse.
¿Dónde debe ubicarse la mesa de mariscos?
Tiene que estar en un sitio de fácil acceso para todos los invitados y, teniendo en cuenta el tipo de productos de esta mesa, es importante que esté en un espacio donde pueda lucirse como algo especial. Una iluminación atractiva también puede marcar la diferencia.
¿El buffet debe servirse a ambos lados de la fiesta o se puede ubicar en un solo punto?
Yo trato de distribuirlo siempre que puedo. Esto permite que la gente camine con comodidad, sin que se apachurre. Es muy desagradable ver un buffet con las personas apiñadas: se empujan y todo termina hecho un desastre. En cambio, si lo dividimos, vamos a permitir que las mesas se mantengan llenas y decoradas hasta el final. Me gusta que todos los invitados disfruten la comida. No solo a nivel de sabor sino a nivel estético. Y creo que tener dos buffets permite el orden necesario para el servicio.
En el último tiempo, se ha puesto de moda el servicio de walking dinner. ¿Las cenas clásicas a la mesa han pasado a la historia?
Una cena clásica siempre es maravillosa, y no pasará de moda. Muchas veces se plantean buffets o esos servicios de pequeños platos de comida diversa que se pasan por el salón porque resulta más económico que el servicio clásico. Pero el plato a la mesa es lo más elegante.
¿Es una buena idea tener una barra central en la fiesta o es recomendable tener dos en los extremos?
Yo prefiero una en el centro. La gente joven disfruta más de reunirse en un solo lugar. Y, por otro lado, una barra central te permite hacer un mejor servicio.
¿Qué opciones hay actualmente para la torta de bodas?
A mí siempre me gusta la torta clásica con el cake inglés. Es otra de las cosas que siento que nunca pasará de moda. La bola de oro es otro clásico, pero es cierto que muchas novias prefieren un cake de zanahoria o el clásico cake de chocolate.
Si quiero optar por algo tradicional, ¿qué hay del pastel de bodas limeño clásico?
Es el cake inglés de frutas bañado de blanco, del que hablaba. Normalmente se cubre de fondant o glace. En Lima siempre ha tenido mucha importancia el momento del corte de la torta y, por eso, se busca un lugar especial para ubicarlo. Antiguamente, las tortas llevaban cintas y, en una de ellas, se colocaba un anillo. Entonces, las amigas de la novia tenían que jalar una de ellas, y se creía que la que se quedaba con el anillo sería la siguiente novia.
¿Cuál es el secreto para lograr una buena mesa de dulces?
Hay que hacer un balance entre los dulces, los adornos, el lugar donde se va a colocar y la iluminación. Recomiendo la variedad de dulces clásicos: pastelería francesa, chocolates, manjares, pirámides, bolas. Y siempre hago un diseño previo para evaluar las alturas, las formas y los colores. Muchas veces también hago una prueba con una mesa sin mantel ni dulces. Solo las bases para ver claramente cómo quiero que quede.
¿Esta mesa siempre debe estar tapada hasta el final?
No. No hay ninguna necesidad de que esté tapada.
En el Perú existía la costumbre de entregar almendras bañadas a los invitados en las fiestas. ¿Sigue haciéndose?
Efectivamente. En platitos de plata o de plaqué con cinco almendras confitadas. Hoy no se hace siempre, pero creo que era una linda tradición.
¿Existen otras tradiciones que pueda rescatar?
Creo que la mesa para los novios ubicada en un sitio preferente era muy especial. Muchas veces la gente no respeta los espacios, y los novios y la familia terminan ubicados en espacios lejanos.
¿Qué rol juega la iluminación a la hora de crear mística en una boda?
Creo que es una de las cosas más importantes, y cada fiesta requiere un tipo de iluminación especial. Mi recomendación es trabajar con un especialista que haga el diseño de la iluminación en coordinación con el decorador o el responsable de la fiesta, de manera que todo sea armónico y se pongan los puntos de luz en los espacios adecuados.
En una boda de otoño o de invierno, ¿las flores pueden ser un elemento protagónico de la decoración?
Por supuesto. Para mí, las flores lo son todo y deben tener protagonismo, así sean arreglos simples. Cada uno adquiere una importancia especial, según dónde lo coloques, el modo en el que se arman los arreglos, la luz y los colores de su entorno. En Lima tenemos un magnífico mercado de flores, por lo cual, normalmente, no hay problemas para hacer propuestas maravillosas. Hay que entender las flores como parte de un todo.