A través del Instituto Peruano de Medicina y Cirugía Fetal y la Fundación Nicolás Gil, el doctor Enrique Gil Guevara no solo busca brindar el mejor cuidado a las mujeres embarazadas y a sus bebés, sino también generar conciencia sobre la importancia de la cirugía fetal en el Perú.
El doctor Enrique Gil Guevara siempre supo que, al igual que su padre, se dedicaría a la ginecología. Sin embargo, no fue hasta que viajó a Londres para observar las clases del profesor Kypros Nicolaides, pionero de la cirugía fetal en el mundo, que encontró su verdadera vocación.
“El primer día de clases descubrí qué era una cirugía fetal. El profesor ingresó al útero de la paciente y pude ver al bebé moviéndose. Ese momento fue espectacular porque tuve contacto con la vida antes de nacer”. Gil tenía 26 años cuando decidió que estudiaría una subespecialidad en el King’s College Hospital y se dedicaría de lleno a la medicina fetal.
El poder de una ecografía
Hace tres años, el doctor Gil regresó a Lima con la intención de transmitir sus conocimientos en cirugía fetal (hasta el momento, él es uno de los pocos especialistas en Latinoamérica con estudios que lo avalan para realizar una cirugía de esa magnitud en el Perú). Y, hace dos años, fundó el Instituto Peruano de Medicina y Cirugía Fetal: un centro que, a través de ecografías especializadas, diagnostica de forma oportuna cualquier anomalía del feto que pueda perjudicar el embarazo de una mujer o la vida de su bebé.
“Cuando se habla de cirugía fetal, se piensa en cirugía pediátrica, que es cuando el bebé ya nació. Pocas personas saben que se realiza en el útero”, recalca el experto. A través de un diagnóstico oportuno, no sólo se puede predecir si se dará un embarazo prematuro o una pérdida, sino también determinar si la vida del bebé y/o la madre están en riesgo.
“La tecnología ha avanzado tanto que, en el primer trimestre, ya se pueden descartar problemas genéticos como el síndrome de Down. En el segundo trimestre, se puede revisar toda la anatomía del bebé (incluso, el paladar) para descartar cardiopatías; y, en la ecografía del tercer trimestre, se puede observar el funcionamiento de la placenta”, puntualiza.
Fundación Nicolás Gil
El doctor Gil sabe que son pocas las mujeres que pueden acceder a una ecografía especializada y todavía menos las que pueden costear una cirugía fetal, por lo que hace un año y medio abrió la Fundación Nicolás Gil (el nombre hace referencia a su hijo).
“Siempre recibíamos llamadas de mujeres que tenían problemas con su embarazo, no tenían solvencia económica y requerían de nuestra ayuda”, explica. Hoy en día la fundación está subvencionada por el instituto y apoya a más de 250 mujeres al año con el propósito de, a largo plazo, poder ayudar a más.
“La medicina fetal está avanzando muy bien en el Perú. Feliz- mente, ya está establecida a nivel médico. Ahora hay que llevarla a todas las pacientes. La política sanitaria del país debería establecer que toda mujer tiene derecho a una ecografía en medicina fetal, como mínimo, una vez en cada trimestre de su embarazo”, apunta el doctor.
Para Gil es igual de importante comunicar que diagnosticar y operar, ya que considera que son muchos los bebés que podrían salvarse con atención oportuna. Felizmente, este es solo el inicio de algo que busca ser más grande.