5. No hay excusas para no humectarse

Resulta muy evidente que es necesario hidratar la piel, pero es un paso que se suele descuidar. Una buena crema hidratante actúa como un escudo ante el viento helado del día a día. Se debe incorporar en las rutinas de las mañanas, antes del maquillaje y  justo antes de dormir. La piel volverá a estar jugosa y sana.


 

6. Incrementa la limpieza de la piel

Al estar en contacto con los vientos fríos,  que especialmente en invierno tienden a transportar más suciedades del ambiente, es muy importante limpiarse a profundidad y de forma adecuada. Nunca se debe descuidar la limpieza de las mañanas y menos la de la noche, además se puede complementar con el  uso de mascarillas y exfoliantes una vez por semana, pues su especialidad es eliminar células muertas y limpiar el rostro para darle vida.


 

7. No olvidarse de los labios

Al tratarse de una de las superficies mas delicadas de la cara, es imprescindible darles un cuidado especial. Exfoliarlos suavemente con el cepillo dental  y el uso inmediato de crema o aceite todas las noches antes de ir a dormir es necesario para evitar que se sequen y se agrieten.  Para proteger los labios se pueden utilizar aceites naturales como el coco, manteca de karité y colágeno.