Después de 5 años de relación y 2 de matrimonio, mi marido me dijo que era gay. No lo vi venir, y entre mi estado de shock y de negación, traté de hacer que funcionara y salvar mi matrimonio, pero lamentablemente no pude. Ahora, que quiero rehacer mi vida, me siento completamente sugestionada ante el juicio de mi círculo social, y completamente «bajo la lupa» por las reacciones tajantes y críticas que he escuchado sobre el fin de mi matrimonio, y me carcome la idea de que fui yo quien lo animó a salir del closet ¿Superaré la humillación que siento ahora?

Por Cecilia de Orbegoso

Cuando uno escucha tu caso, fácilmente puede pensar que es una situación muy lejana y casi irreal, sin embargo, últimamente he escuchado tantas veces historias como la tuya que creo que el closet ya se está quedando vacío. No juzgo en lo absoluto tu mezcla de incredulidad, de dolor y, supongo, que de engaño, debes haber sentido por el hecho de que tu ex marido no fue consecuente con sus sentimientos. Pero es un hecho comprobado que la homofobia sigue empujando a muchos hombres a  ocultar su orientación sexual en una boda.

Se dice que esta situación es menos dolorosa que la de una sacada de vuelta con otra mujer en donde si entra a jugar la comparación y la rivalidad, sin embargo, creo, que una de las experiencias más difíciles para una mujer en tus zapatos es ver como sus respectivas exparejas son idealizadas, elogiadas y clasificadas de valientes por salir del clóset, mientras que se pasa por alto que ha mantenido una relación mintiendo tanto a su pareja como a sí mismo, y de paso se ignora el daño que esto puede causarle tanto a ella como a su familia.

Entiendo tu frustración y sensación de sentir que eres el sol alrededor del cual orbitan todos los tipos de comentarios y chismes, pero dejame decirte, la gente habla porque tiene boca y siempre encontrarán la manera de emitir juicios apresurados y sacar conclusiones precipitadas. Como diría Clint Eastwood «las opiniones son como los potos, pues todo el mundo tiene uno y huelen todos mal». Sé que  es bastante difícil, pero simplemente haz caso omiso, ya que de nada vale llorar sobre chisme derramado, y repitete a ti misma, «¡Si, y ex es gay, ¿y que?!»  No eres la primera y mucho menos serás la última, y tampoco eres ni serás jamás responsable de la orientación sexual de nadie, incluido tu ex, por lo que sácate de la cabeza de que fuiste tú quien le dio ese empujoncito final que necesitaba.

Además, no tienes absolutamente ninguna razón para sentirte culpable por no haber visto las señales de que tu ex era gay. El amor de por sí es un terreno minado cuyas señales pueden ser sutiles y difíciles de interpretar (¡y en algunos casos ni siquiera las hay!). Incluso cuando creemos conocer a alguien profundamente no siempre podemos prever todos los aspectos de su identidad (no por algo es tan popular el dicho «más vale malo conocido que bueno por conocer»).

En lugar de enfocarte en la culpa o la autocrítica, es más productivo centrarte en tu propio crecimiento personal y en reconstruir tu vida. A veces no queda más que aceptar que la vida nos sorprende y que no siempre podemos controlar todas las circunstancias: su lloradita y a darle!

Aprovecha esta experiencia como una oportunidad para descubrir quién eres realmente, explorar tus propios deseos y encontrar la felicidad en tu propio camino ya que cuando mayo viene lloviendo, viene junio sonriendo.

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