Creo que soy una adicta al amor no correspondido y me distraigo de las citas reales. Desde los 25 años (ahora soy una mujer de 37), me he enamorado continua y sucesivamente de hombres no disponibles. Son hombres con los que sé que nunca podré estar ni estaré ya que en la mayoría de los casos están involucrados con alguien más (ya sea con novia, casados, o en algunos casos acaban de terminar una relación y solo quieren pasar un buen rato).  Soy totalmente consciente de a lo que me estoy metiendo, y sinceramente, me siento loca, persiguiendo obsesivamente el subidón del amor no correspondido con hombres inalcanzables. Tengo miedo de no poder tener nunca una relación sana y comprometida, y de seguir siendo «la otra» o un «mientras tanto» para siempre. ¿Tendré alguna vez una relación sana?

Por Cecilia de Orbegoso

Entiendo que a los 25 hayas empezado a tomar este tipo de elecciones en el amor como si se tratara de un juego inofensivo, pero ahora ya tienes 37, y lo que en su momento seguro consideraste como una etapa, claramente ya se convirtió en un estilo de vida. Puede sonar duro, pero no sé qué golpe de realidad estás esperando para tomar el control en tu vida amorosa y dejar de ser «la otra».

Empieza por dejar de lamentarte por esos hombres inalcanzables ya que cada segundo invertido sufriendo por ellos es un segundo perdido que podrías usar enfocándote en un buen galán. Seguramente debes estar acostumbrada a bailar a sus tiempos, primero él, segundo él y después él y creo que ya no hay más tiempo para eso. Así que en lugar de analizar todo tu repertorio de galifardos, pasemos a analizar lo que ellos tienen en común: tú.

Lo primero que debes hacer es darte una buena mirada en el espejo emocional y pregúntate por qué te atraen los hombres inalcanzables. ¿Es porque te sientes más segura en una relación donde no tienes que comprometerte de verdad? ¿O es porque te excita la idea de la caza y la conquista?

Que hayas reconocido tu «adicción» al amor no correspondido es un paso muy importante para romper con ella y dejar de perseguir esos hombres que son como sombras. Esto también te ayudará a establecer límites saludables en tus relaciones. No te conformes con ser «la otra». Si un hombre no está dispuesto a comprometerse contigo, ¡pues bye, bye! No pierdas tu tiempo con alguien que no te valora.

Ahora pregúntate a ti misma: ¿Qué te hace feliz? ¿Cuáles son tus pasiones y metas? No hay mejor tiempo invertido que el que le dedicas a conocerte bien a fondo. Canaliza la energía que antes gastabas en ellos a desarrollarte como persona y a construir una vida satisfactoria por tu cuenta. Verás cómo de manera natural te irás convirtiendo en una persona más selectiva y dejarás de lanzarte a una relación solo porque alguien te presta atención.

Ten mucha paciencia durante este proceso, sobre todo contigo misma y por ningún motivo le tengas pavor a formalizar una relación con tu soledad. Esta no necesariamente es una mala pareja, por el contrario, es la que mejor nos prepara para recibir con brazos abiertos una relación realmente sana.

Finalmente, confía no sólo en el proceso, sino también en ti misma ya que la clave de que esto funcione es que trabajes tu autoestima: cuanto más segura, más atractiva y más feliz contigo misma te sientas, más lo proyectas, la gente lo nota y el resto cae por su cuenta. Créeme, no solo te volverás atractiva, sino también adictiva.

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