A poco de celebrar un año más de vida institucional, Iván Rodríguez Chávez, rector de la URP, pasa revista por la historia de una de las universidades más importantes del país, al tiempo que analiza cómo la pandemia ha transformado la educación superior.

En estos 52 años de historia han “entregado a la sociedad profesionales que han salido al campo laboral con un sello institucional, que en nuestro caso se ha ido gestando a lo largo del tiempo»

Desde sus inicios, la Universidad Ricardo Palma decidió construir una identidad partiendo de sólidos valores y el compromiso de formar ciudadanos de bien. Hoy, en medio de las celebraciones por sus 52 años de vida institucional, la Universidad reafirma su apuesta por una educación integral y de calidad, basada en una consigna simple pero ambiciosa: formar al ser humano para ser una persona de bien y, partiendo de esa premisa, convertirse en un profesional al servicio de su comunidad.

Para el doctor Iván Rodríguez, rector de la URP y presidente de la Asociación de Universidades del Perú (ASUP), este nuevo aniversario tiene un sabor especial. La inesperada irrupción de la pandemia de COVID-19 no solo obligó a la Universidad a poner a prueba toda su capacidad de adaptación al cambio, sino que propició una profunda reflexión sobre las nuevas formas de pedagogía y formación en los futuros líderes del país. Como a lo largo de su historia, la Universidad Ricardo Palma salió airosa de este proceso y más fortalecida que nunca.

Iván Rodríguez Chávez, rector de la Universidad Ricardo Palma.

“Las restricciones impuestas por la pandemia han significado una adaptación violenta en todo el proceso formativo, aunque este cambio ha supuesto un mayor esfuerzo a nivel de los profesores, pues los alumnos son todos de la era digital, y en muchos aspectos tienen mayores habilidades que los propios docentes. Sin embargo, nuestra plana de profesores ha respondido de la mejor manera a este desafío y lo está haciendo con el mayor compromiso y dedicación, lo que ha permitido que las clases se puedan desarrollar de la mejor manera, tomando en cuenta siempre que estamos en un contexto peculiar”, explica el doctor Rodríguez, quien se muestra orgulloso de la respuesta de alumnos y profesores ante las nuevas necesidades formativas que impone hasta hoy el COVID-19.

Para el rector de la URP, el mayor legado de la Universidad a lo largo de estos 52 años es haber “entregado a la sociedad profesionales que han salido al campo laboral con un sello institucional, que en nuestro caso se ha ido gestando a lo largo del tiempo, y que está enfocado en formar seres humanos para una cultura de paz”. Al respecto, Rodríguez explica que en la URP se maneja una visión antropocéntrica. “La educación y la vida social deben desarrollarse en torno a las personas. Y esto debe reflejarse en todas las disciplinas. El hombre es el protagonista de la cultura, y, consecuentemente, los productos de la cultura contribuyen al bienestar del ser humano”, reflexiona desde su despacho, delante de un colorido mural que muestra en imágenes a los principales actores de la historia republicana del Perú.

Valores y humanidad

El 1 de julio de 1969 se creó la Universidad Ricardo Palma. Hoy cuenta con 8 facultades y 18 carreras profesionales.

Para Rodríguez, la enseñanza universitaria debe ser multidimensional y no solo enfocarse en desarrollar habilidades técnico profesionales. “En la Universidad Ricardo Palma, ponemos énfasis en los valores, y por eso desarrollamos programas de formación humana y, dentro de ellos, el de formación profesional. Y esto se da porque entendemos la importancia de la educación para la vida. No solo educamos para el trabajo, sino que también buscamos formar en valores humanos a nuestros jóvenes, para que al momento de salir al mundo laboral puedan también colaborar con su comunidad y su país”, refiere el rector.

La autoridad académica también habla sobre la importancia de que las casas de estudios pregonen con el ejemplo y den muestras de solidaridad frente a los miembros de la sociedad más vulnerables. “En la Universidad tenemos mucha cooperación con la sociedad a través de distintos programas de nuestras carreras profesionales. Tanto profesores como alumnos viven la experiencia de colaborar con diversas iniciativas, y de esta manera su formación humana es real y palpable. Entendemos que este es el camino a seguir para seguir formando personas de bien”, explica.

Rodríguez sabe que estos 52 años son solo el inicio de un camino largo y desafiante. Para el rector de la URP, no solo se trata de formar personas y profesionales guiados por la excelencia, sino de brindarles las herramientas para promover que los valores que la Universidad representa se vean multiplicados en la sociedad. Una tarea incansable pero al mismo tiempo gratificante, en la que bien vale dejar el alma, el corazón y la vida.

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