Después de crecer y estudiar en Nueva York, y pasar largas temporadas en Europa, la it girl peruana lanza su propia línea de ropa –Point Off View– con la intención de enviar un mensaje de libertad, humor y empoderamiento femenino. Y ese, dice, es solo el comienzo.
Por Manuel Santelices
Marina Testino creció en Nueva York, donde estudió Moda en el prestigioso Parsons School of Design, y en los últimos años ha pasado temporadas en Francia, Inglaterra y España. Es una mujer de mundo. Más de alguien podría describirla como una perfecta it girl internacional. Pero, a pesar de una existencia tan cosmopolita, nunca ha dejado atrás sus raíces peruanas, las que son evidentes en la nueva línea de moda que lanzó a mediados del año pasado, Point Off View, hecha con el preciso –y precioso– trabajo de artesanos peruanos.
Su primera colección lleva como título Edition 0 e incluye tres distintivos estilos: la Risky Business Shirt, la Daring Denim Jacket y The Fiesta Army Jacket, todas estampadas con frases como: I’m bored, entertain me o Buy me a drink, inspiradas, según dice, por el empoderamiento femenino, la tecnología y las redes sociales.
¿Cómo nació la idea de Point Off View?
Point Off View nace de una idea que ha estado conmigo desde hace varios años, pero no la tenía muy clara. El último semestre de mi carrera en Parsons New York comencé a trabajar en el concepto creativo, y seis meses después de graduarme estaba lanzando la colección.
¿Qué quieres aportar al mundo de la moda a través de tu marca?
No hay mucho que pueda aportar en el mundo de la moda, pues es una industria supersaturada. Sin embargo, creo que pertenezco a una generación de creativos que tomamos lo que existe y le damos un nuevo sentido. Mi intención es ofrecer piezas hechas en el Perú con una estética universal. El discurso inteligente y el juego creativo están en el hecho de que colaboro con artistas contemporáneos para la creación de mis colecciones. Y algo interesante es que juego con frases y palabras que tienen una doble lírica. Creo que mi marca, en general, intenta ser un medio de expresión fresco y juguetón.
El concepto de tu diseño pretende empoderar a la mujer. ¿Por qué te parece que ese es un mensaje tan prevalente en la moda de hoy?
Creo que siempre ha sido un discurso importante. De ahí nace la minifalda y su movimiento social, y también creadores como Yves Saint Laurent. Creo que la diferencia entre antes y ahora es que hoy cada individuo puede ser activista y, además, el acceso a la moda es mucho más fácil. Las redes sociales son la herramienta más fuerte; aparte de unirnos como sociedad, nos dan una plataforma para expresarnos.
¿Cómo influye en tu trabajo el hecho de haber vivido en tantos lugares?
Es el estilo de vida que llevo. Viajo tanto, que reconozco la importancia de tener una chaqueta en la maleta que sea tema de conversación donde quiera que vaya. Una anécdota muy graciosa del “efecto Point Off View” es que una amiga que trabaja en Art Basel Miami llevó una de mis piezas durante un evento y los invitados tomaban más fotos de su camisa que de las piezas de arte expuestas. Entre risas, me dijo que se sentía como la pieza de arte.
¿Hay elementos en tu diseño que reconozcas como definitivamente peruanos?
El elemento peruano está en el centro de la estrategia de la empresa y el compromiso que tengo de producir en el país. He visto productos en el mundo con estética peruana que no benefician en nada al país, pues ni siquiera son peruanos. Yo prefiero guardar una estética universal y beneficiar a la economía local.
Cómo diseñadora, ¿qué percepción tienes del legado de Coco Chanel?
Aparte de la estética de la marca, que me encanta, Coco Chanel fue una mujer valiente que se impuso ante las tendencias, y ese es el legado más fuerte que tiene. A mí me fascina la idea de liberar la silueta de la mujer y mezclar cosas que van fuera de lo común sin perder la elegancia.
¿Cómo describirías tu estilo personal?
Casual street wear con un toque entre femenino y coqueto.
¿Cuáles son las piezas básicas de tu guardarropa?
Chaqueta de jeans, jeans negros, zapatillas y hoodies en contraposición con mi bolso Chanel, y dependiendo de la ocasión, cambio los jeans por un vestidito y unos tacones.
¿Cómo ves el desarrollo de tu carrera en los próximos cinco años?
Ahora estoy centrada en Point Off View, pero es solo el comienzo. Esto es algo que va a evolucionar, porque soy más una creativa que una diseñadora de moda, ya que estudié Marketing Especializado en Moda. Por el momento, la parte que más me interesa es conocer gente que comparte conmigo la misma curiosidad por el arte. Tengo un par de proyectos que se harán dentro de Point Off View, pero con otro enfoque, más allá de la ropa. Para mí, la marca es como un laboratorio, y en cinco años seguramente seguiré experimentando con pasión.
¿Puedes nombrar algunos de tus lugares favoritos en Nueva York?
Me encanta ir a museos y galerías. Algunos que recomiendo son The Hole, Galerie Perrotin, Christie’s, Sotheby’s, MoMA y el Metropolitan. Para desayunar, Russ & Daughters y Egg Shop. Para cenar, Omen, Tokyo Record, Lil’ Frankie’s, Café Gitane, Aquagrill, Navy, Zuma, Souvlaki y La Esquina.
Y en Lima, ¿qué sitios recomendarías?
¡En Lima, a cualquier lugar que vayas la comida es deliciosa! Cuando llego a Lima, voy directo del aeropuerto a La Confitería, que es como un café con empanadas, sándwiches y dulces… ¡Todo es riquísimo! Restaurantes que recomiendo serían Rafael, Osaka, El Mercado, Pescados Capitales y Tragaluz.