Calvin Klein no volverá a las pasarelas de New York Fashion Week y cerrará sus oficinas en Milán, dejando sin empleo a un centenar de trabajadores. Estamos ante el fin de una era en la industria de la moda.
A inicios de año, el grupo PVH Corporation anunciaba cambios estratégicos en la firma, tras la salida de su director creativo Raf Simons. Entre ellos, cerrar su emblemática tienda ubicada en Madison Avenue de Nueva York y relanzar su línea pret-a-porter bautizada como 205W39NYC.
No obstante, según el portal WWD, la compañía habría decidido también eliminar definitivamente su participación en la pasarela neoyorquina, acabando así con la estrategia tradicional de negocio.
En ese sentido, la última colección de la casa norteamericana en Fashion Week sería la de primavera/verano 2019, presentada en setiembre pasado bajo la firma de Simmons.
Pero esta decisión supone también el despido de cien trabajadores implicados en la línea de ropa. La mitad de ellos procede de la oficina de Nueva York y la otra, de la situada en Milán. Además, la presidenta del negocio, Michelle Kessler-Sanders, tendrá que abandonar su puesto en junio próximo. Quien sí se mantendrá en su cargo es el presidente ejecutivo de Calvin Klein Inc., Steve Shiffman.
Volver al origen
Tras analizar los números de ventas —que habían elevado sus costos con la llegada de Simons—, PVH Corporation emprenderá un nuevo modelo de negocio. Dado que los mayores ingresos de la firma provienen de su colección de ropa interior y jeans, la apuesta iría en ese rumbo.
Quizá a eso se deba que uno de sus primeros movimientos haya consistido en fichar a celebridades del momento como imagen de estas dos líneas. Asimismo, los planes incluyen el relanzamiento de una nueva marca mucho más accesible, a cargo de un nuevo director creativo.
El portal especializado en moda también señala que Calvin Klein tendría en planes seguir los pasos de Tommy Hilfiger, y trabajar colecciones cápsulas de mano de influencers. Y es que la diferencia es clara: solo en los últimos cuatro meses de 2018, las ventas aumentaron un 11% —hasta US$ 1,100 millones— gracias a sus colaboraciones con Gigi Hadid y Zendaya.