Ya lo veíamos venir el año pasado cuando Saint Laurent -que hizo su primer debut con una estética grunge teen a lo Kurt Cobain- o Hedi Slimane, con la colección Crucero 2016 donde las modelos salían ataviadas con collares chocker (collares tattoo, de rejilla, que iban pegados al cuello), de que los 90 harían un comeback importante. Y lo ha hecho. No hay más que ver que las tendencias de hoy como los cropped tops, mochilas, plataformas, y cazadoras bombers saturan las tiendas haciendo que caigamos -inevitablemente- en la tentación de comprarlo T-O-D-O. Porque, ¿quién podría decir «no» al peinado de Rachel Green (Jennifer Aniston), al Tamagotchi, a los disquetes, a los Back Street Boys, o al fenómeno Blockbuster? Una época nostálgica -con permiso de los 70 y 80- al que debemos nuestros mejores momentos (Oops I did it again, Britney). Tampoco olvidemos que en esa época se extendía el concepto de top model, que arrastraba sus orígenes desde los 80 cuando una explosiva Linda Evangelista, Cindy Crawford, Christy Turlington o Naomi Campbell acaparaban las portadas de las revistas más prestigiosas de moda.
Mientras a Naomi Campbell se le negaba salir en Vogue -Yves Saint Laurent amenazó con retirar su publicidad si la Diosa del Ébano no salía en portada- unas como Cindy Crawford hacían sus propios work outs en video al son de Primal Scream (Shape your body, 1992 o The Next Challenge Work Out, 1993), y otras como Helena Christensen -la modelo danesa de madre peruana- hacía sus cameos en videoclips de Chris Isaak. También proliferaban los contratos multimillonarios con marcas prestigiosas de moda y belleza además de abrir las semanas de la moda. Karl Lagerfeld las describía así: “No se trata de ser perfecta. Lo que una necesita es una cara que la gente pueda identificar en un segundo”. Y así fue. Con la aparición de Internet, los rostros de estas jóvenes modelos que ya acaparaban (o robaban) los flashes a las estrellas del cine, se hicieron conocidos a nivel mundial. Allí, en Hollywood, todas querían ser como ellas y todos querían conquistarlas -Richard Gere y Cindy Crawford se llegaron a casar en el 91-, por lo que las probabilidades de que el trono les fuere arrebatado eran pocas (o nulas); hasta que en el 92 llegó una joven británica de Londres, de aspecto andrógino (de la mano de Calvin Klein), que rompería con los moldes establecidos del cuerpo sano y atlético. La figura de Twiggy retornaba poderosa, y los diseñadores vieron en esta muchacha una máquina de hacer dinero llegando a ser considerada como la mujer más influyente del mundo por la revista TIME en 2007. Pero Kate no era del clan de las súper modelos; era la perfecta antítesis de la dream girl, de aquella Uptown Girl que coreaba Claudia Schiffer junto al grupo Westlife- la versión moderna de Billy Joel- y a quien le fue concedida el título de top por obra y gracia de las maestras de la moda.
Tras ella, le siguieron todo el elenco de modelos como Gemma Ward o Lara Stone así como la agradable llegada de las modelos brasileñas capitaneadas por Gisele Bündchen, Isabeli Fontana, Adriana Lima y Alessandra Ambrosio (estas dos últimas comenzaron sus carreras casi de la mano). Sin embargo, el recuerdo de Cindy, Naomi, Linda, Helena o Eva Herzigova, entre otras, ha dejado una huella inalterable en los corazones de una generación que se interesó por la moda a través de los ojos de estos astros de las pasarelas. Tal es así, que su memorándum se ha visto colmado de proyectos interesantes como aquel patrocinado por la firma de joyas Swarovski: cinco modelos top de los 90, Dolce & Gabbana, Duran Duran, y Harper’s Bazaar, todos reunidos en el hotel Savoy de Londres. La combinación, que no pudo ser más perfecta, se tradujo en Girl Panic! -el videoclip en el que Jazmin Le Bon, Helena Christensen, Cindy Crawford, Naomi Campbell y Eva Herzigova interpretan a cada miembro de la banda- y en una portada icónica que superó toda expectiva.
https://www.youtube.com/watch?v=LZd8-aI9c7M
No obstante, para Dolce & Gabbana, aquel espectáculo no fue el único que compartiría con estas diosas de más de 1,75 m. Para promocionar la campaña que anunciaba las cinco fragancias de D&G Anthology, el dúo italiano reunió a Naomi, Claudia y Eva junto unos (apuestos) modelos masculinos bajo el foco de Mario Testino en un clip que, cuya música de fondo, destapaba los acordes de Freedom de George Michael. Vestidas con albornoces -sello Testino- y envueltas por ese porte mágico que las caracterizan, ahí quedaba claro que la profesionalidad y el talento de estas mujeres sigue siendo vital en esta industria tan cambiante, es decir, nadie puede olvidarse de ellas. Peter Lindbergh también hizo de la suyas, y las rescató en un remember llamado The Reunion (2015) para conmemorar aquella portada de Vogue de los 90 y que fue apoyado por un pequeño vídeo del backstage de la producción con declaraciones y halagos al fotógrafo de moda.
Justo hace unos días, los 90 han vuelto (otra vez) para recordarnos que aún no nos ha abandonado. Lo ha hecho con Olivier Rousteing -fan incondicional de lo estética de los 80 y 90, del pop y de la música en general- a través de una producción con Cindy, Naomi y Claudia que recuerda los 25 años desde la irrupción de estas tres modelos en el mundo de la moda. Fotografiado por Steve Klein y bajo el hashtag #BalmainArmy, la campaña representa la nueva colección de P/V 2016 de la maison. Una combinación exquisita, que deja los pelos de punta, y del cual parece que Rousteing se siente orgulloso (el trío fue crucial para sembrar el gusto por la moda en el diseñador). ¿Qué clase de atracción poseen estas mujeres para que toda una sociedad (ochentera y noventera) se haya dejado seducir por ellas? Puede que su magnetismo, sus rostros (oh! al lunar de Cindy), o el hecho de que son las veteranas de esta industria que saben (con certeza) cómo magnetizar a la cámara y al público. Porque si hay algo verídico es que, cada vez que escuchamos sus nombres, nos recorre una melancolía bastante seria, poderosa, extraordinaria, que provoca el clic curioso para enterarnos de sus vidas. Nos hace ilusión, nos gusta conocer su paradero y seguro, que alguna vez, nos hemos sentido identificadas con ellas. Por ello, por los 90, por esa Cindy, Claudia, Eva, Helena y Naomi que llevamos dentro… Salud.