En una época de desagradables nacionalismos, Raf Simons nos recuerda que Estados Unidos tiene magia sin recurrir a muros. El diseñador ha iniciado lo que parece ser una nueva era para Calvin Klein. En su primera colección para la marca, cumplió todas las promesas y expectativas. Esta es la colección que no sabíamos que necesitábamos pero que es un esencial de lo mejor de la cultura estadounidense.
Simons llega a Calvin Klein con una experiencia envidiable, alejando a la marca de la tendencia reciente en moda de contratar a sorpresivos nuevos talentos. Este es el hombre detrás del éxito de Off-White, así como un diseñador que se ha formado en casas como Jil Sander y Christian Dior. Con una semana de la moda cada vez más débil, que no solo está viendo marcas que prefieren shows en solitario en Los Ángeles (como Tommy Hilfiger o Tom Ford), sino también a dos de sus mejores shows, Proenza Schouler y Rodarte, dándole prioridad a la fashion week de Paris; esta colección ha sido la mejor sorpresa para Nueva York.
La colección
El show comenzó con una voz declarando «Esta es mi América». Las modelos, al igual que en el desfile de Tommy, usaron bandanas amarradas en las muñecas, como parte de una campaña anti-Trump llamada «Tie together». El grupo estuvo compuesto por Liya Kebede, Julia Nobis, Karolin Wolter, y Kinga Rajzak. La elección sobre la pasarela enfatizó la idea de looks únicos, con las modelos no siguiendo un patrón sino saltando por todos los espectros de la belleza humana. La colección que siguió le daría escalofríos a cualquier estadounidense sincero. Desde el art deco de Nueva York hasta trazos del lejano oeste, la pasarela fue de principio a fin un homenaje a la historia de la nación del norte.
Sastres deportivos y los colores de la bandera. La ropa de hombres y mujeres mezclada, botas de vaquero combinadas con trajes que cualquier banquero con estilo usaría. El jean estuvo presente, así como bomber jackets y piezas de cuero que parecían contarnos de Harley’s. Una celebración a un país cuya espina dorsal no tiene por qué ser el odio.
Los Invitados
Entre los invitados estuvieron algunos fieles de siempre, como Gwyneth Paltrow, Sofia Coppola y Julianne Moore, así como A$AP Rocky y la nominada al Oscar Naomie Harris. También asistieron Brooke Shields, Greta Gerwig y la artista Cindy Sherman, a quien el diseñador ha declarado una de sus musas.
Quien resaltó sobre todo fue Millie Bobby Brown, actriz de Stranger Thing y nueva imagen de Calvin Klein. La figura marca además una nueva aproximación de la marca hacia sus compradores. No más avisos de Justin Bieber y una fuerte pauta en medios masivos. Calvin Klein parece haber decidido tomar redes al anunciar toda su nueva línea y campañas a través de Snapchat e Instagram.
Finalmente, la música salió de Blue Velvet y Las Vírgenes Suicidas. En efecto, toda una celebración.
Por Alejandra Nieto