Juliana regresa a Lima este 29 de mayo para cumplir un anhelo largamente postergado: cantar frente al público peruano que la ha acompañado desde sus inicios. Con una carrera que mezcla éxitos, dudas, desafíos y mucha honestidad, la artista colombiana presentó su primer show en la capital y celebra un año clave en su vida.
Por Diego Ochoa Acosta

“El público peruano siempre me ha abrazado con el alma. Esta vez vengo a devolverles todo ese amor sobre el escenario” dice Juiana.
Juliana no es solo una artista con un Latin Grammy bajo el brazo ni una cantante que llenará el Movistar Arena de Bogotá este año. Es también una mujer que, como ella misma dice, ha aprendido a soñar con los ojos abiertos, a equivocarse en público, a insistir cuando todo parece ir en contra y, sobre todo, a no tener miedo de hacer las cosas a su manera. Aunque muchos la conocieron siendo apenas una niña en la televisión colombiana, fue su decisión de apostar por la música y por proyectos tan íntimos como un disco acompañado de un libro lo que terminó de definirla frente al mundo como alguien que no teme crear desde la intuición.
Esta es la quinta vez que Juliana visita Perú, pero apenas la segunda que llega en modo “promo”, como dice entre risas. Aun así, se siente en casa. “Estar aquí es como recibir un abrazo directo al corazón”, asegura. Por eso, que Lima sea una de las paradas principales de su primera gira latinoamericana no es casualidad. “Perú tenía que ser el primer país al que viniera”, nos cuenta con emoción.
A sus 27 años, ha enfrentado prejuicios por venir de la actuación y ha sentido miedo de no estar a la altura cuando le ofrecieron escribir un libro. Pero si algo ha demostrado Juliana es que no hay crítica más fuerte que la que uno se hace a sí mismo, y que no hay impulso más potente que el de crear con honestidad. Hoy, con su nuevo álbum ‘’La Pista, una gira que la lleva por Latinoamérica, y una comunidad de fans que la han acompañado desde sus años de televisión hasta sus canciones más recientes, Juliana pisa Lima para anuncia su proximo concierto este 29 de Mayo en el Aforo de Barranco.

Juliana creció frente a las cámaras, pero fue la música la que le dio voz.
De protagonista infantil en televisión a cantautora aclamada, su historia es un viaje de reinvención.
¿Cómo te ha recibido mi país? Es la segunda vez que vienes.
Es la segunda vez que vengo a hacer promo, pero la quinta vez que visito Perú y estoy completamente enamorada, feliz. Siempre digo que estar aquí es como recibir un abrazo directo al corazón. Toda la gente es increíblemente cariñosa, el recibimiento y el calor humano son maravillosos. Siento que colombianos y peruanos somos muy parecidos.
Este show es algo que deseabas hacer desde hace mucho tiempo. Hay muchísima gente en Perú que te sigue, sobre todo en redes sociales, y que merecía tener este espacio contigo. Cuéntame cómo fue el proceso de animarte a concretar esta idea y traer tu show a Perú.
Manifestar es algo que uno jamás debería dejar de hacer, porque los sueños sí se cumplen. El año pasado me preguntaban: “¿Y ahora qué viene?” Venía el nuevo álbum La Pista, pero me preguntaban por mis sueños personales. Yo respondía: “Quiero conocer más lugares y hacer mi primera gira por Latinoamérica.” Perú es, sin duda, uno de esos países que siempre recibe a los artistas con mucho cariño. Yo dije: “Quiero que sea uno de los primeros destinos.” Así que me encontré con un equipo de trabajo increíble, y les dije: “Después del Movistar Arena en Bogotá, vamos a Perú, Ecuador, México… pero Perú será el primer país que visitaré en esta gira latinoamericana.” Yo siempre he sentido que cuando la música sale a encontrarse cara a cara con las personas que le dan vida a las letras, es como bendecirla.
Siento que este año es particularmente importante para ti. Has cumplido metas como el Movistar Arena, algo que soñabas desde hace mucho. ¿Cómo ves este 2025 comparado con el año anterior? ¿Qué te motivó a dar estos grandes pasos?
Estoy viendo este año con mucha gratitud y como un gran reto. Lograr un recinto tan grande como el Movistar Arena, lanzar un álbum que no solo era musical sino también narrativo, con historias acompañadas de canciones… ha sido un gran desafío. Pero lo estoy viviendo con calma, intentando disfrutar cada parte del proceso, porque de eso también se trata el arte. A veces nos enfocamos solo en hacerlo perfecto, pero lo importante también es gozar el camino. Para mí, ha sido como soñar con los ojos abiertos. Y no solo este año, sino los últimos. Poder ser la primera bogotana en hacer un Movistar Arena en solitario es enorme. Me da muchos nervios cada vez que lo digo. Es un paso inmenso para alguien que lleva menos de cinco años haciendo música. Pero lo haré con todo el amor, con el deseo de disfrutarlo al máximo y agradeciéndome por llegar hasta aquí.
Algo que destaco mucho de ti es tu autenticidad. Está bien seguir tendencias, como muchos artistas lo hacen, pero siento que tú no temes tomar riesgos. Como por ejemplo, sacar un disco con un libro, sin saber cómo sería recibido. ¿Cómo es ese proceso creativo para ti antes de lanzar un proyecto?
Creo que se trata de escuchar mucho al corazón, pero también de tener una sólida preproducción. Crear conceptos requiere más tiempo y no es el camino más sencillo. Además, es clave estar bien rodeada.
Nada de esto sería posible sin un equipo que sueñe junto a mí. Cuando hice Maradentro, era un reto enorme: era un álbum, un libro y una banda sonora.
¿Y de dónde surgió la idea del libro?
La verdad, me buscaron. Nunca había soñado con escribir un libro. Me parecía algo demasiado grande. Respeto muchísimo a quienes se dedican a la literatura.
Lo más cercano que había hecho era escribir guiones. De hecho, algo que poca gente sabe es que mi mayor sueño cuando era pequeña era ser directora de cine. Estudié un par de semestres de dirección. Como actriz, conozco la estructura de los guiones, sigo páginas donde se ve la escena junto al texto… me parece un arte hermoso.
Pero escribir un libro nunca había estado en mis planes. Cuando me ofrecieron hacerlo, al principio dije que no. Me sentía inadecuada. Me insistieron, me dijeron que mis canciones tienen un contenido muy literario. Finalmente acepté y lo hice con todo el amor.
Fue una bendición. Se convirtió en el libro más vendido de Colombia, tuvo mucha repercusión, nos nominaron por segunda vez al Latin Grammy. Y entendí que no hay que tomar decisiones desde el miedo, sino desde el respeto y la intuición.

Juliana regresa a Perú con más música y más sueños cumplidos.
“El público peruano siempre me ha abrazado con el alma. Esta vez vengo a devolverles todo ese amor sobre el escenario”.
Hace poco tuve la oportunidad de visitar Bogotá y algo que me llamó mucho la atención es el apoyo y cariño que tienes de la gente de tu ciudad ¿De qué manera sientes tú que has logrado conectar con tu gente? Creo que es importante conectar con tu público primero para luego salir al exterior, ¿no?
Sí, hay un dicho que dice que uno nunca es profeta en su propia tierra, ¿no? Y yo he tenido el privilegio inmenso de que Colombia haya sido ese lugar, no solo donde comparto mi música, sino donde crecí. Tuve una gran bendición que, a los ojos de muchos artistas, crecer en la televisión no siempre es color de rosa, porque conlleva retos. Yo empecé a trabajar en televisión a los siete años. Y desde entonces, hasta hoy, no he parado. Siempre estuve en novelas, presentando programas infantiles, haciendo muchas cosas.
Entonces, claro, hay muchas personas en mi país que sienten que crecimos juntos, porque me vieron durante diez años en la pantalla. Eso me parece maravilloso. Además, puedo contar esas historias desde un lugar muy positivo, porque estuve muy bien acompañada, no viví situaciones de acoso ni abuso. Obviamente, ser una figura pública desde tan pequeña y aprender en el proceso es complejo. Pero eso ayudó a que la gente me sintiera cercana, como parte de su hogar. Estar en sus televisores cada fin de semana por una década crea un vínculo distinto.
¿Es difícil lograr que la gente que te vio actuando desde pequeña tome en serio tu música luego?
Muchas veces existe la critica a los actores que empiezan a cantar o a los músicos que actúan. Uno dice: “Ay, ahora esta se puso a hacer eso”. Mi primera entrevista como cantante fue en una emisora de radio en Colombia y empezó así: la presentadora, que tiene una personalidad fuerte, me dice: “Bueno, Juliana, ¿y usted está cantando porque ya no le dan trabajo en televisión?”. Así comenzó mi carrera musical. Tenía 19 o 20, recuerdo que le respondí: “No, de hecho estoy grabando una novela, y pedí permiso para venir a esta entrevista”. Ella se rió, pero la entrevista no fue muy amable. Luego dijo: “Bueno, vamos a ver si la que canta es usted o la consola”. Fue muy duro que ese fuera mi primer acercamiento a la música, pero también fue valioso. La vida me mostró que no iba a ser sencillo, pero que lo haría por mí y por nadie más.