George Clooney ha dicho muchas veces que no le importa hacer el ridículo, que le fascinan las bromas de mal gusto y que su sentido del humor deja bastante que desear. Por eso le encanta trabajar con los irreverentes hermanos Ethan y Joel Coen, con los cuales ha colaborado en cuatro oportunidades, la más reciente en “Hail, Caesar!”, una sátira del Hollywood de la década de los cincuenta. En la película, Clooney interpreta a Baird Whitlock, un actor especialista en encarnar personajes históricos al estilo de Espartaco y Ben-Hur, quien termina secuestrado por un grupo de comunistas. Junto a él aparecen Tilda Swinton como la temida columnista Hedda Hopper y Channing Tatum como Ben Gurney, una especie de Fred Astaire/Gene Kelly, estrella de musicales.
Clooney, de 54 años, no experimentó personalmente esa era, pero conoció mucho de ese ambiente cuando vivió en Hollywood con su tía, la famosa cantante Rosemary Clooney, casada con el actor José Ferrer. Ambos, dice el actor, le contaban anécdotas e historias constantemente, y, a través de ellos, conoció a algunas estrellas de la época de oro hollywoodense.
Aparte de su espectacular estreno en Estados Unidos, el filme inauguró el Festival de Cine de Berlín, donde Clooney llegó acompañado de su mujer, Amal, y varios integrantes del elenco. Verlo caminar por la alfombra roja tan visiblemente enamorado hace pensar en lo mucho que ha cambiado su vida en el último tiempo. La pareja contrajo matrimonio el 27 de setiembre de 2014 en una muy publicitada ceremonia en Venecia, y, de esa manera, puso fin a la soltería de uno de los hombres más apetecidos del mundo. Amal, una brillante y muy atractiva abogada especialista en derechos humanos, ha sido descrita como una mujer perfecta y muy distinta a las anteriores novia del actor, una larga lista de modelos, atletas, presentadoras de televisión y camareras.
Conversamos con Clooney luego del estreno de “Hail, Caesar!” en Los Ángeles, pocos días antes de que partiera al Festival de Cine de Berlín.
¿Cómo creaste tu personaje?
Me inspiré en VictorMature, un actor de los años cincuenta que tenía un look muy especial, con pelo teñido color azabache y acento de Nueva Jersey. Es uno de mis intérpretes favoritos. En una oportunidad, trató de entrar al Country Club de Los Ángeles, cuando no se permitía la entrada a los actores. Le dijeron: “Lo sentimos señor Mature, pero no está permitida la entrada a actores”, a lo que él respondió: “Tengo 75 películas a mis espaldas, lo que prueba que no soy actor”. Pero no fue necesario hacer mucha investigación para este papel, porque Joel e EthanCoen escriben roles especialmente para mí con personajes que no son demasiado inteligentes.
¿Cómo describirías tu relación con los hermanos Coen? ¿Cuándo te ofrecieron este papel?
Es una historia divertida. En 1999, después de terminar “O Brother, Where Art Thou” (por la que Clooney recibió una nominación al Globo de Oro), los Coen me contaron que estaban escribiendo una película titulada “Hail, Caesar!” acerca del Hollywood en los años cincuenta, y añadieron que yo estaba perfecto para interpretar a uno de los protagonistas, un actor realmente tonto. Les pregunté por qué pensaron en mí para ese rol y cuál era la trama, y me respondieron que se trataba de un actor que es secuestrado por un grupo de comunistas y hay un “fixer” que trata de arreglar todo. Encontré fantástica la idea, e incluso comencé a contar en cada entrevista que esta sería mi próxima película. Pero Ethan y Joel no escribieron el libreto hasta hace poco más de un año, cuando me llamaron por teléfono para contarme que ya tenían el guion y que comenzaríamos a filmar a los tres meses.
¿Te fue difícil interpretar a un hombre tan tonto?
El primer paso para encarnarlo es pensar: “Oh, soy un actor”. Y vestido con la toga, borré todo rastro de mi dignidad. Los Coen son muy divertidos, y, aunque te pidan hacer algo vergonzoso, lo haces. Tienen mucho poder de convencimiento.
Eres uno de los actores mejor vestidos de Hollywood. ¿Amal está influyendo en la ropa que eliges?
Sí, me dijo que usara mucho cuero, sobre todo para esta cinta (risas). Uso las mismas tenidas de siempre, generalmente de color negro. Es mucho más difícil para ella, especialmente cuando vamos a una entrega de premios o a un estreno, porque tiene que elegir un vestido que nadie más haya usado y, además, debe maquillarse y peinarse, mientras yo juego básquet y me visto a última hora. Pero el estilo de Amal es solamente de ella, y felizmente no tenemos ningún problema con el tema.
Algunos medios han publicado que ella estaría embarazada…
No lo está, te lo aseguro. Y, además, no nos estamos divorciando.
¿Podrías vivir con una persona que enfocara la vida de una manera totalmente distinta a la tuya?
No creo, y no creo que nadie desee algo como eso. Para mí, una de las cosas principales es tener un buen sentido del humor, no tener miedo de reírse de uno mismo. Creo que lo más importante en mi relación con Amal es el sentido del humor. Ella trabaja en temas muy serios, pero, al mismo tiempo, es una de las personas más divertidas que he conocido: tiene un sentido del humor fabuloso, y opina que el mío es casi siempre muy inapropiado.
Texto: Yenny Nun