La estrella estadounidense de origen irlandés, nominada al Oscar en la categoría de Mejor Actriz por su trabajo en Lady Bird –con el que ganó un Globo de Oro a Mejor Actriz de Comedia o Musical– prueba que todos los comentarios que la señalan como “la próxima Meryl Streep” están bien justificados.
Por Yenny Nun
A los doce años, Saoirse Ronan hizo su debut como actriz en la serie irlandesa The Clinic, y desde entonces ha ganado considerable fama y prestigio gracias a filmes como Atonement, junto a Keira Knightley y James McAvoy, por el cual recibió su primera nominación al Oscar; The Lovely Bones, basado en el best seller de Alice Sebold; Hanna, y Brooklyn, por el que obtuvo su segunda nominación al Oscar.
Algo que me gusta mucho de Lady Bird es que refleja que todos, en cierto punto de la vida, pasamos por un periodo de rebeldía hasta llegar a la madurez. Tú, que trabajaste desde muy joven, ¿viviste esa etapa?
Creo que no, y quizás fue porque no la necesité ni la quise. Tuve tantas experiencias en mi vida mientras crecí, e incluso ahora hago lo que siempre quise hacer, así que me siento satisfecha con el camino que he tomado. Creo que para los jóvenes a veces es difícil, especialmente cuando se sienten aislados o tienen que seguir una ruta que les ha sido marcada por alguien mayor. He estado en el ambiente del cine y el teatro desde que tenía doce años, siempre rodeada de adultos muy creativos, y soy muy cercana a mis padres también; no tenía razones para rebelarme.
Greta escribió el guion de Lady Bird basándose en las experiencias de su adolescencia en Sacramento, California. ¿Cómo sería una película sobre tu propia experiencia en Irlanda?
Es una buena pregunta. Estaba pensando en esto el otro día, porque para Greta esta película no necesariamente es autobiográfica, pero definitivamente tiene que ver con su vida. Creo que aunque ya no vivo en Carlow, el campo donde crecí –y no lo he visitado en largo tiempo–, es allí donde me siento más en mi casa, no importa si es en Irlanda, Escocia o algún otro lugar. Creo que me gustaría vivir parte del tiempo en un sitio como ese, que te da una gran serenidad.
¿Hay en Irlanda tanta presión como en Estados Unidos respecto a las adolescentes y el sexo?
Creo que definitivamente existe una presión internacional, y es algo que afecta a todos los adolescentes, no solo a las chicas. La gente joven siente una enorme presión y existen muchas falsas percepciones respecto al sexo y lo que se considera “buen sexo”. No estoy segura de que este sea un problema mayor en Estados Unidos que en Irlanda. Pienso que viene de lo que vemos en la televisión, el cine y la industria pornográfica, y la mejor manera de contrarrestarlo es inculcando en los jóvenes la idea de que el sexo está relacionado a la conexión que uno siente con otra persona, a las relaciones íntimas y la confianza.
La relación de Lady Bird con su madre es muy importante en esta película. ¿Cómo ha cambiado la tuya con tu madre ahora que estás pasando más tiempo en Estados Unidos?
A medida que he madurado, nuestra relación se ha hecho más estrecha. Siempre hemos sido muy cercanas, pero cuando me mudé a Londres hace unos años y viví ahí por un año y medio, la eché mucho de menos. Necesitaba conversar con ella constantemente, porque me daba el coraje para seguir adelante. Ese periodo me ayudó a sentir una renovada admiración por ella.
¿Cómo reaccionas cuando los críticos dicen que eres la próxima Meryl Streep?
¡Es fantástico! No leo lo que se escribe de mí, así que no sé si lo han dicho o no. Meryl es maravillosa, y ha hecho una enorme diferencia para las mujeres en esta industria, especialmente para las actrices. Pienso que ella y Cate Blanchett han encarnado roles que van más allá del género. Son personas fuertes y completas que han dado un ejemplo que me gustaría seguir. Siempre me han gustado los papeles interesantes, que tienen algo que decir más allá de su género.
¿Conoces a Meryl?
Sí, la conocí, y fue en una situación muy divertida. Luego del estreno de The Crucible, en Broadway, salimos con toda la compañía a celebrar. Lo pasamos muy bien, nos divertimos y bebimos un poco. Al día siguiente, en la matiné, estábamos todos cansados y sabíamos que no íbamos a dar la mejor performance. Uno de los actores dijo bromeando: “Esperemos que Meryl Streep no venga a esta función”, y todos nos reímos. Después de la función, regresé al backstage y la primera persona que vi fue a… ¡Meryl Streep! Estaba esperándonos para saludarnos, y creo que, afortunadamente, le gustó la función.
Lee la entrevista completa en la edición 636 de la revista COSAS.