Tras darle un giro inesperado a su vida, dejando la carrera de Administración para dedicarse a la de Arte, Moda y Diseño Textil, María José se ha liberado y empieza a diseñar su futuro, entre dibujos, telas y revistas de moda.
Por Dan Lerner // Fotos de Camila Rodrigo
No lo dice así, textualmente, pero me queda claro que a María José le ha cambiado la vida. Cambió cuando decidió dejar los números, los cuadros de Excel y las calculadoras científicas para reemplazarlos por pinceladas, bocetos y cuadernos de dibujo. Fue un salto vital –nunca mortal, todo lo contrario– de lo conservador a lo liberal; del pragmatismo a la libertad. Aunque ningún momento es malo para deshacerse de las cadenas que te restringen, con veintiún años recién cumplidos, el timing no podría haber sido mejor.
“Estudié dos años Administración en la Universidad de Piura, pero descubrí que era algo que no quería hacer el resto de mi vida. Cuando me di cuenta de que ya no lo soportaba, que ya no podía más, entré a la página de la PUCP y vi una carrera que recién se abría: Arte, Moda y Diseño Textil; y me encantó la idea de que pudiera decantarme, una vez que estuviera cursando la carrera, por el diseño, el arte o la comunicación en el mundo de la moda”, afirma María José.
Aunque le falta un año para terminar los Estudios Generales de Artes en la PUCP, ya nota que la libertad es una de las bases de las carreras de artes, en las que los estudiantes manejan sus tiempos, sus gustos y sus formas de trabajar. “Me siento más cómoda en un ambiente libre, donde todo el mundo piensa como quiere, y dice lo que piensa. Nadie te juzga, los profesores son muy abiertos y respetan tus decisiones y tus maneras de trabajar. Puedes hacer las cosas a tu ritmo”, comenta María José, quien parece haber encontrado su lugar en el mundo.
Además de la universidad y de su nueva carrera, a la que está dedicando casi todo su tiempo, María José está intentando sacar un proyecto adelante. “Quiero sacar una marca de ropa independiente. De hecho, ya tengo las telas y estoy trabajando con una costurera, pero me falta terminar algunos diseños. Es ropa simple, donde predomina el color negro, dirigida a chicas de dieciséis a veintidós años, que es el público que conozco. La idea es que sea ropa práctica, cotidiana o también para salir, pero que no cueste 250 soles, como cuestan ahora algunos tops o polos de tiras que en realidad son simples. Quiero hacer ropa bonita y accesible, con la que se puede ir a una reunión, a una fiesta o a un bar”, dice María José, y agrega que se trata de un proyecto a corto plazo, que debería llevar a cabo en las próximas semanas.
Aunque su sueño desde pequeña –confiesa que desde que vio la película “The Devil Wears Prada”– es convertirse en la Anna Wintour limeña (“¿por qué no en COSAS Moda?”, comenta, haciendo un guiño a nuestra casa editorial). María José –que participó en el concurso convocado por la página web de COSAS, en asociación con la prestigiosa casa de joyas Swarovski, y con el que ganó un set de joyas y la sesión de fotos que acompaña a este texto– tiene claro que trabajar en el sector textil en el Perú es muy atractivo, ya que el diseño textil en nuestro país es parte de una cultura milenaria. “Siempre había tenido la opción de estudiar fuera, pero me di cuenta de que es importante estar en tu propio país, sobre todo en uno que tiene tanta cultura como el Perú, educarme y ver qué cosas tiene el país en el que nací”, añade. La combinación de compromiso y creatividad da para mucho, y parece que María José reúne con creces estas virtudes.
Maquillaje y peinado: Olga Soncco
Estilismo: Sara Vílchez
Producción: Joaquín Jerí
Agradecimientos: MATE, Zara, Forever 21 y Swarovski