En una nota publicada por “The Guardian”, que abarca desde Margaret Thatcher hasta Cruella de Vil interpretada por Glenn Close, y que pasa por Madonna y Michelle Obama, ‘Alexis Colby’, el personaje que encarnó Joan Collins en “Dinastía”, forma parte de una lista de diez mujeres cuya vestimenta es sinónimo de poder. No es para menos, desde la llegada de Collins a la segunda temporada de la serie, en 1982, el programa escaló en los rankings de sintonía hasta llegar al primer lugar de la televisión estadounidense en 1985. Fue ‘Alexis’, con sus deliciosos excesos de una villana con dinero, poder, clase y astucia, quien colocó a “Dinastía” en los ojos del mundo.
Pero una característica del personaje trascendió la ficción y la convirtió en leyenda del espectáculo e ícono fashion: sus vestidos, peinados, maquillaje y joyas. Todo elegido y diseñado por ella, y trabajado en conjunto con el vestuarista Nolan Miller. El producto final dictó la moda de su tiempo, pero ninguna llevó esos años con mayor elegancia que Joan Collins, quien encarnó el glamour de los años ochenta. Las hombreras, un accesorio amado y odiado por igual, es el elemento de la década que Collins guardará por siempre consigo: “Nada más halagador que unos hombros bien definidos que descienden hasta la cintura”.
“Dinastía” consagró la prometedora carrera dramática de Joan Collins, quien ya desde los años cincuenta tuvo en su haber numerosos premios que la catapultaron como nueva promesa de la actuación. El reconocimiento absoluto llegó en 1983 durante la ceremonia de entrega de los Globos de Oro. Esa fue una de las noches más importantes de la vida de Collins, quien llevó un sencillo vestido de corte imperial y el pelo recogido.
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Cuando subió radiante al estrado para llevarse el premio a Mejor Actriz por su rol de la malvada ‘Alexis Colby’, su verdadera personalidad carismática hizo estallar de risa a la audiencia al agradecer a Sophia Loren por haber rechazado el papel.
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ANTES DE ‘ALEXIS COLBY’
Joan Collins nació en Paddington, al oeste de Londres, en 1933, y actuó por primera vez a la edad de 9 años. Estudió Arte Dramático en la prestigiosa Royal Academy of Dramatic Art, y a la edad de 22 años viajó a Hollywood. Durante las décadas de los cincuenta y sesenta se hizo de un nombre en los dos continentes gracias a producciones como “The Girl in the Red Velvet Swing” (1955) y “Rally Round the Flag, Boys!” (1958). Hacia finales de los años setenta protagonizó las adaptaciones cinematográficas de dos novelas de su hermana menor, la bestseller Jackie Collins: “The Stud” (1978) y su continuación “The Bitch” (1979). Collins define los inicios de su carrera como una jungla en la que se tuvo que abrir paso sola: “Nunca tuve un mentor, pero sí aprendí mucho de observar a los mejores actores y actrices del negocio durante mis contratos en Inglaterra con Rank (el conglomerado británico de entretenimiento) y en los Estados Unidos con la 20th Century Fox”.
¿Qué le sorprende de la industria del espectáculo de hoy?
Que buena parte de ella está administrada por corporaciones gigantes y muchos de los productos están enfocados en los varones de 12 a 30 años.
¿Hay algo que extrañe de otros tiempos?
No pierdo el tiempo extrañando, y en el filme todo está grabado para la posteridad.
¿Encuentra algo que haya progresado en el cine?
Los nuevos efectos visuales son deslumbrantes, por supuesto.
AMOR LATINO
En una entrevista para la televisión estadounidense, Collins contó que luego de su cuarta separación, Liz Taylor le envió una nota juguetona: “Lo siento, pero todavía te llevo tres divorcios de ventaja”.
Joan Collins se casó con el productor teatral peruano Percy Gibson, hijo de Bridget Monahan, de nacionalidad escocesa, y de Jorge Gibson Parra del Riego, quien a su vez fuera hijo del renombrado poeta arequipeño Percy Gibson Möller. La ceremonia tuvo lugar en el hotel Claridge’s de Londres en febrero de 2002, y COSAS estuvo presente gracias a los esposos Richard y Ximena Jones, amigos cercanos de Gibson, quienes fueron invitados a la boda.
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Aquel día los novios deslumbraron a los invitados con su encanto y mutua admiración, que dejaron en un segundo plano los treinta y dos años de diferencia entre ambos. La pareja se conoció en 2001, durante el tour del montaje “Love Letters”. “Lo primero que pensé al verlo es que era extremadamente apuesto y encantador. Pero no me gustó su corte de pelo, ¡era salvajemente corto!”, recuerda Collins.
Por Caroline Mercado
Lee el texto completo en la versión impresa de Cosas N° 591.