Tras batallar con desórdenes alimenticios, la actriz peruana llega a sus 34 años con la seguridad de que va por buen camino. ¿Cuál es la lección más grande que ha aprendido en todo este tiempo? Que el amor propio sana. Luego de estrenarse como conductora en el programa de Latina “Mujeres al mando”, Magdyel nos habla de sus más recientes proyectos en el cine y la televisión, de lo que considera que significa el empoderamiento femenino y de las verdaderas razones que la motivaron a ser una mujer más saludable.
Por: María Alejandra López / Fotos de Luna Sibadón
Magdyel acaba de asumir un rol que, hasta ahora, era ajeno a ella: conducir un programa de televisión en señal matutina. Sí, tiene bastante experiencia frente a las cámaras: durante ocho años, fue la famosa Teresita en la exitosa serie “Al fondo hay sitio”, y también ha protagonizado varias películas (por “Mariposa Negra” obtuvo un premio en el Festival Internacional Iberoamericano de Ceará, en Brasil), pero hasta el momento no había tenido la oportunidad de presentarse ante el público como ella misma.
Aunque me confiesa que uno de los momentos más difíciles que le ha tocado vivir es “el que está atravesando ahora”, a pesar de que tiene proyectos que realmente la entusiasman, Magdyel está intentando que sus sentimientos afloren en el momento más pertinente, incluida la tristeza (hace pocos días, perdió a su padre).
—Acabas de debutar como conductora en Latina. ¿Qué te motivó a formar parte de esta iniciativa?
—Definitivamente, mi pasión es y ha sido la actuación, pero creo que una forma linda de crear un vínculo con el público es comunicando. En “Mujeres al mando” no tendré un personaje y podré descubrir historias siendo Magdyel. Eso me parece maravilloso.
—¿Ya has trabajado con Karen Schwarz y Jazmín Pinedo? ¿Cuál es tu relación con ellas?
—No, solo con Karen en “Yo soy”. Lo loco es que llevamos un mes juntas, en el que hemos hecho prensa y ensayos, y ha sido mágico. Creo que cuando la fuerza femenina se une, puede surgir algo poderoso. Existe mucha empatía, cariño y cercanía entre nosotras. Es un regalo.
—A la par de este reto, también tienes las grabaciones de “Busco novia” (película de Tondero basada en el best seller de Renato Cisneros). ¿Qué personaje interpretarás?
—Seré una fotógrafa, que es la mejor amiga del protagonista (César Ritter). Tienen una relación casi de hermanos y, de alguna u otra manera, ¡yo también he tenido una relación con César hace muchos años! Mi personaje es muy distinto a mí: tiene una personalidad muy fuerte y yo soy muy chacotera. ¡Ella es muy apasionada!
—¿Has leído el libro de “Busco novia”?
Leí un poco el blog y también “La distancia que nos separa” (del mismo Cisneros), un libro entrañable y muy fuerte. Tuve sentimientos encontrados cuando lo leí, especialmente por lo que acaba de ocurrir en esta época de mi vida. Tenemos un vínculo que nos une a las personas de nuestra familia, pero a veces lo damos por sentado sin conocer las historias que hay detrás… Justo le conté la impresión que tuve del libro a Renato, cuando empezaron las grabaciones, porque él nos estuvo escribiendo a todos los actores.
—Acabas de tener una pérdida muy fuerte. ¿Cómo haces para que no afecte tu trabajo?
Es inevitable. El sentimiento y el pensamiento están. Solo trato de dirigir la energía para entregar lo mejor de mí en donde toque desenvolverme. Eso no quiere decir que no se me muevan cosas cuando estoy sola, pero trato de que cada cosa conecte en el momento y lugar que se tenga que dar.
Una nueva Magdyel
Es innegable que, desde 2017, la vida de Magdyel se ha transformado. Tras despedirse de la Teresita, bajó considerablemente de peso. Nadie pasó por alto su renacimiento y, aunque todos a su alrededor y fuera de su círculo más íntimo querían conocer la dieta que la hizo bajar aproximadamente diez kilos, la metamorfosis de la actriz ha sido verdaderamente interna.
Actualmente, está estudiando coaching ontológico, una disciplina que la está ayudando a conocerse mejor. Tampoco está cerrando las puertas a continuar con su aprendizaje como actriz (el año pasado, fue a estudiar actuación a la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, en Cuba). El viaje recién empieza.
—Uno de tus papales más famosos es el de la Teresita. ¿Extrañas interpretarla?
Ya no. Lo que sí extraño es lo que formé en “Al fondo hay sitio”, que fue casi como una familia para mí. Aunque no nos veamos, siempre estoy en contacto con Mayra (Couto), Nataniel (Sánchez), Mónica (Sánchez), y Erick (Elera). El vínculo humano que formamos es muy fuerte. A veces, el trabajo te permite conocer bien a las personas. Extraño esos momentos con mis compañeros.
—En 2017, fuiste noticia en varios portales porque bajaste considerablemente de peso. ¿Fue difícil comenzar un régimen de vida más saludable?
—Todo cambio es difícil en la vida porque nos saca de nuestra zona de confort. No diría que me enfoqué en una dieta estricta, sino que decidí salir de mi comodidad y empecé a mirar cosas de mí que antes no veía. Creo que eso fue lo más difícil. ¡Y ahí sigo!
—También contaste en algunas entrevistas que padeciste de bulimia y anorexia. ¿Qué fue lo que te ayudó a reponerte?
—El amor propio y el querer entregar lo mejor de mí a las personas que me rodean. Autodestruirme fue muy doloroso para mí y mi entorno. El alimentar el amor por mí misma, y ver que generaba cosas positivas en las personas a mi alrededor, me ayudó.