A pesar del paso del tiempo, Nicole se ve mejor que nunca. Llega radiante a nuestra entrevista en el Four Seasons de Beverly Hills para conversar acerca de su vida y de la segunda temporada de “Big Little Lies”, la serie de HBO que ha arrasado con la taquilla y gracias a la cual la actriz ha ganado un Globo de Oro, un Emmy y otros (numerosos) galardones. Muy elegante como de costumbre, la australiana no tiene problemas en contestar nuestras preguntas… salvo cuando se toca el tema de su primer esposo: Tom Cruise.
Por Yenny Nun, desde Los Ángeles
Incluso de cerca, no representa su edad, aunque ella misma reconoce que durante varios años se colocó “demasiado bótox”, pero explica que ahora lo usa de vez en cuando, “ya que entorpecía mi actuación al no poder mostrar mis emociones”. Enfatiza que está casada en segundas nupcias con el cantante australiano Keith Urban y que, como madre de dos hijas –Sunday Rose, de 11 años, y Faith Margaret, de 8–, no podría ser más feliz. La familia vive en Nashville, centro de la música country en Estados Unidos, donde trabaja su marido, y parte del tiempo en Australia, donde visitan a sus respectivas familias.
¿Cómo describirías la trama y la evolución de tu personaje en la segunda temporada de “Big Little Lies”?
Estos nuevos episodios giran en torno a la sanación, a nuestras familias, y de cómo logramos sobreponernos al trauma. Existe un enorme dolor y Celeste (su personaje) aún guarda secretos. Para mí fue muy importante cómo la interpretaría, porque, cuando se trata de abuso, generalmente se dan patrones, lo que hace necesario elegir cómo lograr salirse de ellos. Ahora Celeste es una madre soltera de dos pequeños niños y, a pesar del abuso que sufrió, todavía se siente ligada a su exmarido Perry. Es entonces cuando entra en escena Meryl (Streep), quien interpreta a la madre de Perry, y se produce una dinámica fantástica entre la nuera y la suegra. Ambas navegan a través de sus respectivas penas. Cuando comenzamos a grabar “Big Little Lies”, pensaron que sería un drama acerca de un grupo de madres que tienen hijos en el kindergarten, un show para mujeres que no interesaría a los hombres, pero se equivocaron. Tuvo una excelente acogida en todo tipo de público.
¿Cómo ha sido trabajar junto a Meryl Streep?
Conozco a Meryl desde hace muchos años. Lo increíble es que ella ni siquiera leyó el guion; firmó el contrato porque quería apoyarnos. Y, en el momento que lo hizo, nos dio luz verde para hacer una segunda temporada. Fue noticia mundial que ella integraría el elenco. Cuando ganamos el Globo de Oro, me llamó para felicitarme, y entonces nació la idea de una segunda temporada cuando me aseguró que estaría feliz de integrar el elenco. Es una profesional top: cuando llega al set, no hay nadie mejor. Digo que es la reina porque realmente lo es: se presenta ya maquillada, se sabe todos sus parlamentos, está totalmente preparada, no se da aires… Pero al final de la jornada, decía, como si nada: “Ahora las invito a comernos algo y tomarnos un cafecito”. ¡Tiene una disciplina increíble!
Has afirmado que “Big Little Lies” es como una película de siete capítulos. ¿Crees que la TV terminará desplazando al cine?
Soy actriz y productora, y estoy agradecida de que se cuenten nuestras historias, ya sea en el cine o la TV. Ahora estoy haciendo una serie para Amazon, titulada “The Expatriates”, y tengo otros proyectos con ellos. Gracias al streaming, actualmente existen muchas más oportunidades para nosotros los actores. Pero amo el cine y la oportunidad de poder sentarme en un teatro junto a otras personas que comparten la experiencia. Comencé a faltar al colegio a los 14 años para ir al teatro. Pero, al mismo tiempo, me encanta sentarme cómodamente enrollada en mi sofá para ver la tele y disfrutar con las series más populares. Creo que tanto el cine como la TV continuarán vigentes durante mucho tiempo más.
¿Cómo se dio la relación entre todas ustedes fuera de la pantalla? (Integran el elenco de la serie Reese Witherspoon, Laura Dern, Shailene Woodley, Meryl Streep y Zoë Kravitz, además de Nicole).
Si acaso sientes una vibración de amistad y de un lazo profundo viendo la serie es porque se trata de algo real, auténtico; lo mismo se dio entre nosotras en la realidad. Ocurrió naturalmente. Somos de edades diferentes, algunas casadas y otras no, algunas con hijos y otras no. Pero logramos crear este lazo supersólido que pulsa desde la pantalla. Nunca había pasado tanto tiempo junto a mujeres tan creativas, y es muy excitante porque, además, todas estamos evolucionando. Hicimos la segunda temporada porque el público la pidió. Junto a Reese –ya que ambas somos las productoras del show– decidimos continuar. Y ahora espero que estemos a la altura de las expectativas.
¿Cómo describirías a las mujeres frente a los hombres en “Big Little Lies”?
Es muy interesante cómo el guionista David E. Kelley escribe los personajes femeninos y los masculinos. Describe muy bien a ambos. Tiene hombres impulsados por la testosterona y otros que son metrosexuales. Y también hombres abusivos. Ve todas las facetas. Es capaz de acceder tanto a la voz femenina como a la masculina. Y nosotras, como mujeres, hemos contribuido con nuestras ideas.
Habiendo interpretado a todo tipo de mujeres, como Virginia Woolf en “The Hours” (rol por el cual ganó el Oscar a Mejor Actriz), ¿tienes una línea roja que te dice: “No debo hacer este papel”?
No puedo interpretar a un personaje que le pega a un niño o abusa de él. Cuando hice “The Others”, en el guion original había escenas de la protagonista pegándole a un niño, y casi dejo el proyecto. Finalmente, cambiaron el contenido y mostraron a la protagonista realizando sus actos inspirada en el amor. Fue entonces cuando acepté continuar.
Almas gemelas
Se nota que tienes un matrimonio feliz. ¿Cómo describirías a tu marido?
Como una persona genuina, muy considerada, auténtica… Soy su mayor fan. Tuve mucha suerte de haberlo conocido: es el amor de mi vida (risas).
¿Te ha escrito canciones?
Varias. Pero no te voy a decir cuáles; pregúntaselo a él.
Tú cantas muy bien. ¿Te gustaría compartir el escenario con Keith?
Lo hemos hecho en eventos de caridad. Pero no sé si lo haría profesionalmente: soy demasiado tímida y él es demasiado buen cantante. No necesita que le baje el volumen (risas).
A raíz de “American Idol”, tu esposo multiplicó sus admiradoras… ¿Eres celosa?
He estado casada con otro hombre muy famoso (Tom Cruise), por lo que estoy acostumbrada a esta dinámica. No estoy preocupada (risas). Apoyo a Keith al cien por ciento. Lo mejor de un amor verdadero es que uno siente incluso más alegría que la otra persona cuando ella consigue lo que desea. Es parte del amor incondicional, y sucede también con nuestras hijas. Cuando se está en un buen matrimonio, se celebran los logros de la pareja.
Después de caracterizar a una mujer abusada en “Big Little Lies”, ¿te enamoraste incluso más de tu marido?
No sé si podría hacer algo sin él, con su apoyo y sus brazos abiertos recibiéndome. Keith ha visto todos los episodios, porque también me apoya como productora. Recuerdo la primera vez que los vio. Me comentó: “Será un hit: soy completamente adicto a la serie”. Y yo no lo podía creer. La veíamos juntos. Él para muy ocupado, pero se hacía tiempo para verla conmigo porque sabe lo que significa para mí. Ahora hizo lo mismo con la segunda parte, y me asegura que es fantástica. Realmente me apoya. Tengo un compañero opuesto al marido abusador que se ve en el show.
¿Crees que a Keith le gustaría actuar?
Ahora está preparando su próximo álbum, por lo que tenemos mucha música en casa; toca de oído, siempre está componiendo. Ese es su mundo, y no sé si le interesaría saltar a otra área, porque la música lo consume, es su gran pasión.
¿Cómo fue para ti ser mamá por segunda vez? ¿Te aconsejó tu hermana?
Antonia tiene seis hijos, como una buena chica católica (risas). Ella siempre me aconseja, hablamos por teléfono todo el tiempo y tiene respuestas, porque, cuando eres madre de muchos hijos, estás en contacto con todo tipo de personalidades. Es una fuente de conocimiento y de inspiración para mí. Y, aunque soy la hermana mayor, parece que fuera al revés. Mis dos hijas son maravillosas. Tengo que tocar madera, me emociono mucho al hablar de ellas, quizá porque tengo 52 años. Me voy a poner a llorar y me vas a tomar una foto llorando. Se venden muy bien.
Mencionas tu edad a menudo. ¿Notas algunos cambios?
Me siento un poco más cansada (risas) y sufro un poco más de achaques, pero encuentro espectacular tener dos hijas pequeñas a esta edad. Convertirme en madre a los 40 y estar criando a estas dos niñas es un regalo de Dios, pero debo confesar que ya no tengo la estamina que tenía a los 20.
¿Los cincuenta son mejores de lo que esperabas?
Mejores, aunque al mismo tiempo estoy lidiando con mi madre, que está en los setenta, consciente de su mortalidad. Existe dolor, es agridulce, porque todos sabemos hacia dónde vamos. Existe el principio, el fin y lo del medio. A medida que envejeces, cada vez estás más cerca del fin, y sientes todas estas emociones. (El padre de Nicole falleció hace dos años).
Tienes dos hijos mayores que adoptaste con Tom Cruise. ¿Estás en contacto con ellos?
Continuaré haciendo lo que he hecho desde que nos divorciamos, que es no hablar de este tema, por respeto a todas las partes involucradas. Probablemente nunca lo haré. Solo diré que mi trabajo como madre es sentir un amor incondicional por mis hijos. Ahora estoy enfocada en mis pequeñas. Estaba en mis veinte cuando adoptamos a Bella y a Connor, y ahora, con Sunday y Faith, la experiencia es totalmente distinta. Mi mamá tiene diez nietos con dos hijas. Es mucho (risas).
Naturaleza viva
Me imagino que tienes mucha ropa…
Colecciono ropa vintage, siempre lo he hecho. Comencé a interesarme en la ropa gracias a mi mamá, porque ella era costurera y cosía maravillosamente. Desde que yo era pequeña, íbamos a tiendas vintage donde ella se inspiraba.
¿Qué estilo prefieres en tus casas?
Mis casas están aptas para que vivan niños en ellas, y son muy sencillas. No me gusta mucho amontonamiento. Mi estilo no es para la revista “Architectural Digest”. Además, me gusta mi privacidad y quiero guardar ese espacio solo para nosotros. Pero te diré que nuestro hogar en Nashville es un lugar muy sereno y armónico. Tenemos otra casa en Australia de estilo colonial. Para mí y para Keith, es un lugar muy importante, porque refleja nuestras raíces, nuestra historia. Y, aparte de esta casa, tenemos un campo donde plantamos vegetales orgánicos, con muchos árboles, ganado, alpacas, pollos… La casa es muy similar a la que aparece en la película “Australia”.
Viviendo en Nashville y en el campo en Australia, ¿cómo es tu relación con la naturaleza? ¿Te preocupa el calentamiento global?
Es interesante, porque la generación de Bella y Connor es la que nos está educando a nosotros; ellos tienen una profunda conciencia del medio ambiente. Decidimos vivir en Nashville porque a mí me gusta la naturaleza y por la profesión de Keith. Nos encanta salir a caminar, hacemos hiking, montamos a caballo; me fascina la vida rural. El campo es donde me siento mejor: no me gusta la ciudad.
¿Por dónde caminan?
Nuestra casa queda muy cerca de un parque nacional. El jardín no es grande, pero nuestro campo es bastante extenso en Australia. Lo bueno de Nashville es que en quince minutos puedes estar haciendo hiking en los bosques, lo que justamente hicimos hace dos días con mi esposo.
Aparte de caminar, ¿qué otras actividades te gustan?
Me encanta el hockey sobre hielo. Soy fan de los Predators, y me fascina ir a escuchar a Keith, sobre todo cuando hace presentaciones sorpresa. Tenemos una conexión enorme gracias a la música.
¿Cómo se organizan entre Nashville y Australia?
Acepto trabajar cuando mis hijos no me necesitan, con relación a sus actividades escolares. Por ejemplo, recién rechacé hacer una película importante porque coincidía con el inicio del año escolar de mi hija mayor. Pero a mis hijas les encanta visitarme en el set, allí hacen sus tareas y, a veces, les contratamos tutores, pero tratamos de que no falten al colegio. Y en las vacaciones de verano regresamos a Australia por el mayor tiempo posible. Allí ven a su abuelita, que ya tiene problemas para viajar. También nos reunimos para Navidad. Con mi hermana somos muy, muy unidas, lo mismo que nuestras familias. Antonia se acaba de titular de abogada a los 48 años y tiene seis hijos. Nunca es demasiado tarde (risas).
Sabemos que participas en obras benéficas…
Soy integrante de la comisión Unifem de las Naciones Unidas, que lucha contra la violencia femenina. También ayudo a recaudar fondos para luchar contra el cáncer de mama y el cáncer ovárico, y apoyo a un hospital australiano que acoge a niños con cáncer.
¿Cómo ves el futuro?
Intelectual y emocionalmente, anhelo una vida plena, sentir cada vez más compasión, más bondad, entender mejor al mundo, y, ojalá, hacer cosas que sean relevantes. Todo eso no lo entendía cuando era una adolescente, ni cuando tenía 20 o 30 años. Ahora estoy ansiosa por descubrir cómo será mi vida después de los 50, ya que existe esa maravilla de saber que la edad va unida a un mayor conocimiento.
¿Ya lo has logrado?
En parte, ya que por fin sé quién soy. Quizá solía esconder algunas cosas que no deseaba que supiera la gente, pero ahora digo: “Soy quien soy y, si no te gusta, perfecto”.
¿Cómo te describirías?
Como una introvertida por naturaleza, tranquila, alguien que prefiere quedarse en casa. Soy muy sensible, por lo que mi capacidad para enfrentarme a mucho estrés o toxicidad hace que me retire de ese entorno o de esa persona. Al llegar a casa, abrazo a mis hijos y a Keith, lo que siempre nos mantendrá conectados.
Además de tu familia, ¿quién te mantiene tan aterrizada?
Tengo un grupo de amigas que han estado en mi vida desde que cumplí 3 años. Siempre están allí para mí. Me dan ganas de llorar a raíz de la gratitud que siento por ellas.
¿Cómo te relajas y cuándo te sientes más cómoda?
Me relajo meditando y rezando, y me siento más cómoda junto a Keith. Tener a un compañero a tu lado, alguien con el cual puedes conversar, que te ama y a quien amas, lo equilibra todo. Antes de conocerlo, me asustaba más. Ahora me siento protegida gracias a este gran amigo, mi pareja y mi amante.