A nadie dejó indiferente las escenas de desnudos de Emilia Clarke en Game of Thrones… sobretodo a ella. La actriz recientemente confesó en un podcast que ha tenido que luchar para protegerse de la presión por “no defraudar a sus fans” si dejaba de hacer este tipo de tomas, y “cómo cuidarme, en un ambiente, en que no pensé que me tenía que cuidar”.

Han pasado meses desde que Game of Thrones llegó a su final y aunque la propia Emilia Clarke se despidió de la serie en Instagram visiblemente emocionada, se ha pronunciado varias veces desde entonces sobre lo difícil que le fue llevar acabo los desnudos. Pero nunca tan cándidamente como en un podcast del actor Dax Shepard hace algunos días. “He tenido peleas en el set donde me pongo firme, ‘No. Las sábanas no se bajan’. Y me responden, ‘No querrás defraudar a tus fans de Game of Thrones'”, cuenta la actriz, refiriéndose a proyectos posteriores a la serie. “Y les digo, ‘j*danse'”.

 

La actriz asegura que haría las cosas muy diferentes si fuera a grabar de nuevo la serie.

Todos aquellos que han visto GOT recordarán la cantidad de desnudos que Clarke protagoniza. Su rol como Daenerys Targaryen requería que se quitara la ropa con frecuencia frente a la cámara (de hecho, aparece desnuda en su primera escena). Y la verdad es que, en ese entonces y para ese personaje, Emilia creía que este tipo de escenas eran necesarias. Esto no quiere decir que le haya sido fácil, o que, en adelante, no cuestione la relevancia de las mismas para sacar adelante otros roles. 

 Hoy,“las cosas son muy, muy diferentes. Soy mucho más aguda en cuanto a identificar con lo que me siento cómoda y con lo que estoy de acuerdo en hacer”, asegura la actriz británica, que consiguió el papel que la lanzaría al estrellato cuando tenía solo veintitrés años.

Emilia no sentía que pudiera negarse a realizar desnudos debido a que se encontraba en el inicio de su carrera.

Indecisiones de principiante

“Acepté el trabajo y luego me enviaron los guiones, y cuando los estaba leyendo pensé: ‘Ah, ahí está la trampa'”, explicó en el podcast. “Pero recién había salido de la escuela de teatro y así que lo vi sólo como un trabajo”, agregó.

“Había estado en el set de grabación dos veces antes y luego estaba en el mismo set completamente desnuda con toda esta gente, sin saber lo que debía hacer”, agregó. “No sabía qué se esperaba de mí, no sabía lo que querían de mí y no sabía lo que yo quería”, recordó agregando que sintió mucha presión y que, incluso ahora, no está preparada para repetir escenas de este tipo. “La primera temporada estaba cargada de desnudos”, prosigue. “Terminaban por convencerme diciendo cosas como ‘no querrás decepcionar a tus fans de la serie'”.

“¿La desnudez suma a la historia?” es la pregunta que hoy la actriz se cuestiona en los nuevos proyectos que protagoniza.

 

Su mano derecha

Para poder llevar a cabo las tomas más gráficas, recuerda que solía decirse a sí misma: “Aunque sienta que algo está mal (en la escena) voy a llorar en el baño, luego regreso y haremos la escena. Todo estará bien”. Sin embargo, hoy la actriz también confiesa que todo fue más fácil gracias a uno de sus compañeros.

La actriz asegura que Jason Momoa la ayudó a iniciar un debate sobre ese tipo de contenidos.

Jason Momoa, quien interpretó a su marido abusivo y señor de la guerra, fue quien la ayudó en los primeros capítulos. De hecho, tal como narra la misma actriz, él era quien la animaba a alzar la voz cuando las escenas se presentaba demasiado calientes. “Era muy duro, pero Jason era maravilloso”, concluyó Clarke.