La cantante habló acerca de este episodio amargo de su vida en Miss Americana, documental que Netflix estrenará este 31 de enero. Es la primera vez que Taylor Swift, por lo general reservada, hace este tipo de declaraciones.
Por Redacción COSAS
Absorbida por la industria musical desde los 14 años, Taylor Swift ha tenido una carrera sin pausa cuyos logros saltan a la vista: 10 premios Grammy, 23 Billboard Music Awards y 29 American Music Awards. La jornada inaugural del jueves último en el Festival de Sundance, cita de privilegio para el cine independiente, tuvo como protagonista a esta cantante de pop. La presentación del documental Miss Americana, podía parecer para quien no estuviera muy informado, como un vehículo más al servicio de un artista de moda. Sin embargo, los primeros comentarios dieron cuenta que esta producción de Netflix trataba de algo mucho más ambicioso.
Inesperada revelación
Si hay un espacio en el que la artista siempre ha volcado sus vivencias personales, ese lo han sido sus propias canciones. El desamor, los rompimientos y la incomprensión están presentes en sus letras, las que suelen estar cargadas de una poética que muchos medios especializados han llegado a calificar como “dylanesca”. Esta vez, ella ha dado un paso más allá en esos desfogues emocionales al buscar en su propio documental, una mirada más allá de lo musical. Miss Americana apuesta por desmitificar a un ídolo al mostrarlo por primera vez desde su propia vulnerabilidad, pero también ha rozado la polémica al retratar un aspecto inesperado: sus trastornos alimenticios.
El retrato íntimo no podía ser redondo sin llegar a ese tópico, en el que Taylor Swift confiesa sin tapujos como se torturó de hambre luego de ver algunas fotos que le tomaron sus propios fans. La consecuencia de ello fue el «sentirse gorda» e ingresar a una “espiral de odio”. Aunque es un problema que ha podido superar, no es algo que deba pasarse por agua tibia.
Señal de alerta
Una de las muertes más notorias por este tipo de problemas fue en 1983 la de Karen Carpenter, voz del dúo The Carpenters, debido a una anorexia nerviosa. Pero haciendo el recuento de otras celebridades que han padecido este tipo de alteraciones, tenemos a Lady Gaga, Demi Lovato, Mary Kate Olsen, Victoria Beckham y Lindsay Lohan, entre otras.
La búsqueda de la perfección corporal es la llave a los trastornos alimentarios, los que empiezan en la adolescencia y la adultez temprana, incidiendo con más frecuencia en las mujeres que en los hombres. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), tanto la anorexia como la bulimia conllevan a la excesiva preocupación por la comida, la forma del cuerpo, el exceso de ejercicios o vómitos para compensar la ingesta de calorías. La depresión, la ansiedad y el abuso de sustancias son efectos que conviven con estos males desde la idea de perfección que la industria vende de sus artistas. Taylor Swift ha superado este problema y ojalá que la visión de su documental ayude a desmitificar la real valía de un artista frente a su público. El estreno de esta producción en la plataforma de Netflix está prevista para el 31 de enero.