Aunque a veces extrañe vivir en el Bronx, Jennifer Lopez sabe que su barrio natal no sería precisamente el mejor lugar para educar a sus gemelos Max y Emme, hijos de su matrimonio con Marc Anthony.

J.Lo junto a Max y Emme.

J.Lo junto a Max y Emme.

“[Max y Emme] entienden que trabajo mucho, pero no tienen idea de qué se trata todo esto. Saben, eso sí, que el esfuerzo y sacrificio paga las cuentas del hogar. Por muy privilegiados que seamos en esta vida, somos conscientes del mundo a nuestro alrededor y de la importancia de ser afortunados y de saber cómo ser caritativo con los que no lo son; que ayudar es una responsabilidad”, detalló la diva del pop a un medio venezolano.

Definitivamente, Jennifer siente un gran alivio porque  sus hijos se encuentren  disfrutando de una infancia completamente diferente a la suya. Sin embargo, eso no significa que Jennifer se olvidó de sus raíces, al contrario ella es consciente que la infancia que tuvo la ayudó muchísimo en su carrera.

"Por muy privilegiados que seamos en esta vida, somos conscientes del mundo a nuestro alrededor y de la importancia de ser afortunados".

“Por muy privilegiados que seamos en esta vida, somos conscientes del mundo a nuestro alrededor y de la importancia de ser afortunados”.

“Todavía soy muy del Bronx. Sigo llevando pendientes de aro y me sigue encantando ponerme zapatillas de deporte con un buzo. Siempre me sentía como si estuviera fuera de lugar en Hollywood, pero también creo que la sabiduría de la calle que adquirí mientras crecía en Nueva York me ha ayudado mucho en este mundo”, explicó recientemente  a la revista Complex.

Después de todo su infancia la ayudó a ser quién es y bajo esas enseñanzas educa a sus hijos.