A propósito de su nuevo libro Violeta (Penguin Random House, 2022), Isabel Allende —la autora más vendida del mundo en lengua castellana— habla de la literatura escrita por mujeres, del Me Too y de la cultura de la cancelación y del presidente Gabriel Boric.
Por Redacción COSAS
¿Considera que vivimos un boom de literatura femenina?
Cuando se publicó mi primera novela, La Casa de los Espíritus, en l982, se dijo que yo pertenecía al post boom, porque en el boom de la literatura latinoamericana no había mujeres. La literatura escrita por mujeres no se tomaba en serio, los críticos casi siempre la ignoraban, los profesores no la enseñaban, los editores la trataban como un género menor. Eso ha cambiado completamente. Ahora se publican tantas novelas escritas por mujeres, que se habla de un boom femenino.
¿Influye también que haya cada vez más mujeres editoras y agentes literarias?
Sin duda eso es un factor muy importante, pero creo que también hay que tener en cuenta el aspecto comercial. La industria del libro comprendió que más mujeres que hombres leen y compran ficción y que les gustan los libros escritos por mujeres.
¿Considera que ha habido excesos de parte del activismo por el Me Too y la cultura de la cancelación?
En todas las revoluciones –y el feminismo lo es– se cometen excesos. El péndulo va de un extremo a otro antes de situarse en el centro. La cultura de cancelación y el MeToo son movimientos necesarios para enfrentar el machismo y el patriarcado.
¿Cuánto hay de su madre en Violeta, además de sobrevivir a una pandemia y (casi) llegar a vivir otra?
Mi madre era bella, inteligente, irónica, creativa, apasionada, valiente y generosa, como Violeta. A diferencia de ella, sin embargo, mi madre no pudo mantenerse sola, dependió de su padre y su familia, de dos maridos y finalmente de mí. Tenía visión para hacer dinero, como Violeta, pero no pudo desarrollarla, porque no contaba con medio propios.
¿Qué tienen en común, la soledad y el ostracismo?
Sí, y también el miedo y la desigualdad en los recursos. La población más pobre y los países menos desarrollados sufren más en una pandemia.
¿Cuánto ha cambiado la lucha femenina entre ambas pandemias, la gripe española y el COVID-19?
En la época de la pandemia de 1918-1920 las mujeres estaban luchando por el voto, porque creían que con eso podrían cambiar su situación en la sociedad. Una vez que lo obtuvieron, fue evidente que no bastaba y la lucha por los derechos básicos, la equidad y la libertad ha continuado y creo que seguirá por mucho tiempo más. El patriarcado ha existido por miles de años y no es fácil reemplazarlo.
En la pandemia actual hemos visto que, como siempre ocurre en cualquier crisis, las mujeres han sido las víctimas más números. Las mujeres fueron las primeras en perder sus empleos y serán las últimas en recuperarlos, han estado a cargo de los hijos, incluso su escolaridad y el mayor peso en las tareas domésticas, con menos recursos y aisladas, a menudo conviviendo con un compañero frustrado, aburrido y tal vez bebiendo demasiado. La violencia familiar ha aumentado en todas partes.
¿Qué escena le cuesta más describir? ¿Una escena sexual, un desamor, un amor verdadero, una pena?
Me cuestan las escenas sexuales, porque la línea entre el erotismo y la vulgaridad es tenue. Trato de crear la atmósfera sexual sin entrar en demasiados detalles.
¿Hay alguna emoción humana que aún no haya entendido?
No entiendo la crueldad. Cuando la he tenido que describir en algunos libros, como la esclavitud en La Isla Bajo el Mar, recurro a la investigación, porque me cuesta mucho imaginarla. Lo que una persona con poder e impunidad puede hacerle a un ser más débil, humano o animal, es atroz.
¿Se considera la más exitosa autora nacida en Perú de toda la historia? ¿Cómo se lleva con su lado peruano, literaria e históricamente hablando?
En realidad, me considero chilena. Nací en Lima porque mis padres eran diplomáticos, pero como me inscribieron en el consulado, tengo nacionalidad chilena. Viví en el Perú sólo hasta los tres años. Yo diría que sin duda el autor más exitoso del Perú es Mario Vargas Llosa.
¿Qué la esperanza y qué la preocupa del flamante gobierno de Gabriel Boric?
Tengo una gran esperanza en la generación joven que asume el poder, porque tiene valores que el mundo necesita. La agenda de Boric está basada en equidad de género (su gabinete se compone de 14 mujeres y 10 hombres), inclusión de todos los que habitan el territorio nacional, distribución más justa de recursos y oportunidades, salud y educación al alcance de todos, defensa de la naturaleza, etc.
Me preocupa que el nuevo gobierno tiene poca experiencia política y tendrá que enfrentarse con una oposición poderosa y grandes problemas También hay tensiones internas entre los partidos de gobierno. En Chile están redactando una nueva Constitución, que tendrá que ser aprobada en un plebiscito y después tendrá que ponerse en práctica. Boric tiene por delante enormes desafíos.
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