Hans Neumann había pasado la mañana tomando fotos en la ciudad de Nueva York. Hace dos años renunció al transporte público, incluido el metro, y ahora se moviliza solo en bicicleta o motocicleta, salvo que tenga que llevar su equipo consigo. Como manejar en la ciudad no es una opción para él, un taxi de la aplicación Uber le soluciona el problema.
Bajo su lente han pasado centenares de modelos y nuevas personalidades de la industria del entretenimiento, como los cantantes Andrew Bird y Benjamin Clementine, y los actores Dakota Fanning, Vanessa Kirby, Lauren Hutton y Edward Holcroft. A sus 35 años, lleva más de una década asentado en Nueva York. A pesar de que su agenda de fotógrafo editorial y comercial ha estado recargada en las últimas semanas, Neumann se hace de un tiempo para conversar con COSAS mientras maneja bicicleta. Va del barrio SoHo, en Manhattan, a Williamsburg, en Brooklyn, y el ruido de la ciudad acompaña esta conversación.
¿Por qué elegiste la fotografía?
Elegí Derecho cuando empecé a estudiar en la universidad porque realmente quería ser escritor. En Lima, en esas épocas, era más fácil ir por lo seguro. Después de unos cuatro años en la facultad, me fui dando cuenta de que me gustaba contar historias, y no necesariamente a través de la narración escrita, sino la visual. Entonces empecé a tomar cursos electivos de fotografía e iluminación. Cuando estaba a punto de terminar la carrera, le dije a mis padres que me quería mudar a Nueva York. Me gradué de abogado, hice mi tesis y me vine a esta ciudad a seguir mi pasión.
¿Cómo te abriste camino en el mundo editorial de Nueva York y Londres, tu segundo lugar de trabajo?
Cuando llegué, tomé un par de cursos de fotografía en el International Center of Photography. Mi idea era estudiar y hacer contactos. Pero una vez en Nueva York me di cuenta de que los contactos se hacen en el campo, así que, en vez de pagar una fortuna a una escuela para seguir estudiando lo que ya sabía, vi que me convenía más asistir a fotógrafos y hacer contactos a través de ellos, que es lo común acá. Al principio tuve que trabajar, como todos, de bartender y ese tipo de cosas, pero poco a poco te vas metiendo en la industria. Así conocí a Mario Testino, y me ofreció trabajar full time con él. Al principio fue aquí en Nueva York, pero, como la base de Mario está en Londres, me mudé y pasé en esa ciudad dos años antes de volver aquí.
¿Has tenido un proyecto en particular que te abrió las puertas?
Todo ha sido bastante orgánico. Más que un único proyecto que me permitiera abrir campo en la fotografía, fueron el conjunto de proyectos, el portafolio, el trabajo, la consistencia, los contactos. Antes de trabajar con Mario en 2008, asistí a un par de fotógrafos más: el francés Cedric Buchet y el escocés David Eustace. Después de haber asistido a todos ellos, ya salí por mi cuenta.
¿En qué consiste el trabajo de asistir a un fotógrafo consagrado?
Es bastante técnico: ver la luz, saber de equipo e interpretar lo que el fotógrafo quiere lograr con la iluminación. Cuando eres full time no trabajas para nadie más que ese fotógrafo, aunque cada uno tiene su forma. Con Mario, todos los días se iba al estudio, así no hubiera fotos, para ayudar en cosas internas. Aprendí mucho de Mario y le agradezco por ello.
¿Consideras que la fotografía editorial te permite un mayor control en el proceso?
Mi trabajo editorial tiene elementos del retrato y el documental, ahí las cosas no son muy controladas, y tampoco me gusta cuando todo es muy posado. Lo editorial, desde el mundo de la fotografía fashion, se considera como la parte más creativa de la industria. Empecé como fotógrafo de retratos, lo fashion se me dio y es en lo que trabajo, pero mi acercamiento es el de un fotógrafo retratista, aunque tampoco quiero quedarme ahí: mi meta es meterme del todo en el arte y el cine. Nunca creí en una sola forma de expresarse, me interesa seguir explorando otras.
¿Cómo es tu método de trabajo en el estudio?
Me considero una persona amigable, me gusta construir una buena atmósfera en el set, eso de los sets en silencio absoluto murió en los noventa, al menos yo no lo aplico. Trato de involucrar a la gente y que el equipo se divierta, eso permite que la persona fotografiada se relaje y sea ella misma.
¿Hay algún personaje que hayas disfrutado retratar?
Uno de mis favoritos ha sido el cantante Benjamin Clementine, nacido en Londres y con residencia en París. Ha ganado un Mercury Prize y se le compara con Leonard Cohen. Lo escuché una noche, me gustó, lo propuse a una revista y tuvimos la suerte de que dijera “sí”. Justo unos días antes él había hecho unas fotos para la portada del “New York Times”, o sea que nuestras fotos salieron inmediatamente después. Fue divertido ver cómo al principio una persona que parecía reservada se abrió, propuso cosas y nos permitió sacar fotos aun más interesantes. Hasta ahora nos seguimos comunicando con Clementine, me gusta tratar de hacer amistad a través de la fotografía.
Por Caroline Mercado
Fotos de Hans Neumann
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