“He visto como, con una gota de agua, el talento peruano crece de maneras impresionantes”, reflexiona Vania mientras se prepara para un nuevo reto, el estreno de “Sirena”, un musical para toda la familia inspirado en el cuento de Hans Christian Andersen y adaptado a las problemáticas sociales y ambientales de la actualidad.

Por Arianna Gonzales

Fotos Pablo Padilla y Javier García Rosell

“Con D1 me siento orgullosa de haber sido pioneros en introducir lo que es una escuela multidisciplinaria, en poner la danza como una carrera, en poder dar la oportunidad a muchísimos jóvenes de salir adelante, creer en ellos y mirar el arte como una herramienta de transformación y desarrollo social”, dice Vania Masías cuando le pregunto por un resumen de los últimos dieciocho años de su vida, casi dos décadas que ha vivido entregada a un proyecto que nació cuando, a los 25 años, volvió al Perú luego de realizar estudios en el exterior y la realidad la golpeó en la cara: nuestro país no tenía una industria de la danza como la conocemos hoy en día. Respondiendo a esta problemática cultural, fundó D1, una asociación cultural sin fines de lucro que ha cambiado la vida de más de once mil jóvenes. Antes de esta entrevista, he visto a Vania dirigir un ensayo de “Sirena”, su próximo musical, y mientras daba instrucciones a los jóvenes que conforman el elenco, las palabras que leí en una columna escrita por ella recientemente resuenan en mi mente:
“El Perú es un valle fértil esperando ser regado”, escribió en referencia al talento que habita en nuestro país. Esa frase me hace entender un poco las motivaciones detrás de su apuesta por el arte peruano, pero cuando termina de brindar las indicaciones y se acerca a mí para instalarnos en un espacio con menos ruido, no dudo en preguntarle qué lleva a una joven exitosa en la danza a nivel internacional a dejarlo todo por creer en el talento nacional.

“He visto que con una gotita de agua ese talento crece de manera impresionante. Con un mínimo apoyo, Tiara Tagle (bailarina de breakdance) está llegando a Panamericanos, en el ranking entre las dieciséis mejores de todo América, contando USA y Canadá, una chica que tiene poco apoyo, compitiendo con gente a la que le pagan un sueldo y tiene todas las facilidades para entrenar y concentrarse. Soy testigo de que a esas semillas a las que se les ha puesto una minigota han florecido. Imagínate si realmente tuviéramos un sistema que pueda lograr más que eso y que pueda generar oportunidades reales de apoyo al deportista, apoyo al artista, a los proyectos innovadores, a las startups, y podamos crecer gracias a nuestra creatividad y potencial”, me dice con una emoción a flor de piel que me confirma que, a pesar de lo mucho que disfruta lo que hace, se ha enfrentado a más de un reto para mantener a D1 en pie.

“Desde el principio buscamos una autosostenibilidad desde las escuelas de danza, las iniciativas como festivales, producciones, poder generar no solamente empleabilidad en todo el ecosistema, sino realmente contribuir a la industria de la danza. Ha sido un viaje lleno de desafíos, muchos de ellos financieros, y muchas veces me cuestiono hasta qué punto podemos seguir apostando. Hay muy poco apoyo, por ello se apela a ese apoyo privado, a las personas de a pie que puedan interesarse en los programas y los proyectos. Normalmente echamos la culpa a que no tenemos un Estado eficiente, que no ejecuta presupuestos, pero creo que podemos ver de qué otra manera buscar recursos”, enfatiza.

UNA HISTORIA PARA SOÑAR

El viaje de la vida de Vania y, por ende, el viaje de D1, se ha convertido en un libro autobiográfico, titulado “Bailar para transformar tu vida”, presentado en la Feria Internacional del Libro de Lima el pasado 6 de agosto. Vania confiesa que viene escribiendo hace mucho y que encontró en la pluma y en el papel el desfogue y desahogo que necesitaba para sobrevivir a situaciones difíciles durante su infancia. “No confiaba en mí como escritora, pero la editorial me ayudó muchísimo a encontrar mi propia voz. Me tomó casi dos años entre todo lo que pasó: la pandemia, mi tercer embarazo. Creo que encontré, en textos cortos, una forma de poder contar mi historia y ponerme en los zapatos de la Vania de esos momentos; poder recrear y volver a revivir situaciones en el escenario, en la plaza Brunelleschi, o en Bielefeld, o cuando bailaba con Cristina Hoyos en plazas de Europa. Lo que quería dejar era un libro inspirador, que permita a la gente entender que los sueños se pueden hacer realidad, que sí, te vas a caer mil veces, que no es fácil y que vas a sentir que no puedes más, pero que finalmente sí puedes. El libro habla también sobre la importancia del cuerpo, la memoria corporal y cómo el cuerpo refleja tus emociones y tu alma. No me tenía mucha fe, pero me sorprendió. La presentación fue un éxito, y hasta firma de libros he tenido”, revela.

Con una bebé de seis meses en casa, la última de sus tres hijos, le pregunto cómo encuentra el balance entre la maternidad, su vida profesional y sus proyectos personales. Su secreto, dice, está en vivir en el presente y disfrutar el día a día. “Hay días en los que tengo chamba hasta tarde, pero para mí es sagrado ir a casa a acostarlos y estar con ellos en la noche. Creo que es importante que ellos vean a una mamá trabajadora, que lucha por sus sueños. No es fácil, lo sabemos las mamás que chambeamos. Es un reto, pero se puede”, resalta.

El elenco de “Sirena” está conformado por un grupo de jóvenes talentos, como Merly Morello.

UNA NUEVA AVENTURA BAJO EL MAR

Una de las salas de ensayo de D1 se ha llenado de utilería. Un tridente, redes de pesca y baldes rodean el ambiente, mientras los actores y bailarines repasan el guion antes de comenzar los ensayos. Se preparan para “Sirena”, el nuevo musical dirigido por Vania –con guión de Mariana Silva, música original de Chick Aguirre y las actuaciones de Anahí de Cárdenas, Andrés Salas, Nicolás Galindo, Merly Morelo y Alexia Barnechea, entre otros–, que busca sensibilizar a niños y adultos sobre la importancia del cuidado del mar y el respeto por la biodiversidad marina. “Al hacer este musical, nos pusimos a pensar cómo podíamos llevar un mensaje que permita conocer a los más pequeños sobre el mar peruano y su diversidad”, explica Vania.

La obra tiene valiosas lecciones, como la importancia de una buena convivencia entre mundos polarizados, la aceptación personal y, sobre todo, la búsqueda de un mundo más sostenible, abordando la problemática de la contaminación marina y promoviendo la toma de conciencia y acciones para proteger y limpiar nuestros océanos.

“En esta versión de Sirenita, la protagonista se enamora de un biólogo marino, alguien a quien le importa el mar y su conservación. Además, todo está situado en el mar peruano; entonces, vemos a lo largo de la puesta en escena diversas especies, como el pelícano o la tortuga verde. Planeta Océano tiene un texto en el programa donde, por ejemplo, cuenta que tenemos el mar más rico del mundo. Entonces, yo me digo, si tenemos el mar más rico del mundo, debería ser también el más protegido. Sin embargo, el nivel de devastación que está viviendo nuestro mar es grande, ya no hay peces como antes. Hay una urgencia por tomar acciones que la gente no toma en cuenta”, advierte Vania, quien pretende, a través de su musical, poner su granito de arena en esta necesaria toma de acciones y de conciencia.

El estreno de “Sirena” es el 14 de setiembre y va hasta el 1 de octubre en el Teatro NOS: Av. Camino Real 1037 San Isidro. Las entradas se encuentran a la venta en Joinnus.

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